Si algo caracterizó a Los Tres, al menos en su primera década de trabajo en que publicaron discos como La Espada & La Pared y Fome, fue el arrojo para desarrollar una propuesta que bebía tanto de la tradición del rock, como de la canción popular chilena. Una actitud cercana a los rockeros de los 60, que ofrecieron una lectura en clave pop del R&B, llevada en días en que la música chilena presentaba un renacer en variados estilos.
Una mirada al pasado que tiene una nueva traducción en nuestros días. La banda liderada por Álvaro Henríquez y Roberto Titae Lindl, a los que se suman el guitarrista Sebastián Cabib y el baterista Boris Ramírez, están presentando una particular gira con el elocuente nombre de Rarezas. Se trata de una serie de shows en que el grupo vuelve sobre material que no tocaba hace mucho tiempo en vivo o que en su momento tuvieron poco rodaje en la carretera.
Una decisión que se ha mostrado acertada. Desde el lanzamiento del EP Por acanga (2015) el grupo no publica nuevo material (aunque Henríquez aseguró a este medio que siempre está componiendo canciones), y para un álbum en toda regla hay que retroceder más atrás, al 2010, año en que publicaron el álbum Coliumo. A eso se le suma el álbum en vivo Los Tres Unplugged 20 años, el registro de un show del año 2016, en que la banda celebró el aniversario de su memorable MTV Unplugged.
En cuanto a Rarezas, hasta ahora el show se ha presentado con éxito en Concepción, Viña del Mar, Frutillar, Castro, y en la explanada de Matucana 100, en la capital. En esta última ocasión, el pasado sábado 27, el concierto fue grabado a varias cámaras junto al registro de audio a cargo de Gonzalo “Chalo” González, reputado ingeniero de sonido y productor que ha trabajado con la banda, por ejemplo, en Por Acanga y en el disco en vivo Arena (2007). La idea, se comenta, sería publicar un eventual álbum del show.
“Cualquier rareza”
El show en Matucana dio cuenta del buen nivel de directo del grupo, y cómo, pese al tiempo y a no contar con la totalidad de los músicos originales que grabaron varias de las canciones, se logra recrear los temas del pasado con notable precisión. A ello se suma un muy buen sonido, que permitía distinguir claramente los instrumentos, lo que potenciaba la experiencia.
En cuanto al set, hay al menos ocho canciones de La Sangre en el Cuerpo (1999), el último con la formación original del grupo, y del que se interpretan cortes que hace mucho no se escuchaban en vivo. Entre otros, pasan Lo que quieres, La feria verdadera, Agua fría y las instrumentales Rompe paga y El Rey del Mariscal, que muestran dicha faceta de la banda. Probablemente los fans más acérrimos extrañaron instrumentales más clásicas como Follaje en el invernadero o V&V.
También se interpretaron algunas canciones tomadas de los discos de los 90. Del debut homónimo (1991) pasan Amores Incompletos, Flores secas y la rockabillera El haz sensor. También hay espacio para Felíz de perder, el garajero tema de Se Remata el Siglo (1993),e incluso para Moizefala, acaso el clásico desconocido más celebrado por los fans más militantes, que deja en claro que Henríquez también puede construir baladas, y muy buenas.
A esta última se le dio un nuevo aire con la invitación a la cantautora Jazmín Gómez, quien hizo una sentida interpretación del tema. Ella misma tomó la voz solista en Quizás con quién, la hermosa canción de Por acanga que se incorporó a un bloque de temas acústicos. También participó como invitado el joven virtuoso de la guitarra Paolo Murillo, además de la participación más estable de Cuti Aste, acaso como un guiño a los primeros años del grupo.
Asimismo pasaronn cortes de Coliumo (Diabla, Cárcel, hospital y cementerio, Y para qué) y Hágalo usted mismo (No es cierto, Agua bendita, Viento) que no sonaban hace un buen rato en vivo. Allí destacan No es cierto, el célebre tema inspirado en aquella frase del exdictador Augusto Pinochet, seguido con complicidad por el público, como si compartieran una broma privada. “Cualquier rareza”, comentó Henríquez en un momento, con su habitual sentido del humor. El bis, eso sí, es casi un nuevo show; 10 canciones de las más clásicas, como Hojas de té, Amor violento y La Espada & La Pared.
La gira rarezas continuará en septiembre con fechas en Los Andes y Antofagasta, para seguir en octubre en el Teatro Municipal de Valparaíso. En vivo, el repertorio suena afiatado y fresco. Más de alguno añora otros cortes, pero la idea de refrescar la propuesta de la banda a partir de una nueva mirada a las viejas canciones, se logra a cabalidad. “La sangre en el cuerpo es dura de borrar”, canta Henríquez, en una letra del pasado, que hoy, cobra total sentido de realidad.