Deep Purple vuelve al Santa Laura: cuando el debut de la banda en Chile casi termina en tragedia
El conjunto retornará al país para un festival en 2023 con Kiss, en el mismo sitio donde debutaron en la capital en febrero de 1997. Tal presentación estuvo empañada por un grave accidente ocurrido con una torre de iluminación, que cedió ante el peso de las personas que se colgaron. El incidente, que obligó a detener el show por 45 minutos, dejó 44 personas heridas.
El recién anunciado festival Masters of Rock, en el Estadio Santa Laura-Universidad SEK, marca un par de hitos. Por un lado, reunirá en un mismo escenario a leyendas del rock como Kiss, Scorpions, Helloween, Skid Row y Deep Purple. Pero estos últimos ya tienen una historia con el legendario recinto de Plaza Chacabuco, con su inolvidable debut en Chile en 1997.
Esa vez, los ingleses llegaban al país para presentar su más reciente lanzamiento discográfico, el álbum Perpendicular (1996), y por cierto, buena parte de sus canciones más reconocidas de la década de los setentas. Por entonces, el grupo contaba con su vocalista histórico, Ian Gillan, además de Roger Glover, Ian Paice, el guitarrista Steve Morse y el tecladista John Lord.
En esos años, el país se habituaba a los megaconciertos de rock. Pese a las dificultades y las polémicas, se habían presentado bandas del calado de Metallica, Guns ‘N’ Roses o The Rolling Stones, entre muchas otras. Pero esa noche, la del 27 de febrero de 1997, quedó en la historia por un suceso que bien pudo terminar en una tragedia mayor: la caída de una torre de iluminación sobre el asustado público.
Ocurrió que varios asistentes decidieron sin más treparse a los andamios para conseguir una mejor vista del show. Pero la acumulación de personas fue tal, que la estructura poco a poco comenzó a ceder y se desplomó cuando la banda interpretaba la segunda canción de la noche, Fireball. El conductor radial de Futuro, Juan Carlos “Lobo” Araneda, estuvo esa noche en el recinto cubriendo el show y todavía recuerda lo ocurrido.
“Ese día estábamos cubriendo con la radio, transmitiendo y grabando el show -recuerda Araneda al teléfono con Culto-. En el momento de la partida del show, yo me voy adelante con una amiga y quedamos muy adelante, porque no estaba repleto, no había mucha gente. Entonces habían espacios. Arrancan, y en la segunda canción, veo a Ian Gillan que se lleva las manos a la cara como diciendo ‘oh, my god’. Miro para atrás, y veo como se está cayendo la torre de iluminación”.
En ese momento, la situación se hizo caótica. “Empieza a salir humo, chispazos por los cortes de corriente y todas esas cosas -recuerda Lobo Araneda-. Allí corrí al puesto de transmisión de la radio, sacaron a gente en andas porque habían heridos. En el momento uno pensó que por la magnitud podría haber algún muerto, felizmente no fue tan grave, pero se dejó un pasillo de salida donde fueron sacando mucha gente”.
Lobo Araneda añade una observación a tono con lo que ocurría con los conciertos en esos días. “En esa época la industria de los espectáculos trabajaba de una forma bastante más precaria, no estaban instalados tantos mecanismos de seguridad como pasa ahora. Entonces la torre estaba muy cerca de la barra de protección, que obviamente la usaron para poder colgarse más fácil de un fierro hacia otro”.
Por la caída de la torre, el show estuvo detenido alrededor de 45 minutos, lapso en que se aprovechó, precisamente para sacar a los heridos. Al rato después, se decidió continuar. “La empresa encargada de producir el evento consideró, después de consultar a la policía y a los representantes del conjunto, que sería más peligroso suspender la presentación que continuarla”, detalló en su reporte La Nación de Buenos Aires. Había un detalle: el ambiente estaba tenso, por lo que si el show se hubiera cancelado, la audiencia podría haber generado desórdenes y desmanes como muestra de descontento.
Así, el grupo regresó al escenario para completar el set de 16 temas que incluyó clásicos como Black Night, Woman from Tokyo, Speed King y Smoke on the Water.
Finalmente, el saldo fue de 44 personas heridas. “En esa época no había celulares ni nada, en un momento fue Futuro la que informó sobre el accidente, pero había harto miedo entre los familiares. Recuerdo que mi mamá estaba muy preocupada por si me pasaba algo”, detalla Lobo Araneda. “La parte como ‘divertida’, es que yo recuerdo que habíamos colgado un pendón de Futuro en uno de los costados de esa misma torre que fue la que cayó. En las fotos de uno de los diarios apareció, salía con el logo de la radio”.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.