Quevedo, la historia del socio de Bizarrap que hoy es el más escuchado del mundo
El joven español de 20 años que hoy encabeza el listado Top 50 Global junto al argentino Bizarrap, resume el ascenso de las estrellas juveniles. Con la pandemia dejó la universidad para hacer música desde su residencia en las Islas Canarias, donde ha logrado el éxito gracias a una seguidilla de sencillos. ¿Un álbum? no lo necesita.
De existir un subgénero en los listados musicales, sería el de los hits del verano. Y al menos en el hemisferio norte, el título hoy se lo está llevando la muy pistera Quédate, el tema con aire a discoteca y carrete que reúne a dos veinteañeros; el español Quevedo y el argentino Bizarrap.
A un mes de su lanzamiento, el tema encabeza el listado Top 50 Global en la plataforma Spotify, acaso la medición más importante de la industria musical en días en que las canciones se distribuyen a punta de clics y challenges en internet. Un logro no menor, al superar a competidores de fuste, como As it was, de Harry Styles, Me porto bonito, de Bad Bunny, Pink Venom de Blackpint, y a la también muy pistera Despechá, de Rosalía, probablemente la otra canción retadora al cetro de hit global.
Probablemente, el nombre de Quevedo aún no resuene al mismo nivel que el de los exponentes más consagrados de la música urbana. Nacido como Pedro Luis Domínguez Quevedo, en diciembre de 2001 (hoy tiene 20 años), es en toda regla un millenial. Oriundo de Madrid, su familia se trasladó a Brasil donde vivió durante un lustro hasta retornar a la península, donde se inició en freestyle rapeando con sus amigos. Hoy, está radicado en las Islas Canarias, donde ha ido construyendo una carrera que dialoga con lo que han hecho otros jóvenes alrededor del orbe.
Un hit casual
Fue la pandemia la que hizo a Quevedo. Por entonces era nada más un joven aficionado al rap que tras mascullar las dudas vocacionales propias decidió salirse de la Universidad para dedicarse de lleno a la música. Así, mientras el mundo se encerraba por la amenaza del virus, él comenzó a trabajar junto al productor Alejandro Prendergast, quien creyó en su talento. De ese modo empezó a posicionar temas, como Ahora y siempre, que en 2021 ocupó el puesto 19 en el top 50 de Los más virales: Global Spotify. También ha sumado otros como Universitaria y No me digas nada, con las que se ha vuelto habitual en las playlist de fiestas y discotecas.
Poco a poco, su peculiar voz ronca comenzó a discurrir entre los clics e historias de Instagram, pero faltaba el envión definitivo. Allí llegó la chance de participar en las afamadas sesiones de Bizarrap (y que está confirmado como cabeza de cartel en la próxima edición chilena de Creamfields, en noviembre), quien ha destacado por sus colaboraciones con Nathy Peluso o la ya inmortal tiradera de Residente. Por esas coincidencias, el canario estaba en Argentina, uno de los crisoles creativos de la música urbana en Sudamérica junto a Chile, cuando recibió un mensaje del hombre de los anteojos y jockey.
“Me dijo que le gustaba lo que estaba haciendo y que esperaba que pudiésemos hacer música juntos. El momento fue perfecto porque yo estaba realmente en Argentina grabando Si Quieren Frontear con Duki. Así que decidimos hacer la sesión”, contó en charla con Billboard, una de las pocas que ha concedido desde que su nombre se volvió el sabor del momento. De alguna forma, sabe que cada palabra ahora tiene una exposición diferente.
Una vez decididos, se reunieron para grabar. En la misma conversación, Quevedo detalló que fue un día como cualquier otro en que dos paisanos hacen música sin mucha pretensión. “Parecía un día normal en el estudio, nada fuera de lo común. Grabamos la canción y después pasamos el día riendo y viendo vídeos en Youtube. Lo que no es normal es lo que ha pasado con la canción después de que se haya estrenado”.
Y una vez arriba, la canción estalló. En YouTube, la sesión alcanzó 200 millones de visionados y contando. Para los expertos allí se sumaron una serie de factores. “No se hace un éxito de estas dimensiones si no se tienen muchos elementos. Es una canción para compartir, para dar saltos en las fiestas del verano. Además, tiene una voz diferente, grave, distinta a lo habitual”, le dijo a El País, el veterano productor musical, José Luis Gil, quien en su CV puede exhibir hits de Raffaella Carrá, Locomía, Miguel Bosé, entre otros.
“Otra peculiaridad: a diferencia de otros temas latinos tiene una melodía muy cantable que se expande -agrega Gil-. Y una letra bien rimada, con giros graciosos y una rítmica muy utilizada en la música de baile. Es un pleno en todos los ingredientes. Y conecta mucho con la gente joven: un himno donde saltan y cantan juntos”.
El resto lo hace la misma canción: apela al desamor, acaso el tópico más universal de la música, que parece resonar más aún en tiempos de pandemia y distanciamiento social. Se le suma un coro pegadizo con vocación de estadio, pero que puede sonar en cualquier discoteca de Latinoamérica sin desentonar. “Quéeeeeedate, que las noches sin ti duelen”.
Acaso siguiendo la clave de los tiempos, Quevedo no ha lanzado hasta ahora un álbum. Le basta por ahora con los sencillos que ha colocado en las plataformas. “Disfruto haciendo música y por supuesto, lanzaré más a lo largo del año”, señaló a Billboard. No hay prisas. Solo llevar el ánimo de la fiesta a los virales y las plataformas.
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