Lo toma como un honor, dice Mauricio Redolés Bustos (69), cuando se le pregunta por el galardón anunciado el 12 de diciembre. El músico y poeta fue reconocido con el Premio a la Música Nacional Presidente de la República, en la categoría de Música popular. Un honor que comparte junto a la pianista Edith Fischer Waiss (en Música docta) y a Matilde Isabel Fuentes Pino (por Música folclórica).
Todavía vigente y activo con una intensa agenda de presentaciones en vivo, Redolés cuenta que el reconocimiento lo tomó por sorpresa. Recibió la llamada directamente desde el Ministerio de la Culturas, las Artes y el Patrimonio. “Me llamaron y me contaron -señala al teléfono con Culto-. Estoy contento, muy honrado y agradecido. Hay mucha gente que me ha llamado, me ha escrito que me dice que está muy contenta. Lo veo además como un premio a los músicos que me han acompañado durante tanto tiempo, a Mauricio Mena, a Alejandro Rivera, a Eurice Macedo; para ellos también”.
Cuando se le pregunta si siente el premio como un reconocimiento tardío a su extensa trayectoria, el artista señala: “Lo veo bien, no lo veo como algo tardío. Estoy plenamente activo, estoy trabajando. Estoy haciendo un cancionero que va a salir el próximo mes, 100 canciones de Mauricio Redolés, se llama y estoy preparando un recital para el 13 de enero en el Club Chocolate, voy a tocar con bronces, teclados, casi una orquesta prácticamente”.
Como estipulan las bases del premio, las ganadoras y el ganador de los tres géneros musicales reconocidos recibirán un diploma firmado por el Presidente de la República y la entrega de un monto de 270 UTM. Los premiados en las categorías de Edición Musical y Producción Fonográfica reciben un diploma.
Malas Intenciones, un disco perdido
El premio llega en un momento particular. Con una obra musical de 11 discos, Redolés es uno de los nombres importantes en la música popular chilena, con una propuesta muy personal en que han destacado trabajos como Bello Barrio (1987) y ¿Quién mató a Gaete? (1996), este último incluso fue seleccionado entre los 50 mejores discos chilenos por la revista Rolling Stone.
Pero, hay novedades. Durante la pandemia, el artista se encontró con un registro olvidado; un cassette con canciones grabadas durante su exilio en Londres en 1978. Una pieza anterior a Canciones y poemas (1985), su álbum debut oficial. “Durante la pandemia aproveché de revisar unos cassettes, y apareció ese registro de canciones mías que hice gracias a un amigo que se llama Mario López”, cuenta. “Lo escuché y eran como 20 canciones, de las cuales solo un par fueron grabadas, como El último juego de Pablo, y habían 3 poemas de Nicanor Parra musicalizados. Las restantes son inéditas y hablan de un Mauricio Redolés, y perdón por hablar en tercera persona como Martín Vargas, con unas canciones muy raras y muy comprometidas. Era militante del Partido Comunista en esa época”.
La colección de canciones lleva por título Malas Intenciones y se grabaron en un solo día, el 28 de junio de ese año. Por ello se trata de un registro sencillo, tomado con solo dos micrófonos, el que fue limpiado y masterizado por Gonzalo “Chalo” González y según el artista llegará a las plataformas digitales entre esta semana y la que viene.
“Mario López vivía en las afueras de Londres, él consiguió un par de micrófonos y me avisó -cuenta-. Cuando puse el cassette, me encontré con canciones que no recordaba nada, estaba el título nada más y después me empecé a acordar. Es una poética muy intimista, muy especial, muy propia de la soledad del exilio. Tiene mucho de Nueva Canción Chilena, mucho de Nueva trova Cubana, mucha influencia de Manns, Carlos Droguett, también de Leonard Cohen, a quien escuchaba mucho en esos días”.
Según el artista, su plan es editar el álbum en vinilo, aunque descarta eventualmente presentar algunas de sus canciones, más allá de que El último juego de Pablo es una pieza que ha incorporado con cierta regularidad en sus sets en vivo.