Rodrigo García y su nueva cinta: “El mundo donde crecen los niños a veces es un desastre de fracturas”
Ewan McGregor y Ethan Hawke interpretan a dos hermanastros en Raymond & Ray (Apple TV+), un filme agridulce en que los protagonistas deben enterrar el cuerpo de un papá que en vida detestaron. “Las situaciones alrededor de la muerte en un santiamén se pueden volver absurdas y lo serio se puede volver ridículo”, dice a Culto. En esta conversación admite que considera un misterio cómo se originó la idea, y se emociona al recordar a sus padres, Gabriel García Márquez y Mercedes Barcha Pardo.
No recuerda con precisión cuándo ni por qué. Pero en algún momento, años atrás, imaginó una breve historia de un hijo que atraviesa el amargo entierro de su padre. Otro eslabón en su exploración de las relaciones fracturadas, los recuerdos y las deudas con el pasado, que inició gracias a Con sólo mirarte (2000) y siguió en películas como Nueve vidas (2005) y Amor de madres (2010).
Luego Rodrigo García Barcha (Bogotá, 1959) introdujo un cambio clave que permitió que la idea tomara impulso: los protagonistas serían una pareja de hermanastros que se reencuentran para despedir a un progenitor que detestaban. Para encarnarlos convocó a los que considera “los dos mejores medios hermanos que un director podría desear”, Ewan McGregor y Ethan Hawke.
En la segunda mitad de 2022, un año en que el cineasta ha lanzado dos adaptaciones en formato serie en las que estuvo estrechamente implicado –Santa Evita (Star+) y Noticia de un secuestro (Prime Video)–, ese proyecto finalmente vio la luz.
Titulada Raymond & Ray, la cinta ensambla la potencia de un drama devastador con la acidez de una comedia negra, sostenida en dos estupendas interpretaciones centrales. Tras mostrarla en los festivales de Toronto y Roma, este viernes 21 debuta en la plataforma Apple TV+.
Conectado a un Zoom con Culto, habla de la trastienda del filme, de sus obsesiones creativas y de sus padres, Gabriel García Márquez y Mercedes Barcha Pardo.
-Ewan McCregor definió a Raymond & Ray como “un increíble guión de personajes”. ¿En algún momento concibió esta película bajo esa idea?
Para mí, los personajes son por supuesto siempre lo más importante. Bueno, no lo más importante, de lo más importante. Pero sí tiene que haber una historia también. Eso es lo que te permite desarrollar, descubrir, desnudar a los personajes. Por lo menos en el cine narrativo, sí, para mí es muy importante que los personajes sean memorables, pero la historia tiene que ser un motor para ellos.
-En un comienzo Ud. imaginó la historia con solo un personaje. ¿Qué lo inspiró a crearla?
No tengo la menor idea de dónde salió, te lo confieso. No tengo ningún recuerdo de nadie cavando una fosa. Realmente es un misterio, y a lo mejor qué bueno que es un misterio. El hecho de que sea un misterio es lo que permitió que se me ocurrieran tantas cosas, no relacionarlo con nada en particular.
-No es primera vez que crea una película sobre una familia rodeada por situaciones dolorosas, incómodas. ¿Por qué cree que le interesa tanto este tema?
Hombre, yo creo que el tema de las historias de las familias es eterno e inmortal, es desde siempre y para siempre, por mucho que cambie el mundo y la cultura. El núcleo, el mundo donde crecen los niños, a veces no es un núcleo, a veces es un desastre de fracturas. Pero los afectos, las relaciones interpersonales, muchas de ellas nacen en la infancia. O entre novios, amantes y maridos, son relaciones donde la gente se relaciona según lo vivido en la infancia. Todo te regresa al hogar. Entonces se me hace que es siempre el terreno más fértil para las historias.
-Probablemente cualquier creador, escritor o director cuando elabora historias de este tipo también mira su propia experiencia. ¿Cómo diría que eso aplicó en Raymond & Ray?
Bueno, de manera directa, nada. Mi hermano (Gonzalo García Barcha) y yo somos dos hermanos, pero no somos medio hermanos. Y en los hechos concretos, nada. Pero, insisto, sí en esa relación… Por ejemplo, mis padres ahora murieron y todavía los tengo muy presentes cotidianamente. O sea, ni la muerte te separa de las personas. Ahorita se me ocurre por primera vez que mis padres no verán esta película. Nunca se me había ocurrido. Esa es tu respuesta.
-Los protagonistas están muy dañados: uno es un adicto en recuperación (Hawke), el otro suma dos divorcios (McGregor). Comparten el mismo nombre, lo que dice mucho del padre que tuvieron. ¿Por qué le interesaba explorar a dos personajes defectuosos?
Cuando hacía películas de personajes femeninos, de mujeres, algunas veces me preguntaban: ¿por qué tus personajes están tan dañados, por qué no haces algo de mujeres más triunfadoras, más heroicas? Y a veces pensaba: ¿entonces dónde está la película? Si el personaje no tiene problemas –y prefiero los problemas internos a los externos–, ¿dónde está la película? Evidentemente, como dices tú, necesitas que estén dañados. Eso es lo interesante.
-El filme también es un ejercicio de humor en circunstancias muy oscuras. ¿Cuán complejo fue darle cabida a ese elemento en el guión y cuánto ayudaron los dos actores principales?
Ayudaron mucho, sobre todo por la actitud entre ellos y cómo reaccionan a las situaciones. Hicieron muchas cosas, contribuyeron mucho a la película. Más allá de lo escrito en el guión, el humor entre ellos es muy, muy cargado. La gente ha reaccionado muy bien con ese humor. Yo creo que no es difícil. Trabajé en Six feet under y ahí aprendí mucho de lo que hacía Alan Ball, que es que las situaciones alrededor de la muerte y los rituales de la muerte a veces son tan increíbles, que en un santiamén se pueden volver absurdas y lo serio se puede volver ridículo. Todo es un poquito increíble. Las cosas trágicas están siempre al borde de la risa.
-¿Considera que su trabajo en esa serie de alguna manera originó Raymond & Ray, o que al menos ambas están conectadas?
No la origina, pero sí aprendí muchas cosas. Por ejemplo, algunas cosas de los rituales, la aparición del fantasma del padre muerto. Son cosas que aprendí en Six feet under que utilicé aquí, aunque el viaje es un poquito diferente.
-No es primera vez que Ud. trabaja con Ewan McGregor. Aquí él asume un personaje muy complejo. ¿Qué nuevas virtudes descubrió en él como intérprete mientras hacían esta película?
Me dio la impresión, viéndolo trabajar, que su acercamiento al personaje lo hacía un poquito como lo hubiera hecho el propio Raymond. Todo es muy controlado, un poquito neurótico, todo es muy ejercitado. Me dio mucho gusto verlo en el papel de una persona que sobre todo se engaña a sí misma. Él se pasa toda la película diciendo: nuestro padre también fue víctima, hay que perdonarlo, hay que entenderlo. Pero, la verdad, es el más enojado de los dos, el que tiene más la furia contra el padre.
-Apple TV+ este año se convirtió en el primer servicio de streaming en ganar el Oscar a Mejor película. ¿Diría que es la plataforma más amigable con la que trabajar?
A mí me fue muy bien con ellos. Se han portado muy bien. Debo admitir que también tuve muy buenas experiencias en Star+ y en Prime, en las series que hice este año, Santa Evita y Noticia de un secuestro. Confieso que me ha ido bien en todas partes, y Apple se ha portado muy bien conmigo. Apoyaron mucho creativamente la película, ahorita le están dando un buen empujón. No sé quién es mejor, pero como dicen, cada quien habla del baile según cómo le fue en el baile. A mí hasta ahora me ha ido bien por todas partes, con las tres plataformas.
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