Drogas, desmayos y costillas rotas: la historia del tour que casi destruyó a Depeche Mode (y por qué Chile fue clave)
La extensa gira promocional del álbum Songs of Faith and Devotion, con 180 fechas entre 1993 y 1994, desató tensiones internas y excesos en la banda. Fue una época difícil, en que pese al éxito comercial, Dave Gahan lidiaba con su adicción a las drogas, Martin Gore estaba sumido en la bebida, Alan Wilder acabó dejando el grupo y Andy Fletcher decidió retirarse al no soportar más.
Fue una señal. Un llamado de alerta de que algo no iba bien en la gira Devotional Tour, en la que Depeche Mode, buscaba capitalizar su ascenso como una de las bandas imprescindibles desde finales de los ochentas. El 8 de octubre de 1993, durante su show en Nueva Orleans, el cantante Dave Gahan no se sintió bien. “Al final del concierto no pude volver al escenario para un bis. Martin [Gore] tuvo que hacer un solo mientras los médicos me llevaban al hospital. Tomé una sobredosis y tuve un ataque al corazón. Pero al día siguiente el episodio ya estaba archivado”, recuerda el cantante en el libro Depeche Mode, la biografía, de Steve Malins.
Aquel tour, que arrancó en mayo de 1993, es reconocido como un momento crítico para la banda. Afloraron las tensiones entre ellos, en especial por el abuso de las drogas por parte de Gahan. Pero había un antecedente previo; las difíciles sesiones de grabación del álbum Songs of Faith and Devotion, en que el grupo se reunió tras dos años sin verse, luego de la gira promocional de Violator, uno de los discos más populares de la banda. La presión por repetir el éxito, y la dificultades de la convivencia diaria, abrieron un flanco que la música no logró silenciar.
“Songs of Faith and Devotion fue un álbum difícil y atormentado hasta el final, con Walking In My Shoes mezclado en tres versiones diferentes, solo para ser descartado como sencillo de apertura debido a discrepancias entre los miembros de la banda. Se decidieron por I Feel You, aunque Gahan renunció a regañadientes a Condemnation como primer extracto”, escribe Malins.
Peor aún, se les sumó la presión por cumplir con los plazos impuestos por la industria. “Las últimas semanas estuvieron ensombrecidas por mucha tensión, ya que todos se dieron cuenta de que estaban retrasados con el disco y que habría una breve pausa antes de partir para una larga gira mundial. El LP se terminó el 31 de diciembre de 1992″, detalla el biógrafo.
Precisamente en esos días, Gahan, estaba totalmente enganchado a las drogas. Cuando sus compañeros lo vieron, les costó trabajo reconocerlo; llevaba el cabello muy largo, estaba más delgado que de costumbre y con tatuajes. “Dave se encerraba durante días y días, pintando. Alan [Wilder] no estaba de buen humor, se limitaba a comer manzanas, no se comunicaba con nadie”, recordó tiempo después el fallecido Andy Fletcher, el músico que equilibraba los egos en la banda.
Años después, en una entrevista de 2003 con la revista Uncut, Dave Gahan recordó ese período de adicción y desenfreno. “Esto fue en el apogeo de nuestro éxito: perdí por completo mi sentido del humor. En el camino, fue una locura, tal vez había 150 personas trabajando para nosotros, y no podría decirte los nombres de diez de ellos. La gente se caía de las plataformas, moría... siempre había algún drama. Así que me anestesié. Me volví dependiente, y no era consciente de ello. Fue una fiesta constante durante un par de años. Todos estábamos perdiendo el control, no era solo yo”.
Abusos en la carretera
Acaso para sacudirse de las tensiones y la presión por lograr buenas ventas, tras el arranque de la gira en Europa, la banda se dedicó a disfrutar de su estatus de estrellas. Así, no perdonaban una noche libre para salir de juerga por los bares locales. “Para nosotros, más trabajo significa más desorden una vez que hemos terminado. Sé que es un cliché, pero dondequiera que íbamos encontramos fans que nos asaltaban, querían fotografiarnos y sacarnos. Por esa noche fuimos los dueños de la ciudad”, detalla Martin Gore en el texto biográfico.
Pronto la adicción de Gahan -quien se había preparado para el tour con un exigente entrenamiento físico de tres horas diarias de running, artes marciales y bicicleta estática- se hizo problemática para el funcionamiento de la banda. Así se lo plantearon, sin rodeos.
“Tuvimos una discusión con Dave sobre su abuso de drogas, que ahora era manifiesto -recuerda Alan Wilder-. Tuvimos reuniones en las que dijimos: ‘Tienes que limpiar y recuperarte, Dave, de lo contrario, la gira será una catástrofe’. Y él respondió con: ‘Sí, lo sé, lo sé’. Pero no hablamos mucho al respecto. Después de todo, no hay mucho que decir”.
Para la gira, la banda llevaba una enorme comitiva que superaba las 100 personas, entre personal técnico, asistentes privados, un contador, e incluso un médico personal. Tal nivel de atención, sumado al estrés y los aplausos del respetable, generaron una combinación difícil de resistir. “Desde el momento en que comienzas el primer día, hasta que llegas a casa, se siente como si estuvieras viviendo en un mundo de fantasía -detalla Martin Gore-. Personalmente trato de aceptarlo, de divertirme lo más posible en ese mundo fantástico, para luego volver a poner los pies en el suelo cuando termine”.
Por ello, Gahan se volvió distante. “Probablemente no pudo comunicarse con nosotros -recuerda Alan Wilder en la biografía-. Debe haberse sentido alienado del resto de la banda, porque ninguno de nosotros consumía heroína. Y nadie entendía en absoluto la etapa en la que se encontraba, por lo que estaba incómodo con nosotros, y muchas veces durante el recorrido se aislaba de los demás. Había creado su propio pequeño mundo privado”. Tanto, que decoró su habitación con velas y cortinas, y solía quedarse ahí tras los shows.
Sin embargo, la adicción de Gahan y las noches de excesos de Wilder y Gore comenzaron a hacer mella en las relaciones internas. “Había fuertes divisiones al respecto -recuerda el productor musical Daniel Miller en la biografía-. Había asistido a muchos conciertos en los que Dave era inaccesible porque se encerraba en el camerino, Martin bebía mucho sin divertirse mucho, Fletch estaba muy tenso y Al era muy distante. Utilizaron tres limusinas. Se vieron obligados a enfrentarse en el escenario y cenas ocasionales con la compañía discográfica, pero eso fue todo. Verdaderamente algo desagradable”.
Así comenzaron a sucederse las anécdotas. En junio, durante su paso por Berlín, la banda fue expulsada del Hotel en que se hospedaba. “Alguien había organizado una fiesta en su habitación y las cosas estaban un poco fuera de control, pero no había pasado nada grave -detalla Steve Malins-. De repente apareció una patrulla de policía con equipo antidisturbios: cascos, porras y escudos. Se sintieron bastante avergonzados al darse cuenta de que se trataba de una simple fiesta, ya que la dirección del hotel no había sido capaz de captar el espíritu divertido”.
Los excesos también afectaron a Martin Gore. En Denver, fue arrestado por la policía tras ser denunciado por disturbios en el Hotel. Y en Los Angeles, se devaneció. “Estábamos todos sentados alrededor de una mesa, cuando Mart se levantó de repente y comenzó a actuar de manera extraña. Había comenzado a temblar, sus ojos se pusieron vidriosos, y al momento siguiente cayó al suelo convulsionado -recuerda Wilder-. Me di cuenta de que no era la primera vez que pasaba algo así. Unas semanas antes se había quejado de que había perdido la memoria. Bajó de su habitación diciendo: ‘No recuerdo nada de esta tarde’. Y le dijimos: ‘Vamos, cállate Mart’. Había vuelto a estar mal. Y, por supuesto, debe haber tenido un apagón en su habitación. Gore recuperó el conocimiento en una hora y el médico le dijo que era una crisis provocada por el estrés y el abuso del alcohol”.
La decisión de Andy
Tras las fechas en Asia, llegó un momento crítico; Andy Fletcher llegó a un límite y decidió salir de la gira. “Fue muy difícil. Andy era mi mejor amigo desde los doce años -recuerda Gore-. Pero para los demás se había vuelto insoportable. Lo justifiqué pensando que sería mejor para él que fuera a su casa a ser atendido”.
A su vuelta a casa debió ser hospitalizado a causa de la crisis por la que atravesaba. Luego, más limpio, decidió cambiar sus hábitos. “Desde entonces me he recuperado. Empecé a hacer yoga y ejercicios de relajación. Creo que ahora soy una persona mucho más fuerte. Estoy convencido de que esto no volverá a suceder”, detalló más tarde. Para ocupar el puesto de Fletcher durante lo que restaba de gira, la banda contactó a Daryl Bamonte, quien se preparó durante una semana con Wilder en Hawaii.
Hacia 1994, la banda inició el tramo sudamericano de su gira que los trajo por primera vez a Chile, por gestión de la productora Providencia Televisión. Se presentaron el 10 de abril en el Velódromo del Estadio Nacional, con algo de tensión en el ambiente tras incidentes en un Superclásico entre Colo Colo y Universidad de Chile. Pese a todo, dedicaron su concierto al guitarrista de La Ley, Andrés Bobe, quien había fallecido en un accidente durante la madrugada. Además, solo habían pasado cinco días desde la muerte de Kurt Cobain, lo que también había estremecido al grupo, sobre todo a Gahan. “Recuerdo que cuando escuché la noticia de que Kurt se había volado los sesos, mi primera reacción fue de ira -cuenta Dave en una entrevista citada en la biografía-. Yo estaba cabreado porque me parecía que me había robado la idea y que me había ganado a tiempo. Esto es para demostrar lo loco que estaba”.
Esa noche en Santiago, Gahan y Gore tuvieron una charla. “Fue en Chile, la misma noche que pasó lo de Kurt Cobain. Era muy tarde y habíamos estado bebiendo mucho -detalla el cantante-. No sé si Martin también estaba borracho, y ni siquiera lo recuerda, pero se me quedó grabado. Me dijo que sentía que podía escribir sus canciones como una especie de regalo divino, pero que estaba perdiendo toda la bebida y esas cosas. Por alguna razón, sintió que tenía que transmitir su mensaje a través de mi voz, y creo que esto es lo mejor que me ha dicho. Entendamos, ambos estábamos de un humor bastante dulce, pero aún así se quedó en mi mente como si realmente estuviera destinado a ser el portador de algún tipo de mensaje”.
Los excesos siguieron hasta el final del tour, en julio. Durante uno de los últimos shows, en Indianapolis, Gahan decidió lanzarse al público, al estilo rockstar, pero calculó mal y cayó de lleno en una barrera de la primera fila. “Mi cuerpo había aterrizado en las barreras divisorias y me rompí dos costillas, pero estaba tan borracho que no escuché nada durante veinticuatro horas. Al día siguiente el dolor era insoportable”, recuerda. Los 180 shows de la gira habían cobrado su precio; a su regreso a casa, Gahan había bajado dramáticamente de peso, hasta los 50 kilos, y su adicción estaba en el peor momento. “Me había ido por completo. Completamente....cuando terminaron los conciertos y toda la gente desapareció, me quedé solo con las drogas”.
Por su lado, Wilder decidió que ya estaba harto y tras el extenso y caótico tour abandonó la banda. Así empezó la era más difícil, en que el ahora trío no se volvió a juntar sino hasta 1996, y sin la certeza de saber si seguirían juntos tras meses de excesos y tensiones acumuladas. El álbum de la sanación fue Ultra (1997), el que apenas presentaron con dos shows en Londres. La carretera, ya no era un lugar divertido.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.