Ni en algún cassette que circuló de mano en mano, ni en un disco compacto genérico distribuido en las calles; el primer formato en que la música de los bielorrusos Molchat Doma (”casas en silencio”, en el idioma original) comenzó a generar atención, fue entre las rutas de likes y algoritmos de un viral en la plataforma Tik Tok. Desde entonces, su música, que a la vez combina una propuesta de sonido oscuro, asentado en ritmos adecuados para la pista de baile, se ha vuelto una sensación para la audiencia juvenil, y se aprestan para su debut en el país, esta noche en el Teatro Caupolicán desde las 20.00 horas.
Oriundos de Minsk, la capital de Bielorrusia de amplias avenidas y enormes edificios deudores de la era soviética, la banda se formó en la primavera boreal de 2017 a partir de la reunión del vocalista Egor Shkutko y el guitarrista y tecladista Roman Komogortsev, a quienes se les sumó, tiempo después el bajista Pavel Kozlov. Juntos, comenzaron a trabajar en un material que remite a los terrenos de la oscuridad del post punk, el dark, y los ritmos bailables deudores de la movida ochentera que tuvo entre sus exponentes a Depeche Mode -una de sus bandas favoritas según han comentado-, The Human League, Siouxsie and the Banshees, así como las bandas soviéticas de la era de la Perestroika, como Kinó.
Sin embargo, ellos mismos han tomado distancia de cualquier etiqueta. “No tratamos de hacer música específicamente de una forma o estilo. Seguimos exactamente igual que cuando comenzamos con la banda, simplemente música que nos gusta”, explicó el bajista Pavel Kozlov en charla con el portal español Muzikalia.
El mismo año de la formación lanzaron el álbum debut S krysh nashikh domov, el que presentó su sonoridad sobria, gélida y contenida en el ensamble entre cajas de ritmos, guitarra eléctrica, sintetizadores y bajo. Estos generan una atmósfera propicia para la voz cavernosa y espectral de Shkutko, el hombre del mostacho rubio, cuya interpretación va y viene entre el canto (en su idioma natal) y la entonación, al modo de un Ian Curtis de europa del este.
Nace un fenómeno
Un año después, el grupo publicó un segundo trabajo, Etazhi, de sonoridad más pulida. Este contiene acaso su mayor hit; Sudno (Судно en su idioma original), una agitada canción de poco más de dos minutos, marcada por la marcha inclemente de la caja de ritmo, el bajo marcado y las capas de teclados que le dan un aura de pista de baile. Este fue el que gatilló la explosión de popularidad de la banda; el tiktoker Leon Verdinsky subió a la plataforma un pequeño montaje de imágenes de su vida en San Petersburgo, con el ritmo trepidante de los Molchat sonando de fondo. Desde ese momento superó las 5 millones de visitas y se volvió un fenómeno viral, que dialoga con una tendencia a la romantización del pasado ruso entre los jóvenes millenials.
Desde allí, la escalada de Sudno hacia la cima de la fue imparable. El portal estadounidense Pitchfork, se refirió al fenómeno en un artículo: “Parte de esta tracción se ha visto favorecida por una tendencia de moda de TikTok en la que los adolescentes alternativos y enfurruñados revisan rápidamente sus armarios, al ritmo de las guitarras malhumoradas de la canción y el ritmo estricto y contundente”. Así encabezó la lista Spotify Viral 50 en mayo de 2020, y hasta ahora acumula casi 140 millones de reproducciones en la misma plataforma. Un fenómeno de la era internet en toda regla que sorprendió a los mismos artistas.
“No sabemos exactamente cómo sucedió, porque en Bielorrusia no somos un grupo popular. Supongo que solo tuvimos suerte”, detalló Kozlov al ser consultado por el fenómeno provocado por la canción. “Al mismo tiempo, nuestro álbum parece que hizo gracia a los algoritmos de YouTube y esto ha influido en gran medida en el crecimiento de nuestra popularidad no sólo en Europa sino en todo el mundo”.
Con la inyección de clics y comentarios en el ágora virtual, además de un tercer álbum publicado (Monument, 2020), la banda ha saltado a mejores posiciones en la industria musical. De tocar en circuitos alternativos de Europa, esta temporada ya están confirmados en festivales de renombre como Coachella, en California, y el Primavera Sound, en Barcelona. En la antesala está su gira latinoamericana con tres fechas en México, además de otros shows en Colombia, Argentina, Brasil y Chile.
Estos shows además están cruzados por la tensión del país de procedencia de la banda respecto a la invasión rusa a Ucrania. Pero los músicos fueron claros; el pasado 1 de marzo, publicaron en su cuenta de Facebook un mensaje donde dejan en claro su postura: “El grupo condena las acciones militares en el territorio de Ucrania y se une a la protesta mundial contra la guerra”. Y no se quedaron allí; “hemos decidido que una parte de la recaudación de nuestros conciertos de primavera, será destinada para los más necesitados en estos momentos tan difíciles”. A tono con su explosión en los algoritmos, el fenómeno tiene alcance global y por supuesto, no podía quedar fuera de la conversación mundial.