Columna de Daniela Lagos: Desparejado: Predecible, algo repetida, pero también entretenida
Desparejado es el nombre de la serie que debutó con sus primeros ocho episodios en Netflix, y que tiene como gran nombre en producción a Darren Starr, también creador de Sex and the City y de otras series como Emily in Paris y, mucho antes, Beverly Hills, 90210. Y la verdad es que decir que esta serie tiene similitudes con la de Sarah Jessica Parker, es quedarse corto.
Una serie sobre la vida, las relaciones, el trabajo y las amistades de una persona soltera, atractiva, de muy buen pasar y con el corazón roto en Manhattan. No es Sex and the City, pero tampoco está tan lejos. Y de hecho, la cabeza creadora es la misma.
Quien está al centro de la historia es Michael (Neil Patrick Harris, How I Met Your Mother), un exitoso corredor de propiedades que es dejado por su novio después de 17 años de relación. No hay muchas explicaciones ni largas conversaciones, entonces lo que queda es un protagonista muy confundido, dolido y por primera vez soltero después de casi dos décadas.
Desparejado es el nombre de la serie que debutó con sus primeros ocho episodios en Netflix, y que tiene como gran nombre en producción a Darren Starr, también creador de Sex and the City y de otras series como Emily in Paris y, mucho antes, Beverly Hills, 90210. Y la verdad es que decir que esta serie tiene similitudes con la de Sarah Jessica Parker, es quedarse corto.
Están las conversaciones por Nueva York con sus amigos y amigas tratando de descubrir qué es lo que salió mal y cómo volver al mundo de las citas. Están también las fiestas glamorosas, los hombres guapos, el humor a veces subido de tono, los momentos de tristeza por la relación que terminó…
Entonces la pregunta es si necesitamos una nueva versión de la misma historia, y la respuesta es que probablemente no, pero ya está aquí y si bien se siente bastante repetitiva, también cumple.
Neil Patrick Harris vuelve a la comedia televisiva que es un formato que le acomoda y que maneja bien. Y junto con él están los amigos y las amigas, un puñado de buenos actores que consiguen esa química característica de las historias de Starr: amistad incondicional cargada también de críticas y mordaces comentarios.
La serie se mueve a buen ritmo y es fácil no darse cuenta cuando ya se han visto tres o cuatro episodios. Es como volver a una vieja y cómoda prenda de vestir: no tiene novedad, no es la opción más espectacular, pero es conocido y confortable, y a veces eso es suficiente.
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