Una nueva disputa judicial se abre en torno al álbum Las últimas composiciones de Violeta Parra (1966), una de las piezas fundamentales y más emotivas del cancionero chileno.

Pese a su valor mayúsculo -editado sólo tres meses antes del suicidio de la cantautora y con joyas como Gracias a la vida, Run Run se fue pa’l norte y Volver a los 17-, el álbum acumula un pedregoso historial en torno a sus derechos fonográficos, o sea, los concernientes a su explotación y comercialización. Los mismos que han enfrentado al actual propietario de estos derechos, el ingeniero de sonido Pedro Valdebenito, con Isabel Parra, hija de Violeta, quien durante años ha realizado tratativas para que le cedan totalmente el master original, o sea, la grabación sonora inicial a partir de la que se fabrican los discos que salen a la venta.

Tras años de gestiones y negociaciones, en 1996 Valdebenito adquirió por la suma de $345 millones todo el repertorio del antiguo sello RCA Víctor. Se trata de un valioso catálogo de tres mil masters que cubren desde 1933 hasta 1980, el que incluye Las últimas composiciones, el único álbum que la folclorista grabó con la disquera. Ello dejó a la familia de la artista sólo con lo correspondiente a la parte de derechos autorales.

En términos concretos, el clan Parra no cuenta con la autorización para rentabilizar el título de forma comercial: ni editarlo, ni distribuirlo, ni ponerlo en venta.

Pedro Valdebenito

Más aún, en 2006, Isabel Parra demandó a Valdebenito en el Séptimo Juzgado de San Miguel bajo la figura de apropiación de obra, lo que culminó años después con un fallo que obligó al ingeniero a pagar $ 4 millones por derechos artísticos y $ 14 millones por derechos morales, aunque este no modificó el fondo del asunto y los derechos fonográficos se mantuvieron. Tras ello, se han hecho intentos por llegar a un acuerdo y explotar el fonograma de forma compartida. Sin embargo, ello no ha prosperado.

En 2017, la Fundación Violeta Parra editó un CD con el mismo nombre al que se le agregaron dos pistas adicionales y además se le añadió un diseño de arte diferente. Este se comercializó en el recinto del museo dedicado a la autora, en calle Vicuña Mackenna, el que ya no existe, ya que sufrió un incendio en el contexto del estallido social.

Valdebenito acusa que tal maniobra se realizó sin su autorización, por ello ante el Octavo Juzgado de Garantía de Santiago entabló una querella criminal en contra de la Fundación, por los delitos tipificados en los artículos 79 letra b, y artículo y 81 de la Ley 17.336, la que fue acogida el 2 de agosto.

Los acusa de vulnerar la Ley de Propiedad Intelectual, calificándolos en el texto de “responsables del delito de reproducción, comunicación pública, modificación y comercialización de copias no autorizadas del fonograma que contiene la obra musical Las últimas composiciones de Violeta Parra...”.

“Yo busco justicia nomás -explica Valdebenito al teléfono con Culto-. Esta señora lo pirateó, lo mandó fabricar para venderlo en su negocio y no solamente eso; se modificó la carátula, la información. Entonces yo opté por esta medida para cortar el tema y entrar en la racionalidad, para editar el disco con todo lo que dicen las leyes. Y también aclarar todas las calumnias que me han echado durante todos estos años”.

Según consta en el documento de la querella (al que Culto tuvo acceso) una vez conocidos los hechos, la abogada Bernardita Torres, que representa a Valdebenito, contactó a Isabel Parra a fin de hacerle ver la situación. En una parte de su respuesta, enviada vía email el 29 de marzo de 2021, la folclorista explica: “El año posterior a la muerte de mi madre (1967), Gilbert Favre, su compañero de vida, nos entregó un regalo de manos de Violeta Parra para él, con una copia del master que ella le llevara a Bolivia como regalo de su última grabación discográfica”.

Respecto a la edición que se vendía en la tienda del Museo, la artista señaló en el mismo correo: “El año 2017, el Museo Violeta Parra, proyecto concretado por sus hijos e inaugurado el 2015, celebró los 100 años del nacimiento de Violeta con diversas actividades en Chile y en el mundo. Nuestra pequeña tienda editó dentro del Museo para difusión y regalo un cd con las grabaciones de Violeta y dos canciones interpretadas por mi hermano Ángel y yo. Deben saber ustedes, que el Museo Violeta Parra el año pasado fue saqueado e incendiado tres veces y no se va a reconstruir. Los productos que no se robaron se quemaron en el incendio, incluido disco cd de Violeta Parra”.

Por su lado, Pedro Valdebenito contraargumenta. “Esos procedimientos no son válidos ni aquí, ni en la quebrada del ají. Cuando hay transferencia de propiedad intelectual, de fonograma o lo que sea, todo eso tiene que pasar por un protocolo que es muy serio. Y todas estas cosas, esta gente no lo ha cumplido”.

Más aún, la querella detalla que aquel disco incluía la frase Propiedad de la Fundación Violeta Parra, lo que se estima que también es constitutivo de delito, al no reconocer la propiedad de Valdebenito sobre los derechos fonográficos.

Un disco en las plataformas

En la querella se detalla otra situación. En las plataformas digitales existe una versión no autorizada del álbum, que estaría percibiendo las ganancias asociadas a cualquier producción en ese formato. “Se trata de una publicación escondida en un disco compilatorio de 98 canciones titulado Toda Violeta Parra: El Folklore de Chile, con una carátula distinta, a través de un sello de fantasía o falso llamado Universal Music Enterprices que lo distribuyen la empresa Altafonte, recibiendo la recaudación la querellada FUNDACION VIOLETA PARRA”, detalla el documento.

El arribo del álbum a plataformas virtuales también tiene que contar con los permisos de Valdebenito.

Por ello, el demandante solicita además las “liquidaciones completas de regalías digitales pagadas por la empresa Altafonte por los 15 temas incluidos del fonograma antes mencionado las que se encuentran incluidas en la compilación publicada en plataformas digitales por la FUNDACION VIOLETA PARRA Toda Violeta Parra: El Folklore de Chile distribuida por Altafonte”.

Sin embargo, desde Altafonte hacen llegar a Culto una declaración que desmiente categóricamente su participación en el hecho, asegurando que no están involucrados en este conflicto legal. “Altafonte Network S.L. se ve mencionado en este artículo de forma injusta y unilateral dado que los discos Las Últimas Composiciones de Violeta Parra y Toda Violeta Para: El Folclore de Chile, no son, ni han sido distribuidos por la compañía”, aclara el texto.

Valdebenito, a través de la acción judicial, también solicita todas las facturas relacionadas con los pagos que ha recibido la fundación por comercializar el álbum; y los pagos que ha hecho la Sociedad Chilena del Derecho de Autor (SCD) por distintos conceptos de derechos a la entidad.

La parte demandante incluso recurrió a la asesoría técnica del ingeniero de sonido, Marco Antonio Contreras, quien realizó un análisis comparativo de la cinta magnética maestra original, el CD de la Fundación y la grabación disponible en las plataformas digitales.

“En el estudio, nos dimos cuenta que esto estaba pasando de un vinilo y más encima que estaba cambiado de tono, lo que ya es una alteración de la obra. Pero esto está sacado de un vinilo que está mal prensado y está un poco más rápido”, cuenta Felipe Domínguez, quien es parte de Al Abordaje Muchachos, compañía que ha estado cargo de importantes reediciones del catálogo musical chileno como La Ventana, de Los Jaivas o la más reciente, de La Voz de los 80′, de Los Prisioneros, en alianza con Fusión.

Violeta Parra y Alberto Zapicán, el músico uruguayo que la acompaña en el álbum Las últimas composiciones

Domínguez cuenta que está un curso una nueva remasterización y reedición del álbum a través de su empresa, todavía sin fecha para eventual publicación, precisamente a partir de todo el lío judicial. Esta versión se hará desde de la cinta master original propiedad de Valdebenito.

“Tomamos la cinta master y tenemos una nueva y fresca transferencia que es sin duda un upgrade notable desde el cual se hizo un impecable masterizacion que queremos mostrar al mundo como este material lo merece. Hoy tenemos que solucionar esto [la querella], que es algo serio”.

Pese a la querella, Valdebenito deja entrever que hay posibilidades de conversar. “La situación pasa porque la señora entre en la cordura y entremos a explotar el fonograma como se hace en todas partes del mundo. Si ella reconoce como corresponde las propiedades y se atiene a los tratos que son entre productor de fonograma y dueños de derechos artísticos, eso es lo legal. Pero yo no voy a regalar el fonograma, porque todas las conversaciones con ella pasan por eso, que le ceda el fonograma”.

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