La Sonrisa de Gladys, de Richard Sandoval (Planeta)
Llamó la atención entre las jóvenes del PC de los 70 porque usaba minifaldas. Desde luego, no era su única audacia. De personalidad elocuente y combativa, “no era una monja comunista”, recuerda un ex compañero: le gustaba bailar y tenía gran sentido del humor. Esos son algunos de los aspectos que ilumina el perfil de Gladys Marín escrito por Richard Sandoval. Elaborado desde la admiración, el libro explora en la intimidad y en los aspectos menos evidentes de una mujer de enorme entereza, que sufrió la desaparición de su marido y la separación de sus hijos durante la dictadura. Admirada por su consecuencia y criticada como heroína autoritaria. De la clandestinidad al fracaso de su candidatura presidencial, el autor elabora un retrato cercano, que no elude las contradicciones de una líder que apoyó al FPMR, que presentó la primera querella contra Pinochet, defendía a Cuba y respaldó a las disidencias sexuales. El libro se aproxima también a sus últimos días, afectada de cáncer, escuchando poesía, acompañada de su familia y de su última pareja.
La Vida Inmueble, de Federico Galende (Laurel)
El mundo había cambiado: los ruidos ya no provenían de los bocinazos de la calle o de una construcción cercana. El mundo había ganado una quietud surrealista y hasta un puma había merodeado de noche por la ciudad. Los ruidos venían ahora del sonido de quien lava platos o de un televisor encendido. Rummy, el escritor que protagoniza esta narración, vive una temporada en el encierro, solo, lejos de su novia. Inesperadamente, la quietud le da al mundo una lentitud sorprendente, piensa. Trata de escribir y no lo consigue. Se inventa una rutina de tareas domésticas. Sigue un curso de yoga por televisión recomendado por su hermana. De cabeza, en el living, piensa en su fracaso como escritor. Está en una paradoja: “la huelga de acontecimientos llamaba a matar el tiempo escribiendo, pero a la vez se encargaba de vaciar el mundo de temas sobre los que escribir”, anota Federico Galende en su tercera novela, un relato digresivo que mira la vida con perplejidad, ironía y humor.
Un Nuevo Barrio, de María José Arce y Josefina Hepp (Muñeca de Trapo)
Cuando Renata salía de su casa, se encontraba con un barrio gris y depresivo: los rincones estaban sembrados de escombros y los animales escarbaban entre los desechos. Su casa en cambio era limpia, ordenada y luminosa. El entorno era tan inseguro que Renata no dejaba salir a su hija a jugar. Pero un día decidió cambiar la historia: comenzó por recolectar los desechos alrededor de su casa. Cada día fue avanzando por su barrio y su entusiasmo contagió a los vecinos. A las semanas habían terminado de limpiar y comenzaron a plantar árboles y sembrar: incluso hicieron una huerta comunitaria que en poco tiempo dio frutos. Inspirado en una historia real de una vecina de San Ramón, el libro rescata el valor del trabajo en comunidad y, con animadas ilustraciones, entrega un conjunto de datos sobre cómo colaborar para lograr un ambiente más sostenible.