Frente al castillo de Edimburgo, en el corazón de la ciudad, se encuentra la librería Waterstones. Ocupa cuatro pisos de un edificio señorial en Princess Street, la calle más concurrida. Fue en sus vitrinas donde JK Rowling vio un ejemplar impreso de Harry Potter y la piedra filosofal por primera vez hace 25 años. “Fue uno de los mejores momentos de mi vida. Gracias @BloomsburyBooks, por arriesgarse con un total desconocido”, posteó el 26 de junio en su cuenta de Twitter. Y agregó una frase cuyos alcances aún están por definirse:
“No tenía ni idea de lo que se avecinaba mientras estaba estupefacta en esa librería, mirando mi nombre en el lomo de una novela publicada. Gracias a todos los lectores que abordaron el Expreso de Hogwarts en 1997 y se quedaron con Harry hasta el final. Qué viaje fue”.
Un viaje literario sin precedentes y uno de los mayores fenómenos de la cultura popular.
La primera edición de Harry Potter y la piedra filosofal fue un tiraje modesto, acorde a una autora inédita, en un momento en que la fantasía parecía pasada de moda y los libros infantiles eran pequeñas secciones dentro del mundo editorial. Bloomsbury imprimió solo 500 copias y 200 de ellas fueron destinadas a bibliotecas.
Esa edición fue suficiente: la novela ganó el premio a Libro Infantil del Año en el Reino Unido. El sello Scholastic adquirió los derechos para Estados Unidos y rápidamente el libro escaló en la lista de bestsellers.
Hoy Harry Potter y la piedra filosofal es la tercera novela más vendida de la historia, con 120 millones de copias, solo detrás de Historia de dos ciudades de Dickens y El Principito de Saint-Exupéry. Y la saga completa de siete libros no tiene equivalente: suma ventas por 500 millones de ejemplares en más de 70 lenguas.
Con motivo del aniversario, Bloomsbury publicó una edición conmemorativa que reproduce la portada original y agrega material de entretención nuevo. También reeditó en una edición especial los Cuentos de Beedle el Bardo. Además lanzó una campaña de lectura en colegios e invitó a fans a compartir sus recuerdos asociados al libro.
Notoriamente, JK Rowling no figura en el aniversario: no ha participado en encuentros con lectores y a diferencia de otros años, “no hay planes” para que firme libros, informó Bloomsbury. Si ella solía ser el alma y la protagonista de las celebraciones en torno al libro, hoy no está invitada o no es bienvenida a la fiesta.
Con sus tweets sobre temas transgénero, la escritora abrió una grieta en su relación con parte de sus lectores. Y no parece dispuesta a modificar sus puntos de vista.
A fines de 2019, la autora intervino en el debate a través de Twitter en apoyo de Maya Forstater, una abogada que perdió su trabajo en el Centro de Desarrollo Global luego de expresar críticas hacia las mujeres trans. Uno de sus posteos decía que “los hombres no pueden convertirse en mujeres”.
Entonces JK Rowling la respaldó: “Vístete como quieras. Llámate como quieras. Duerme con cualquier adulto que te acepte. Vive tu mejor vida en paz y seguridad. ¿Pero obligar a las mujeres a dejar sus trabajos por afirmar que el sexo es real? #EstoyConMaya”, twiteó.
Esta semana, después de casi tres años, Maya Forstater ganó un juicio por discriminación en Londres. El fallo sostuvo que si bien las opiniones críticas de género pueden ser “profundamente ofensivas e incluso angustiosas para muchos otros... son creencias que deben ser toleradas en una sociedad pluralista”.
Contraria a la censura del debate, JK Rowling celebró el fallo como un triunfo de su causa: “Cada mujer que ha sido acosada, silenciada, intimidada o ha perdido su empleo debido a sus creencias críticas de género es hoy más libre y segura, gracias a la guerrera que es @MForstater”, posteó.
“Un momento difícil”
En 2003, cuando la saga de Harry Potter ya era un éxito mundial, JK Rowling recibió el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia. Para entonces, cada lanzamiento de un nuevo volumen era un acontecimiento global: desde Australia y Japón a Estados Unidos, los niños y sus padres hacían filas a medianoche en las librerías. Miles reservaban en preventa por internet; los principales medios se disputaban el manuscrito y los editores hacían firmar contratos para evitar las filtraciones. Las adaptaciones al cine llevaron el fenómeno a otro nivel: se calcula que la serie de películas recaudó unos 9 mil 200 millones de dólares.
-Mi intención no fue ni enseñar ni predicar a los niños (...) Quise representar las ambigüedades de una sociedad donde la intolerancia, la crueldad, la hipocresía y la corrupción abundan, para demostrar mejor lo heroico que es, cualquiera que sea tu edad, luchar en una batalla que nunca se ganará. Y también quise reflejar el hecho de que la vida entre los 11 y los 17 años puede ser difícil, aún armados con una varita mágica -dijo al recibir el premio de la Concordia.
Casi dos décadas después, Harry Potter aún es valorado por sus antiguos y nuevos lectores, pero para muchos de ellos la escritora parece escindida de su obra.
“Muchos de ustedes pueden estar al tanto de los tweets recientes de JK Rowling sobre temas transgénero. Estamos muy entristecidos y consternados por esto y no aprobamos las opiniones que expresó de ninguna manera”, dice la página de The Potter Trail, un recorrido por los lugares de Harry Potter en Edimburgo. Formado por un grupo de fans en 2010, el circuito visita los principales sitios vinculados a la historia de la novela. No se cobra por unirse al trail, que suele durar unos 90 minutos, pero se sugiere una colaboración de entre 10 y 20 libras. Parte de esa recaudación es destinada a Scottish Trans Alliance, una sociedad que trabaja por la integración de personas trans.
“Es un momento difícil para muchos ser fanáticos de Harry Potter, pero deseamos sinceramente que las opiniones de JK Rowling no disminuyan nuestro aprecio por los libros y sus mensajes de inclusión y tolerancia”, dicen los organizadores.
La escritora chilena Francisca Solar se dio a conocer en 2003 con un fanfiction sobre Harry Potter, El ocaso de los altos elfos. Exito de lectura en internet, su versión alternativa llamó la atención de Andrea Palet, entonces a cargo del catálogo de Ediciones B, quien le ofreció contrato por una novela de espíritu juvenil que respiraba del thriller y de la atmósfera de los Archivos X.
Este año Francisca Solar publicó La Via Damna, una novela de bordes históricos y ambiente gótico y de eficaz estructura narrativa. Hoy la antigua admiradora de la saga prefiere no hablar de JK Rowling. Desde luego, no comparte sus puntos de vista.
Fue en el mes del Orgullo Gay, en junio de 2020, cuando la autora de Harry Potter publicó el tweet que lastimó su relación con los lectores y con la comunidad trans: junto a un enlace a un artículo titulado “Creando un mundo post-COVID-19 más equitativo para las personas que menstrúan”, anotó: “Las personas que menstrúan. Estoy segura de que solía haber una palabra para esa gente. Alguien que me ayude. ¿Wumben? Wimpund? Woomud?”.
Su post recibió miles de respuestas, con insultos y acusaciones de transfobia.
Días después JK Rowling publicó un ensayo donde explicaba su preocupación “por el nuevo activismo trans” y el esfuerzo “por erosionar la definición legal de sexo y reemplazarla por género”. En su texto afirmó: “Quiero que las mujeres trans estén seguras. Al mismo tiempo, no quiero hacer que las niñas y mujeres de nacimiento estén menos seguras. Cuando abres las puertas de los baños y vestuarios a cualquier hombre que cree o siente que es una mujer… entonces abres la puerta a todos los hombres que deseen entrar. Esa es la simple verdad”.
En el mismo ensayo contó que ella misma fue víctima de violencia sexual y doméstica en su primer matrimonio. Pero sus explicaciones no fueron suficientes
Tristeza e incomodidad
“Las personas trans son quienes dicen ser y merecen vivir sus vidas sin ser constantemente cuestionadas o decirles que no son quienes dicen ser”, fue la reacción de la actriz Emma Watson. Daniel Radcliffe adoptó la misma postura y agregó: “A quienes ahora sienten que la experiencia de los libros ha quedado mancillada o menoscaba: siento mucho el dolor que estos comentarios les han causado.
Sitios de fans como The Leaky Cauldron decidieron separarse de la escritora: resolvieron no informar nada más sobre ella. “Aunque es difícil hablar en contra de alguien cuyo trabajo hemos admirado durante tanto tiempo, sería un error no utilizar nuestras plataformas para contrarrestar el daño que ha causado”, comunicaron.
La autora se sintió obligada a renunciar al Premio Robert F. Kennedy de Derechos Humanos que había recibido en 2019, luego de que la hija del ex senador, Kerry Kennedy, rechazó sus tweets: “Los ataques de JK Rowling a la comunidad transgénero son inconsistentes con las creencias y valores fundamentales” de la organización y “representan un repudio a la visión de mi padre”, afirmó.
Insistentemente, JK Rowling ha negado las acusaciones de transfobia. También ha acusado el asedio de los activistas trans, quienes la califican como TERF (Feminista Radical Trans Excluyente).
Autores como Ian McEwan y Tom Stoppard firmaron una carta en Sunday Times en su apoyo. Y así como ha encontrado respaldos, también ha tomado distancias: en medio de esta controversia bloqueó en Twitter a Stephen King, antiguo aliado, porque criticó su postura.
En la reunión de Regreso a Hogwarts de 2021, ella no participó. Reapareció en marzo en el estreno de Los secretos de Dumbledore, pero es indudable que su figura genera incomodidad: en una entrevista con Tom Felton (Draco) hace una semana, el equipo de prensa le impidió a un periodista preguntarle por JK Rowling.
En abril ella organizó un almuerzo en homenaje a “las mujeres que se han apoyado mutuamente”. Entre las invitadas estaban Maya Forstater y feministas que han polemizado con la comunidad trans, como Julie Blindel y Suzanne Moore, ex columnista de The Guardian.
La periodista Beth Ashton, editora de Opinión de The Independent, se formó como lectora con Harry Potter y siente que las opiniones de la autora de algún modo ensombrecen su obra. “Si bien estoy segura de que a JK Rowling no le molestará que ya no contribuya financieramente al imperio Potter, es una pena que algo tan importante en mi infancia ahora traiga consigo sentimientos de incomodidad y tristeza, donde antes traía mucha alegría y alivio”.
JK Rowling persiste en su defensa de las mujeres y enfrentada al activismo trans, a veces con tweets provocativos.
Uno de sus últimos fue a favor de Macy Gray. En una entrevista televisiva, la cantante expresó: “Diré esto y todos me van a odiar, pero como mujer, el hecho de que te cambies las partes no te convierte en una mujer, lo siento”.
Para irritación de sus detractores, JK Rowling twiteó: “Hoy parece un buen día para asegurarme de tener todo el catálogo de Macy Gray”.