Habitual ejercicio de los medios musicales, la revista Rolling Stone publicó a fines de agosto una de sus clásicas listas. Esta vez no se trató sobre discos de rock, sino que de las 100 mejores canciones de reggaetón de todos los tiempos. Probablemente algo impensado hace unos veinte años, cuando el rock alternativo y el pop todavía se disputaban las primeras posiciones de los rankings. Pero a tono con los tiempos, el magazine se montó en la ola de un fenómeno local que se expandió hasta alcanzar alturas insospechadas.
Tal vez por esa razón, a la cabeza del listado figura Gasolina, de Daddy Yankee. El afamado primer sencillo del álbum Barrio Fino (2004), que marcó el pie de playa para la irrupción del género en el mercado mundial. De hecho, en su momento hasta se coló en el Billboard Hot 100, donde trepó hasta el lugar 35. “La canción arrojó una luz de megavatios sobre lo que se había estado gestando en lugares como Panamá y Puerto Rico, y anunció oficialmente que el reggaetón era un fenómeno mundial que llegó para quedarse”, detalla Rolling Stone. Y no se quedó allí. Ese disco, que superó los ocho millones de copias vendidas a nivel mundial con casi todas sus canciones en español, dejó otros temas ineludibles como Lo que pasó, pasó, Like you, No me dejes solo, entre otros.
Hoy, la leyenda se retira de la música con la gira de despedida La última vuelta world tour, la que celebra su historia y sus hits, incluyendo temas de su último álbum, Legendaddy, publicado en marzo de este año.
Esta gira tendrá tres fechas sold out en el Estadio Nacional de Santiago (27, 28 y 29 de septiembre), acaso como un gesto necesario para una ciudad que desde 2018 se ha consolidado como capital mundial del reggaetón, gracias al alto consumo del género en la plataforma Spotify. Y ya no se contenta solo con escuchar, sino que ha logrado posicionar a sus artistas locales, con nombres que van de Marcianake a Polimá Westcoast, quien de hecho, abrirá los shows del “King Daddy” en la capital.
Talento de barrio
Para el periodista y escritor Ignacio Molina, autor de Historia del trap en Chile, el éxito de Daddy Yankee, y por extensión del reggaetón en el país, se sustenta en una serie de factores. Primero, su origen social en las barriadas de Puerto Rico generó identificación con los sectores populares; se trata de un tópico clásico en la historia de la música, pero que el “big boss” llevó a otro nivel. “Él demostró que viniendo desde abajo, desde las poblaciones, desde lo más adverso se podía triunfar y salir adelante mediante la perseverancia. Entonces él abrió las puertas a otros que quizás contaban las mismas historias, pero él fue el primero del reggaetón en triunfar”.
Precisamente, Gasolina (escrita junto a Eddie Dee) resume el estilo callejero y fiestero de Daddy Yankee. Según ha contado, estaba en su casa en la Villa Kennedy de San Juan, cuando escuchó a alguien gritar: “¡Como le gusta la gasolina!”, en referencia a las chicas que buscaban alguien que les diera un aventón para llegar a una fiesta. “Es un tema al que mucha gente le dio su propio significado, pero cuando digo que ‘le gusta la gasolina’, trata de que le gusta pasarlo bien, de que es una muchacha rebelde que vive por sus propias reglas”, explicó en entrevista con la Agencia EFE en junio de 2017.
Molina destaca además un hito que terminó por vincularlo al país de forma decisiva. “Su presentación en el Festival de Viña 2006, súper mesiánica, quedó en el inconsciente colectivo de muchos jóvenes que ahora cantan. Era una situación que no se había visto antes en ese festival, no solo por la pomposa puesta en escena, sino por la fuerza que tenía, parte cantando ‘King Daddy’ que es una de las canciones más duras que tenía en esa época en cuanto a sonido, ahí la Quinta se vino abajo”.
Entre los artistas nacionales que han cultivado el hip hop y las rimas como parte de su propuesta, uno que es reconocido admirador de Daddy Yankee, es Ceaese (el alias de Felipe Arancibia), músico de dilatada trayectoria. Para él, se trata del hombre que le dio el impulso decisivo a la música urbana. “Él es el Big Boss. Fue el que hizo que la industria creciera y se profesionalizara en Puerto Rico, el país donde nació el reggaetón. El álbum Barrio Fino, me marcó mucho. Me gustan temas de él como Machete, Dale caliente, la misma Gasolina. Y de otros álbumes, me gusta mucho Gangsta Zone, el tema que tiene con Snoop Dog que fue un hito, marcó un antes y un después en la música urbana al marcar un crossover súper esperado”.
En esa última observación, Ceaese apunta a una clave que explica la capacidad de Daddy Yankee de mantenerse vigente en el tiempo; las colaboraciones y cruces con otros artistas que le permitieron refrescar su repertorio y a la vez, llegar a nuevos públicos. Allí está, por ejemplo, el megahit Despacito junto a Luis Fonsi. Una canción de tono más romántico y playero que su material inicial, la que en 2017 (13 años después de Barrio Fino) trepó hasta el primer lugar del Billboard Hot 100, donde se mantuvo por 16 semanas.
“Ha tenido la capacidad de enredarse musicalmente con otros artistas y desenvolverse en diferentes ritmos, la bachata, el trap latino, el drill que es un tipo de trap bien duro, hasta música electrónica. Como Madonna o David Bowie en el pop, él desde la música urbana ha sido capaz de adaptarse a los sonidos que se han puesto de moda y que llegan a la pista de baile. Diría que es una de sus grandes virtudes, el estar siempre al día”, explica Molina.
La continuidad en el tiempo y la apuesta por diversificar su música, ha sido clave para sumar una fanaticada juvenil que ha crecido con su leyenda. Así le ocurrió por ejemplo a Cristopher Alvarez, joven serenense de 21 años recién cumplidos, que bajo su alias de Cris MJ se ha consolidado como uno de los nuevos nombres de la escena urbana, gracias al éxito de su hit Una noche en Medellín, uno de los temas más escuchados en el pasado invierno en Spotify, como informó la plataforma.
Cuando Daddy Yankee se presentó en Viña del Mar, él apenas tenía 5 años. Pero la huella del “big boss” fue tal, que la fiebre por el reggaetón no tardó en llegar a su hogar. “Yo cuando era chico mi mamá no me ponía dibujos animados, me ponía videos de reggaetón”, cuenta. Y agrega que uno de sus sueños, es conocer al legendario reggaetonero. “Si Dios quiere nos vamos a conocer, estamos cuadrando por ahí. Para mí es un sueño, algo muy importante. Yo nunca pude ir a verlo ni conocerlo, pero sé que se dará el día, porque estamos para cosas grandes y quiero seguir metiéndole para estar en todos lados. Las que más me gustan de él, te diría Somos de calle y Tu príncipe, la que tiene con Zion y Lennox”.
El caso de Cris MJ revela como el reggaetón se volvió una fuerza masiva. “La influencia de Daddy Yankee primero es con sus compatriotas de Puerto Rico, sin ir más lejos en Anuel y Bad Bunny, que son parte fundamental de la gestación de lo que se llama trap latino. Ese trap latino después rebotó en Chile. Entonces, los traperos chilenos tienen su influencia tanto en su estética como en la introducción de la jerga puertorriqueña en sus canciones, eso lo podemos ver en gente como Cris MJ, en Tommy Boysen, Tomasa del Real, y un sinfín de artistas más que se podrían mencionar “, detalla Ignacio Molina.
De alguna forma, ese crecimiento se volvió una referencia para los cultores locales que comenzaron a trazar su camino entre beats, rimas y calle. “En lo personal, Daddy Yankee me ha dado el impulso a creer en lo que hago, y en la música ha sido una influencia para mi equipo en todo lo que hacemos -dice Ceaese-. Yo creo que esto es cíclico, de alguna forma la vieja escuela siempre vuelve a marcar un camino para los jóvenes de hoy. Es cosa de ver en los cabros de la escena todas las referencias a Daddy”.
Por su lado, Ignacio Molina encuadra la figura del King Daddy. “Dentro de la música urbana puede que sea la figura más importante a nivel hispanohablante de los últimos 20 años. Él puso de moda el reggaetón por no decir que lo inventó junto a DJ Playero, hizo que cantar música festiva latina y caribeña pasara a ser el status quo, el reggaetón domine en las discotecas, en las fiestas, en las poblaciones, tanto en Centroamérica como en Chile”.