Love y Forever Changes: la banda que saboteó su propia gloria
Disco venerado por músicos como Robert Plant, Echo and the Bunnymen y Joy Division, pasó sin pena ni gloria en Estados Unidos y en Inglaterra fue un éxito. Una mezcla de sicodelia y flamenco, folk y rock, que marcó el peak de una banda autodestructiva y genial. Un trabajo que esta semana cumplió 55 años.
Arthur Lee se vanagloriaba que la primera canción grabada por Jimi Hendrix fue producida por él en 1964. El tema se titulaba My Diary y es un soul clásico. La sesión en el estudio fluyó tan fácil que Hendrix decidió recompensar a su nuevo amigo: le regaló los servicios de una prostituta. Aunque puso una condición. El también quiso participar. Lee aprobó el deseo del emergente guitarrista y, cuando estaban en la cama, Hendrix obvió a la mujer y se le insinuó a su colega.
Mito o realidad, el recién estrenado libro Arthur Lee, esplendor y decadencia de Love (Editorial Contra), es una crónica sintética y fascinante que, centrada en el disco Forever Changes, la cumbre artística de la banda de Los Angeles, devela una historia atípica: la de una banda que tuvo todo para triunfar, pero saboteó su glorioso destino.
Arthur Lee había crecido con los discos de Muddy Waters y Howlin’ Wolf, pero descubrir a The Beatles en el show de Ed Sullivan en 1964 fue una revelación. Junto a su vecino guitarrista Johnny Echols, el bajista Ken Forssi, el baterista Michael Stuart y el guitarrista Bobby Beausoleil –que más tarde se convertiría en uno de los asesinos del clan de Charles Manson- formó el grupo blusero Grass Roots. Al año siguiente, en 1965, conocen a un roadie de The Byrds, Brian MacLean, aficionado al flamenco y a los musicales y la banda se reforma. Sale Beausoleil y entra Mac Lean. El nuevo integrante no era cualquier guitarrista. A sus 19 años, tenía estudios de conservatorio y se relacionaba bien. Había aprendido a nadar en la casa de Elizabeth Taylor y su novia de adolescencia era Liza Minelli.
La nueva formación cambia su nombre a Love y, dados los contactos como roadie de Mac Lean, comienzan a tocar en varios de los mejores locales de Los Angeles. Allí los descubre Jac Holzman, el jefe del sello Elektra, quien queda hipnotizado con su música que mezclaba el folk con el rock más garajero. Además de su música, el ejecutivo se cautivó por un aspecto distintivo: era la primera banda multirracial con dos negros y tres blancos.
Holzman les ofrece de inmediato un contrato y Lee, como líder, le pide un adelanto de cinco mil dólares. Se los dan y, al día siguiente, compra un auto de 4500 dólares y una armónica. El miserable saldo lo reparte entre sus compañeros. Fue el germen del marcado autoritarismo del cantante.
En apenas un año y con dos álbumes –el homónimo y Da Capo, ambos de 1966-, Love se transforma en el grupo más importante del rock de Los Angeles. Lee, una mezcla de oscuridad, luz y disfuncionalidad, registra su música totalmente drogado y vive en un castillo que perteneció a Bela Lugosi. Y da recomendaciones: invita a Holzman a un concierto de un grupo llamado The Doors. El dueño de Elektra no se entusiasma con lo que ve y el cantante, obstinado, lo lleva a otro show de la banda para que se convenza. Los firma y, con el tiempo, se convierten en la joya de la discográfica.
Así como la música de la banda crece, su reputación decae. La prensa los señala como adictos a la heroína y el cantante se da balazos en los pies. Desiste de participar en el festival Monterey Pop por problemas con uno de los organizadores y se niega a presentarse en Nueva York porque le ofrecen poco dinero.
En esas circunstancias, con el miedo a ser enviados a la jungla en Vietnam en pleno Verano del Amor, Love graba entre junio y septiembre de 1967 su obra maestra Forever Changes. Con Neil Young confirmado como uno de los productores, pronto cambian los planes.
El hombre, en ese entonces todavía en Buffalo Springfield, solo participa en los arreglos de The Daily Planet y desiste para continuar solo con sus responsabilidades en su grupo. Love quería hacer un álbum con orquestaciones exquisitas –plagado de cuerdas y trompetas-, donde las melodías suaves se contrastaban con la voz tenue, pero amenazante de Lee. Esa instrumentación extraña, que unía el flamenco con la sicodelia, el rock con el folk, no sonaba como nada que se había escuchado.
Títulos como Alone Again On, The Red Telephone y Andmoreagain, entre otros, son de una belleza oscura e irrepetible que traía la tensión de Vietnam con líricas perturbadoras. El precioso experimento, publicado el 9 de noviembre de ese año, pasó casi desapercibido en Estados Unidos alcanzando el puesto 152 en las listas, más abajo que sus dos anteriores álbumes. En cambio, en Inglaterra llegó al puesto 24 y se transformó en pocos años en una obra maestra. En 1971, la revista Zig Zag lo ubicó en el número uno de los mejores discos de la historia superando a Sgt. Pepper’s (1967) de The Beatles y a Blonde on Blonde (1966) de Bob Dylan.
Desde aquella época, el álbum ha sido alabado por los melómanos y fascinado a los músicos. Artistas como Calexico, Robert Plant –que invitó a Lee a cantar en 1975 en un show de Led Zeppelin en el Forum de Los Angeles- y The Damned han hecho versiones de sus canciones y Primal Scream, Echo and The Bunnymen, Shack, Joy Division y The Stone Roses lo han calificado como una huella ineludible en su carrera.
Forever Changes marcó el principio del fin de la formación estelar de Love. Mientras Johnny Echols y Ken Forssi cayeron presos por robar en tiendas de donuts tras el bajón que les provocaba el consumo de heroína, Lee no tenía ganas de promocionar el disco y Mac Lean renunciaba porque quería hacer soft rock.
Los años posteriores fueron difíciles, sobre todo, para Arthur Lee. Aunque intentó sacar adelante el proyecto con otros músicos, la magia creativa –especialmente junto a Mac Lean, muerto de un infarto en la Navidad de 1998- había alcanzado una cúspide que no pudo superar ni repetir.
Y no paraba de meterse en problemas. Tras ser declarado culpable de dos cargos de agresión y posesión de drogas en la década de los 80, en junio de 1996, amenazó a un vecino con “volarle los sesos” de un balazo. La sentencia fue doce años de cárcel. Cuando cumplió cinco, salió libre por buena conducta. A los meses, unos laboristas lo invitaron a conocer el parlamento británico como “visitante distinguido” y antes, en 1994, había sido homenajeado en el aniversario número diez del sello Creation de Alan McGee –la casa disquera de Oasis y Primal Scream- en Londres tocando en el Royal Albert Hall.
A comienzos de siglo, la veneración por Forever Changes se plasmó en una gira europea que calcó al pie de la letra las excelsas orquestaciones del disco –con instrumentistas suecos- que le sirvieron a Lee para reconciliarse con su obra fundamental. Pero su consumo de drogas y alcohol nunca disminuyó. En 2006, y tras declarársele una repentina leucemia, la voz de uno de los álbumes más importantes de la historia se apagó en apenas tres meses. Cuando apenas tenía 61 años.
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