Shlomit Baytelman, protagonista de obra de Chéjov suspendida en Las Condes: “Se ha hecho una especie de cancelación”
La destacada intérprete nacional forma parte del elenco de la obra del ruso Antón Chéjov, reprogramada por la Corporación Cultural de Las Condes ante la solicitud de la comunidad ucraniana en Chile debido a la guerra que se desarrolla en la zona. Añade que, a su juicio, es necesario que la entidad municipal emita una “explicación cultural” de la decisión.
Revuelo ha causado la decisión de la Corporación Cultural de Las Condes de postergar la presentación de la obra Moscú, una adaptación del cuento Las tres hermanas, del autor ruso Antón Chéjov, y cuyo guión realizó el dramaturgo argentino Mario Diament.
La obra, dirigida por Christian Villarreal, fue pospuesta, según lo indicó la Corporación en un comunicado hecho público ayer, “teniendo en consideración una carta firmada por miembros de la comunidad ucraniana y tras reuniones con miembros de esta misma, quienes solicitaron aplazar la exhibición de la obra”.
Consultados por Culto, desde la comunidad ucraniana enfatizaron que la solicitud tiene que ver con el complejo momento en que se encuentra su país debido a la invasión rusa. “La idea principal es que no es el momento. Nadie tiene nada contra Chéjov, ni contra Las tres hermanas, y menos queríamos ofender a los actores”, indicaron.
“Promover la cultura rusa y hacer una obra que de alguna manera habla de ‘la esperanza en la vida’ es totalmente incoherente en la realidad que estamos viviendo”, dice el documento que los involucrados presentaron a la entidad cultural como justificativo para suspender el montaje.
El elenco de Las tres hermanas está formado por Verónica González, Carolina Carrasco y Shlomit Baytelman, quienes interpretan a las hermanas Prózorov, las protagonistas.
Contactada por Culto, Baytelman se refirió a la situación de la obra. “Es muy triste todo lo que ha pasado con una Corporación tan apoyadora. Quizás ha cometido un error. Creo que se sintió una amenaza, y una cosa práctica es tratar de que no sucedan cosas violentas o de ese tipo, y se tomó una decisión”.
Además, la destacada actriz nacional agrega al teléfono: “Sí creo que una corporación cultural tiene que tener una explicación que tiene que ver con lo cultural, que es hablar sobre la obra. Así que esperamos que exista esa explicación”.
La intérprete, por supuesto, defendió el trabajo realizado por la compañía y asegura que Las tres hermanas se ubica lejos de un terreno que pueda generar alguna controversia.
“Es una hermosa obra y no tiene nada que ver con algo político. Es una obra muy interesante de Chéjov, se tratan temas interesantes como la postergación de decisiones de las mujeres, una postura bastante feminista de Chéjov. Muestra además a gente sencilla, no solamente qué piensan los grandes zares, él se mete en la cosa pueblerina”.
Si bien, la obra fue postergada y no cancelada, Baytelman comenta: “Se ha hecho una especie de cancelación. La gente lo ha tomado así, creo que eso es grave. Hay que hablar, hay que educar, hay que ver qué es lo que se está llevando para la casa, qué es lo que no se está mostrando”.
La actriz, quien tuvo roles en las cintas Julio comienza en julio (1977) o País de octubre (1990) y en teleseries como Hippie o 100 días para enamorarse, enfatiza que es necesaria una explicación cultural de lo ocurrido. “Yo lamento por la gente de la corporación que no hayan dado la explicación cultural, es decir, ¿qué es lo que se está llevando para la casa? Espero que se solucione y sea un ejemplo de cosas que no hay que hacer”, agregó.
Un “pesimismo optimista”
Fundamentalmente conocido como cuentista (es considerado el padre del cuento moderno), el escritor y médico ruso Antón Chéjov también incursionó en el teatro. De hecho, era un género al que le tenía especial cariño. “Los hermanos Chéjov amaban apasionadamente el teatro. En Taganrog, cuando eran muchachitos, interpretaban ante un público de amigos y parientes las comedias escritas por Antón. Él también actuaba, y arrancaba aplausos y carcajadas. A los trece años, en Taganrog, quedó embelesado tras ver La bella Elena, de Offenbach. Más tarde vio con gran emoción Hamlet y El revisor de Gógol”, explicó Natalia Ginzburg en su libro Anton Chéjov (Acantilado, 2006).
Si bien, Las tres hermanas no es su obra más conocida (esa es La gaviota, de 1896), sí es una de las más relevantes de su carrera, junto con otras como Tío Vania o El jardín de los cerezos. Fue escrita en 1900, cuatro años antes de su muerte, y la ambientó en un pueblo rural ruso.
Las tres hermanas trata de la vida de las Prózorov, tres hijas huérfanas de un general: Masha, Olga e Irina. Tras la muerte del oficial, mastican la idea de volver a Moscú, donde crecieron, porque la vida pueblerina no las tiene conformes. Olga, es soltera, trabaja en una escuela local; Masha tiene como esposo a un profesor –del colegio donde labora su hermana–, pero tiene un matrimonio nada de feliz. De hecho, ve a su esposo como un mediocre; e Irina, la más joven, quien es más optimista que sus hermanas.
Cerca del poblado se instala un regimiento, y algunos de sus efectivos comienzan a pretender a Masha e Irina, para ellas, se trata de una buena oportunidad para irse del lugar. Sin embargo, la partida del destacamento deja cualquier plan en nada y deben agachar la cabeza ante su destino. Algo que es muy propio de la literatura chejoviana: no existen milagros que hagan que los personajes mejoren su vida.
La obra se estrenó el 31 de enero de 1901, en Moscú, y Chéjov no estuvo presente. En su citado libro, Natalia Ginzburg indica que las primeras críticas no fueron positivas. “Decían: ‘Chéjov ha rellenado su trabajo con un cúmulo de disparates... Predica un pesimismo optimista y un optimismo pesimista... Las tres hermanas ni siquiera es una comedia, pero así...no se sabe qué es’”. Claro, que, agrega Ginzburg, al público le fascinó y se presentaba a sala llena.
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