El caso Nicolás López ha llegado a una resolución. El Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Viña del Mar decidió de forma unánime hoy declararlo culpable por dos delitos de abuso sexual, aunque lo absolvió de las acusaciones de violación. La sentencia se leerá el 16 de mayo a las 15.00 horas.
“Se condena a Nicolás Javier López Fernández como autor de dos delitos de abusos sexual, previstos y sancionados en el artículo 366, en relación con los Artículos 361, número 1 y 366 ter, todos del Código Penal, cometidos en la ciudad de Santiago entre los meses de noviembre y diciembre de 2015, en perjuicio de M.J.V.S., y a fines de noviembre de 2016, en perjuicio de D.A.M.C.”, dijo el juez redactor, Fernan Rioseco.
Sin embargo, el juez señaló que no se daba por acreditada la violación contra una mujer, que habría ocurrido en 2004 en Viña del Mar, y que en ese entonces tenía 17 años. “La prueba de cargo fue insuficiente para acreditar más allá de toda duda razonable la existencia del tipo penal de violación propuesto por los acusadores”. Asimismo, fue absuelto por otro delito de violación y abuso sexual reiterado, ocurridos en Santiago entre 2015 y 2016.
También fue absuelto del delito de ultraje público, en un hecho denunciado por una modelo nacional en un encuentro en el bar Liguria en 2012.
Sin embargo, el dictamen paraliza una carrera artística que ya venía de un largo paréntesis. Mayo de 2019 fue algo así como el último relumbrón de gloria de Nicolás López. Una trayectoria que se había consolidado con la expansión hacia el mercado mexicano, le permitió hacerse cargo de Dulce familia, una apuesta del cine azteca, en clave de comedia, que tuvo en su reparto a la legendaria Florinda Meza, además de otros nombres cotizados de esa escena, como Fernanda Castillo y Vadhir Derbez.
Para esos días ya se conocían las denuncias de acoso y abuso sexual por parte de un grupo de actrices contra el cineasta, la que habían sido publicadas en junio de 2018 por revista Sábado -casi un año después por lo demás del movimiento #MeToo surgido por las denuncias contra el productor Harvey Weinstein -. Y aunque en la taquilla la película funcionó -llevó dos millones de espectadores en salas solo en un par de semanas-, López no pudo asistir a la avant premiere en Ciudad de México, debido a una orden judicial que le impedía viajar al extranjero, por lo que gran parte del trabajo de promoción recayó en los actores, entre los que se contaban algunos de sus habitués, como Ariel Levy y Paz Bascuñán.
De hecho, en México no había demasiada información del caso que había sacudido a la industria de los espectáculos en Chile. Había pasado casi inadvertido. Pese a ello, López aparece en pantalla sobre el final en los créditos, bajo los roles de dirección, idea original y guión. Fue el último largometraje que alcanzó a materializar antes que estallaran las acusaciones.
Fue el último proyecto antes de la trama que remató hoy, con el juicio que reunió acusaciones de hechos sucedidos entre 2004 y 2016.
Millones y taquilla
Tras el estreno del filme en México vino el largo proceso en Tribunales concluido este martes. Hasta antes de las denuncias, López se había posicionado como el realizador más taquillero del mercado chileno y su rúbrica estaba en expansión hacia el extranjero. Pocos nombres lucían sus estadísticas en boleterías. Pero, tras las acusaciones y con la sentencia de hoy, vino la caída. Difícilmente su carrera vuelva a ser la misma.
Su trayectoria como cineasta arrancó con la comedia Promedio Rojo (2004), una adaptación cinematográfica de sus columnas en Zona de Contacto, la que fue alabada hasta por Quentin Tarantino (la calificó de “la película más divertida del año”). En esta contó con un elenco que incluyó a Ariel Levy, uno de los nombres recurrentes en sus filmes como un joven nerd, además de Benjamín Vicuña y la actriz española Xenia Tostado.
Ello le permitió tomar el proyecto Santos, la película (2006); una producción chileno-española en tono de fantasía en que nuevamente toma a un perdedor gordo y calvo como un héroe improbable, que debe rescatar a una chica en apuros, interpretada por Elsa Pataky; todo en un universo de lenguaje nerd que no acabó de cuajar para la audiencia. Por ello, en Chile apenas la vieron 2986 personas, y marcó el primer tropiezo de su carrera.
Pese a ello, se comenzó a configurar su universo, algo así como su imaginario: hombres “losers” que mantenían conflictivas relaciones con mujeres, además de arrastrar traumas diversos y profundos.
Pero no tuvo mucho tiempo para lamentos, porque hacia el cambio de década estrenó el filme que le dio un vuelco a su carrera; Qué pena tu vida (2010). Una comedia de romance, en clave de era de redes sociales, protagonizado por Ariel Levy -otra vez como un antihéore-, Andrea Velasco y Lucy Cominetti, que a pesar de que tuvo malas críticas (Ítalo Passalacqua la calificó con un 3), en la taquilla arrasó, y fue la segunda más vista del año, con 94.044 espectadores. Nada mal, considerando que ese año se estrenó Ojos Rojos, documental que resumió el camino de la selección chilena de vuelta a una copa del mundo.
El éxito de Qué Pena tu vida, amplificado por la campaña en la web, le permitió a López ampliarla a una trilogía con otras dos cintas; Qué pena tu boda (2011) y Qué pena tu familia (2012), en las que repitió su fórmula de drama amoroso en tono millenial. Incluso, la cinta fue adaptada en México, lo que marcó su entrada triunfal al mercado azteca. De allí vino el ascenso hacia la industria del primer mundo, con la posibilidad de dirigir su primera película en inglés (Aftershock, con Eli Roth en el protagónico) e incluso colaboró en el guión del filme Knock Knock, un thriller protagonizado por Keanu Reeves.
Pero no descuidó su nicho original. Nuevamente recurriendo a la fórmula del antihéroe, filmó Sin Filtro (2016), con Paz Bascuñán de protagonista, en un elenco que incluía a otros actores que participaron en sus filmes como Ignacia Allamand, Ariel Levy y Lucy Cominetti. Para entonces, la fórmula estaba asentada y con 1.290.000 de personas en salas, entró en el grupo de las películas chilenas más vistas de la historia. Y como si fuera un viral de la pantalla, fue adaptada en varios países (en Argentina, se llamó ReLoca y tuvo a Natalia Oreiro de protagonista).
Y en el mismo tono, sus filmes posteriores entraron como éxitos de taquilla; sucedió con Hazlo como hombre (2017), todo un éxito en México y que fue la más vista del año en el país del norte con la friolera de 4.300.000 de espectadores en sala. En Chile, probó la miel de la fortuna por última vez en enero de 2018, con el estreno de No estoy loca, protagonizada nuevamente por Paz Bascuñán, la que consiguió ser la más vista del año con sus 590.000 espectadores.
Pero todo cambió con las denuncias. Desde el primer momento contrató a la consultora Imaginacción, de Enrique Correa, para intentar mantener su imagen a flote y se hizo representar por la abogada Paula Vial. Desde entonces López se refugió en sus redes con México para continuar en guiones para proyectos como la secuela de Dulce Familia. Pero desde ese momento, ha mantenido un perfil más bajo y evitó la coyuntura. Por entonces el juicio en su contra, y la posibilidad cierta de una pena de presidio, dinamitaron una carrera que se había extendido en base a su diálogo con lo que ocurría en la cultura pop. La misma de la que sale por la puerta trasera, sin el aplauso que alguna vez le sobró.
Eso sí, su nombre ha seguido merodeando la industria nacional. Su sola figura ha dividido aguas y ha generado fracturas en elencos actorales. Varias actrices se han visto fuertemente vinculadas a él.
Por ejemplo, Paz Bascuñán, protagonista de muchas de sus cintas. O Loreto Aravena, quien en 2018 apoyó públicamente al realizador tras las acusaciones. El 17 de abril de 2019, asistió al Centro de Justicia de Santiago y apoyó a López en su formalización. “Las denuncias se deben hacer de manera formal, es lo único que digo”, dijo esa vez.
Bascuñán y Aravena protagonizaron SOS Mamis, película estrenada en marzo en Amazon Prime Video. Sin embargo, al ser consultada por los medios si López había sido partícipe de la producción -como habían sugerido varias versiones-, lo descartaron de forma tajante.