Alejandra Pizarnik, la condesa sangrienta
Publicado recientemente en España, el libro Alejandra Pizarnik. Biografía de un mito, de las autoras Cristina Piña y Patricia Venti, ahonda en episodios poco conocidos de la autora trasandina. Entre ellos, un romance con el poeta colombiano Jorge Gaitán Durán y cuál fue su real origen social. A Chile llegará en abril.
Por estos días, en los escaparates de las librerías españolas, una novedad llama la atención. Se llama Alejandra Pizarnik. Biografía de un mito, y lo escribieron las argentinas Cristina Piña y Patricia Venti. Publicado vía Lumen, en sus páginas repasa la vida de la autora de El árbol de Diana.
En los últimos años, gracias a la publicación de sus Diarios (vía Lumen) y su correspondencia con Leon Ostrov, su sicoanalista (vía Eduvim), se ha podido acceder a una fibra más íntima de la poeta. Aún así, en esta biografía se revelan algunos antecedentes que no estaban tan a la mano. Esto, gracias a un trabajo que las autoras realizaron con familiares y gente cercana a Pizarnik, lo cual fue clave para ir desvelando al personaje.
“Estuve tres meses en 2016 yendo a hablar con su hermana Miriam y esas conversaciones me mostraron una imagen nueva, que también ayudó para desterrar algunas leyendas negras, como esa historia que asegura que había sido abusada por alguien de la familia: concluí que no, que eso no pudo haber pasado, porque el único familiar que tenía un perfil en esa línea -un tío parrandero que tomaba mucho y era mujeriego- no accedía a ella porque sus padres la cuidaban como gendarmes, no hubo posibilidad de que saltara esa guardia de corps que eran los padres”, contó Piña en declaraciones recogidas por Clarín.
De este modo, en la biografía se aportan algunos datos nuevos. Por ejemplo, un desconocido romance que Pizarnik mantuvo con el poeta colombiano Jorge Gaitán Durán. La autora de Los trabajos y las noches, lo conoció en París, donde vivió a inicios de la década del 1960. A ambos los unía el gusto por la obra de Sade.
Sin embargo, tal como en su poesía, la relación tuvo un final dramático. Gaitán falleció en un accidente de avión en 1962. En la biografía, es Myriam, hermana de la poeta, quien señala que Alejandra había considerado la idea de contraer matrimonio con Gaitán.
De hecho, en sus cartas con León Ostrov, Pizarnik tocó el tema. “Tenía 35 años, era muy bello e hicimos, antes de su partida, planes maravillosos y posibles que me hubieran sacado de mi miseria. Su muerte me afectó horriblemente”, le escribe a Ostrov.
Otros datos
En la biografía, Piña y Venti aclaran cuál fue el origen social de Flora Alejandra Pizarnik: “Creíamos que Alejandra provenía de una familia pobre y descubrimos que tanto la rama materna como la paterna eran de clase media, de una formación cultural importante; su padre viene de una familia culta. El origen era otro. Luego, a sus 14 años tiene una visión del yo dividido, que es de una lucidez que revela que fue una chica prodigio, y no una enferma psiquiátrica entonces, como podría pensarse, por ejemplo una esquizofrénica”, señaló Piña a Clarín.
Además, las autoras se sumergieron en unas libretas inéditas que llevaba Pizarnik en los años finales de su vida. Esto, merced a los papeles privados de la escritora, que la familia vendió a la Universidad de Princeton en 1999. En ellos, pudieron ahondar sobre algo que ya se insinúa en sus diarios, su bisexualidad.
“Nos extendemos sobre la bisexualidad de Alejandra porque está en el diario consultado en Princeton. Antes de acceder a ese material, mucho se contaba off the record. Hemos abierto todo el diario, incluso las libretas finales de 1971 y 1972, que son desgarradoras y siguen inéditas”, señala Piña en declaraciones con El País.
Asímismo, en la biografía también se asegura que no hubo nunca un diagnóstico certero sobre una enfermedad mental de Pizarnik. “Yo averigüé, consulté, lo pensé cuando leí ese texto porque la esquizofrenia suele aparecer a esa edad, en la adolescencia. Pero comprobamos que no, que revela en cambio un nivel de lucidez extrema. Y se murieron tanto Enrique Pichon Riviere -con quien también se analizó- como Ostrov. Así que no sabremos nunca si hubo alguna vez un diagnóstico firme”, señala Piña a Clarín.
“Vemos su deterioro, a partir del consumo de pastillas, el cóctel que tomaba por indicación médica y por voluntad propia. Y lo que conseguía por farmacéuticos o amigos: tomaba pastillas para todo, para dormir, para despertarse. A partir de cierto momento de su vida, ella es un coctel viviente y, evidentemente, hay un deterioro que se va profundizando”, agrega la biógrafa.
Alejandra Pizarnik. Biografía de un mito, ya disponible en España y en Argentina, ya tiene fecha de llegada a Chile. Según se confirmó a Culto desde Lumen, el libro estará en abril en nuestro país. Sin embargo, para quienes no tengan la paciencia como un fuerte, pueden desde encargarlo a través de Amazon o de Buscalibre.
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