“Pensé que era un poco cursi”: Jason Newsted detalla sus temores hacia dos canciones del Black Album de Metallica

El exbajista de Metallica, detalló en parte de una entrevista, algunos de sus recuerdos de la grabación del legendario álbum de 1991 que le abrió las puertas de la popularidad a la banda, y cómo luchó por obtener el respeto del productor Bob Rock.


Al momento de su debut en Chile, en 1993, Metallica era probablemente una de las bandas más grandes del mundo. Gran parte de ese sitial venía del éxito del Black Album, el quinto álbum de estudio que marcó un punto de inflexión: su música se hizo más simple y la producción de Bob Rock la dejó en un estándar radiable. Tanto, que consiguió el #1 del Billboard y al menos hasta 2016 había vendido nada menos que 16 millones de copias.

El proceso, como se sabe, no fue simple. Más por los constantes roces de la banda con el productor. Algo que vivió el bajista Jason Newsted, quien por entonces grababa su segundo disco junto a la banda, tras entrar en 1986, en el lugar del fallecido Cliff Burton. Su primera participación en estudio fue en el intrincado ...And Justice for All, cuya mezcla de sonido dejó a su instrumento enterrado tras las guitarras de Hetfield y la batería de Ulrich.

Pero de cara al Black Album, Newsted -quien dejó el grupo en 2001- estaba decidido a hacerse un lugar. Más con la actitud que, acusa, tuvo Bob Rock hacia él. “Creo que nunca me gané el respeto que tenía por James y Lars, por lo que habían logrado, y estaban escribiendo los cheques -recuerda en charla con el portal especializado Loudersound-. Pero creo que estaba disparando a toda máquina. Quería ganarme su respeto, demostrarle que sabía lo que estaba haciendo”.

Y para eso debió sortear algunos momentos difíciles. Por ejemplo, cuenta que le costó asimilar la inclusión de Nothing Else Matters en el álbum. No era la primera vez que el grupo incluía un tema con cierto aire de balada (antes estuvo Fade to Black en Ride the Lightning), pero esta incluía los arreglos de cuerdas de Michael Kamen, como si fuera un tema midtempo para adultos.

“Luché con Nothing Else Matters -recuerda Newsted-. Sabía que me erizaba los pelos de la nuca, era innegable, pero tenía un poco de miedo, para ser honesto, porque todavía quería ‘¡CRUNCH! -recuerda-. Lo hermoso fue que nos sentamos todos juntos en la habitación y lo reproducimos; 70 tomas de Nothing Else Matters. Después de un tiempo, estás demasiado cerca de eso”.

Pero al mismo tiempo, reconoce que el impacto del tema le abrió muchas posibilidades a la banda. “Nuestra canción más suave derribó los muros más grandes para permitir que nuestras canciones más duras penetraran en el mundo. ¿Cuándo fue el número 1 en 35 países en una semana, y siete de esos países en los que ni siquiera habíamos estado todavía? Amigo, eso no le sucede a una banda que dice ‘¡Muere! ¡Muere!’ la mayor parte del tiempo”.

Asimismo, se refirió a otros cortes clásicos del discos. Por ejemplo, señaló que la primera vez que escuchó Enter Sandman, “pensé que era un poco cursi, sinceramente” y sobre Sad but true, que “es mi punto culminante de todo el proyecto, debido al peso”.

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