“No tiene sentido esperar que nos comportemos como los Stones”: Måneskin, el fenómeno rockero en la era de TikTok

Måneskin

La banda italiana de rock, ha descollado tras imponerse como ganadores en Eurovision y antes, en el Festival de San Remo. Con su propuesta cargada de glam y ambigüedad sexual, eluden definirse como salvadores del estilo e incluso marcan distancia con las leyendas como Led Zeppelin. Un camino propio que defienden, mientras escalan en audiencias en plataformas y preparan su nuevo álbum con la leyenda del pop, Max Martin.


Si en la era dorada del rock, las bandas eran descubiertas en antros y pubs por algún promotor en busca de jóvenes talentos, en estos días en que la industria musical está volcada hacia las plataformas, la vitrina está en lugares como TikTok. Así, bandas como Molchat Doma han visto como algunas de sus canciones se vuelven viral de mano de influencers, lo que genera un rápido impacto en las reproducciones. Asimismo, le ocurre a los italianos Måneskin, quien han visto como su canción Beggin, se ha vuelto un fenómeno.

El tema, de alguna forma, resume la historia de la banda. En rigor, es un cover de un viejo tema de The Four Seasons, incluido en su primer EP llamado Chosen. La grabación a su vez, deriva del primer gran hito de la historia de la banda; fue uno de los temas que interpretaron durante su participación en la versión italiana del programa de talentos Factor X, en el año 2017. Y aunque no ganaron, su versión les dio la posibilidad de firmar su primer contrato de grabación con Sony Music. De allí, comenzó su camino.

Måneskin (Photo by Niklas HALLE'N / AFP)

Måneskin es un cuarteto formado en 2016 por tres compañeros de colegio; Damiano David, Victoria De Angelis y Thomas Raggi, a quienes después se les sumó el guitarrista Thomas Raggi. El nombre deriva del idioma danés, y significa “luz de la luna”. Los comienzos fueron como los de cualquier banda; tomaban sus equipos y se instalaban a tocar covers en las calles de Roma, mientras participaban en festivales locales. En su repertorio pasaban temas de The Killers, Franz Ferdinand, entre otros.

Poco a poco, comenzaron a foguearse y a diseñar espectáculos llamativos, con vestuarios extravagantes que de alguna forma dialogan con la era glam del rock. Pero el salto adelante llegó con Factor X. “Básicamente, estábamos hartos de llevar instrumentos y amplificadores sobre nuestros jodidos hombros. Vimos una oportunidad y simplemente nos subimos al tren”, detalló David en entrevista con el portal inglés NME.

Por entonces eran nada más unos desconocidos. Hoy, encumbrados como un número llamativa detallan que no sintieron mayor problema en hacerse un nombre a partir de la televisión. “Nuestra generación no siente la necesidad de etiquetar todo -explica David-. Solo quieren disfrutar de tu música, disfrutar de tu viaje y seguirte en lo que sea que hagas. Harry Styles es el ejemplo perfecto. Tenía la base de fans más grande con una banda de chicos, y ahora es uno de los artistas más respetados y adorados del mundo. Se lo merece porque ha sido capaz de hacer que eso suceda por sí mismo. Es literalmente lo que debe hacer un artista: ser fiel a uno mismo”.

De Eurovisión al mundo

Su paso por el programa les dio una primera vitrina. Eso les permitió lanzar su primer EP, el que reunió varias de las versiones que habían presentado en el programa. Al año siguiente, en 2018, editaron su primer álbum de estudio, Il ballo della vita, el que incluyó 12 canciones que alternan entre el italiano y el inglés. Fue un éxito en Italia, y se metió en el top 20 en otros países de Europa.

En marzo de 2021, lograron un nuevo hito. Con Zitti e buoni, una encendida canción en clave hard rock, ganaron el Festival de San Remo, lo que marcó un hito al imponerse en un escenario en que no siempre el rock ha tenido cabida. Ello les dio el pase para representar a Italia en la competencia de Eurovision, la que ganaron al sumar un total de 524 puntos. Ello le dio un impulso a la canción, la que consiguió el número uno en países europeos e ingresó al Top 10 global de Spotify.

Ello le dio un empujón a su segundo disco, Teatro d’ira: Vol. I (2021), lo que acabó por consolidar a la banda y su propuesta en que mezclan letras sobre sexualidad, placer y vestuario estrafalario. A eso le sumaron un show en vivo con vocación de estadio, con toda la parafernalia posible.

El fenómeno de Måneskin ha sido comidillo del mundo del rock. Han sido banda de apoyo para los Rolling Stones y ya recibieron la bendición de Mick Jagger, quien hace algunos días dijo ver en gente como Machine Gun Kelly y Yungblud a quienes logran darle “un poco de vida en el rock’n’roll”.

Pero desde los Måneskin se niegan a recoger cualquier etiqueta. “Nadie está ‘manteniendo vivo el rock’n’roll’ -le dijo David a NME-. Es simplemente imposible de matar. En mi cabeza, lo que estamos haciendo es muy diferente a lo que está haciendo MGK, que está muy lejos de lo que está haciendo Yungblud, que está muy lejos de lo que está haciendo Willow Smith, pero muchos artistas están trayendo de vuelta ese tipo de sonido. y energía: guitarras distorsionadas y batería real, para tocar con una banda con sonidos analógicos reales, clavados en el escenario, toda la mierda del rock’n’roll”.

Más aún, la banda ha eludido cualquier convención sobre el rock. En su debut en el afamado festival Coachella, en abril pasado, no dudaron en interpretar una versión de Womanizer, de Britney Spears. Algo que no les hizo ruido, pero sí a los más puristas del género, quienes esperaban verlos algo así como los nuevos Led Zeppelin o Black Sabbath. Pero ellos no han querido ponerse el traje.

“Para mí, simplemente no tiene sentido esperar que nos comportemos como los Stones o Queen -señala David-. Ya sucedió y alcanzó su punto máximo. Ellos crearon un jodido legado y nadie puede tocarlo. Es tan estúpido y sin sentido esperar que una banda de veinteañeros replique lo que estaba sucediendo en los años 70 y 80. Estamos en el jodido 2022, así que solo estamos tratando de hacer algo nuevo que nos haga sentir satisfechos y felices. Realmente disfruto ver a la gente decir: ‘Oh, no son Led Zeppelin ‘. ¡Lo sé! nunca lo seremos. No soy Robert Plant ; ¡Ojalá lo fuera! Tengo que hacer mi propia mierda”.

Lo último fue su single Supermodel, un tema de vocación pistera trabajado junto al mesías del pop, el productor Max Martin, el que presentaron durante la final de la edición 2022 de Eurovisión. Además, cancelaron sus conciertos en Rusia y han manifestado su condena a la invasión a Ucrania. “Esta tendencia de ser siempre neutrales como artistas para no perder público de una parte o ganarlo de otra la veo verdaderamente antiartística”, señaló David en una rueda de prensa.

Mientras, preparan en Los Angeles su tercer disco, a la vez que ya son un número fijo en festivales. No es todo; su estrella llega hasta el cine, con una versión de If I Can Dream, para la biopic de Elvis de Baz Luhrman. Además, alistan su debut en Chile el próximo 14 de septiembre en Movistar Arena ¿Salvadores del rock? han eludido el mote, pero al menos, en estos días, le han dado un aire más cercano a la actualidad que a la nostalgia. Un paso adelante.

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