Estuvo en Punta Arenas y la isla Navarino, filmando un documental de Bruce Chatwin. Visitó Valparaíso, fue al santuario de la Naturaleza en Lo Barnechea y al atardecer de un martes de noviembre de 2018 se presentó en el ciclo La Ciudad y las Palabras de la UC. Fue tal la convocatoria que logró Werner Herzog, más de 1.300 personas, que hubo que trasladar su charla al patio del campus Lo Contador. A ese mismo escenario volverá el cineasta alemán el sábado 21 de enero, para presentar El crepúsculo del mundo, su primera novela.
Herzog (1942) vuelve al país por partida doble: participará en el Congreso Futuro, del 16 al 20 de enero, y el sábado 21 a las 12.00 estrenará su nuevo libro en el ciclo La Ciudad y las Palabras (inscripciones al e-mail lvillarr@uc.cl)
Publicado por Blackie Books, El crepúsculo del mundo se basa en la historia de Hiroo Onoda (1922-2014), el soldado japonés que no se enteró del fin de la Segunda Guerra Mundial y resistió, camuflado en la selva filipina, durante 30 años.
-En principio pensé en hacer un largometraje sobre él, pero rápidamente me di cuenta de que su historia tenía que ser un libro, debía ser escrita. Hay cuestiones que no se pueden traspasar bien a la pantalla: los sueños febriles en la selva, la forma en que el tiempo pasa, a veces de manera convulsa, o el mismo presente -contó a La Tercera Domingo en agosto pasado.
El realizador de Fitzcarraldo conoció al veterano soldado japonés en 1997, mientras dirigía una ópera en Tokio. Entonces lo invitaron a un encuentro con el emperador, pero Herzog se sintió abrumado y rechazó la invitación. “¿A quién quiere conocer?”, le preguntaron. “A Hiroo Onoda”, respondió.
“La noche se revuelca en sueños febriles. Incluso el despertar es como un gélido escalofrío y el paisaje, un sueño estático que se resiste a disiparse mientras se va convirtiendo en día, parpadeando como un fluorescente mal conectado. Un suplicio ritual, un arrebato eléctrico que centellea en la selva desde la mañana”, escribe en la primera escena de la novela, que transporta al lector a 1974, a un recóndito camino en medio de la selva. Allí, entras tupidas ramas, bajo un calor constante, lluvias y tormentas, se esconde Hiroo Onda, un enjuto soldado de 50 años, abrazado a su fusil.
¿Cómo pudo sobrevivir tanto tiempo? Herzog tiene una explicación:
-Lo que poseía era un profundo entendimiento de la guerra y una gran capacidad para mantener la disciplina bajo presión. De lo contrario, no puedes sobrevivir a 111 emboscadas, como fue su caso. Estadísticamente eso es casi imposible, a menos que seas muy profesional, muy cuidadoso, muy disciplinado y capaz de comprender todo lo que pasa en la jungla. Debes ser hábil y leer los movimientos que te rodean.
Uno de los fundadores del Nuevo Cine Alemán, Herzog regresa con dos nuevos documentales: The fire within: A requiem for Katia and Maurice Krafft, sobre dos vulcanólogos franceses fallecidos en 1991, y Theatre of thought, sobre el cerebro humano. En su visita también leerá fragmentos de sus memorias, Cada uno para sí y Dios contra todos, publicadas en Alemania y que pronto serán editadas en español.