“Chile es un país bastante jodido”: las deslenguadas (y peleadas) cartas de Nicanor Parra a José Donoso
A partir de la década de 60, el antipoeta comenzó a mandarle cartas al novelista, siempre en un tono bastante cordial, aunque haciendo gala de su particular sentido del humor. Sin embargo, la relación se agrió en 1970 y una furibunda carta dejó registro de ello. Esta es la historia.
Si algo ayudaba al siempre atormentado José Donoso, era tomar un lápiz y escribir. Sobre todo cuando se trataba de cartas. “Donoso se refugió en el género epistolar para relacionarse con los otros. Un espacio desde donde situarse y protegerse de sus inseguridades”, señala Cecilia García-Huidobro, docente e investigadora de la Facultad de Comunicación y letras de la UDP en su artículo ¿Llegó el cartero?”: La correofilia de José Donoso y las Anticartas de Nicanor Parra, donde da cuenta de esta particular relación entre los dos escritores nacionales.
Entre los ilustres destinatarios que tenían las cartas del autor de Coronación, estaba Nicanor Parra. Si bien, no existe constancia de una fecha exacta en que se conocieron, está el registro de una entrevista que Donoso le hizo a Parra para la revista Ercilla, en 1960. Tres años después, es el antipoeta quien inauguró el carteo entre ambos. Fechada el 28 de marzo de 1963, señala brevemente:
“Dear Pepe, Magnífico. Gracias. Hay que celebrar! Ustedes tienen citroneta. Los espero en La Reina el sábado por la tarde. Concurrirán los chinitos de Pekín”. La referencia a la Citroneta no es casual, según García-Huidobro. “Efectivamente, los Donoso se desplazan en citroneta. En realidad María Pilar Serrano, su mujer, lo hace. Pepe contó más de una vez que le pidió tres requisitos para casarse con ella: Haber leído En busca del tiempo perdido de Proust, haberse sicoanalizado y saber manejar, porque él jamás lo haría”. García-Huidobro indica que esta misiva, como otras 4, son las que se encuentran en los archivos de Iowa y Princeton.
En 1965, Parra volvió a escribirle a Donoso. Esta vez, para extenderle una invitación de la Casa de las Américas, en Cuba. “Querido Pepe, procedo a transcribirte una carta de Haydée Sta. María (Casa de las Américas) fechada en La Habana, el 9 de noviembre de 1964 y dirigida a Isidora Aguirre. Llegó ayer a mis manos, vía Margarita Aguirre, que está en Chile de nuevo. (muerte de su señor padre). Una vez más recabamos su cooperación. En Chile hemos invitado, para integrar el Jurado que otorgará el Premio Literario Casa de las Américas 1965, a los siguientes escritores: Fernando Alegría José Donoso Nicanor Parra Ricardo Latcham Manuel Rojas. Estas invitaciones las cursamos en el mes de julio y hasta la fecha solamente hemos recibido contestación de Fernando Alegría, a quien le es imposible asistir. Del resto de los escritores estamos pendientes y quisiéramos tener las contestaciones a más tarde el 15 de diciembre, a fin de poder confeccionar los jurados de los cinco géneros en con la debida anticipación. Como sabemos las demoras del correo, quisiéramos que de acuerdo con sus posibilidades, contactara a dichos in-vitados con el objeto de conocer sus respuestas o, en el caso de que no hayan recibido nuestras cartas, y les hablara de nuestra invitación. De usted, sabemos que tendremos noticias sobre este asunto, una vez más reciba el testimonio de nuestro reconocimiento y amistad. Firmado. Haydée Sta. María, Directora”.
“Extraña carta (en lo que a mí respecta al menos) puesto que yo contesté afirmativamente en el mismo mes de julio. En agosto volví a escribir, en vistas de que no recibía confirmación, esta vez obtuve respuesta (no de la señora Haydée sino de un señor cuyo nombre no recuerdo en este momento). ¿Y tú? Que yo sepa jamás recibiste la carta invitación”.
“Sería formidable que pudiéramos pasar juntos el mes de La Habana. (imagino que María Pilar quedaría automáticamente incorporada al grupo, en caso de que tú pudieras aceptar la invitación). De acuerdo con la carta invitación habría que estar en La Habana el 15 de enero. Sería pingüe quedarnos allá hasta fines de febrero. Feliz año nuevo, abrazos para María Pilar. Saludos para Carlos y Rita”, finaliza Parra. Claro que pese a la carta -indica García-Huidobro- José Donoso no fue a Cuba.
Luego, con Parra instalado en Estados Unidos, le escribe el 17 de marzo de 1966: “Dearest Pepe, Aquí me tienes de vuelta al punto de partida, después de veinte y tantos años. Experiencias para un novelista. Noticias traigo pocas pero importantes. Algunas terribles: Enrique (Lihn) obtuvo este año el premio para poesía de la Casa de las Américas. Como ves estamos corriendo en buen caballo”.
Además comenta algunas cosas de su vida cotidiana en la Louisiana State University, en Baton Rouge. “Obligaciones académicas casi nulas. Renta semestral contratado primer semestre $5.500, más viaje de ida y vuelta y más mi complemento para afrontar el alza del costo de la vida ¿pasable?”.
Un mes después, Parra volvió a escribirle a Donoso, y le reclama por el hecho de que no podrán encontrarse. “Dear Pepe, Miller me dice que no pasarás por aquí de ida a México. Lástima: nos estábamos preparando. Yo dispongo de un departamento donde pudieran haberse arranchado. Tengo dos dormitorios. Lo dejo a fines del mes mayo. Todavía sería tiempo...Entiendo tus razones. No las comparto, pero simpatizo con ellas. Chile es un país bastante jodido. Mi solución es La Reina. Claro que la pobreza a mí no me asusta porque siempre he sido pobre. Al contrario solo me siento yo mismo en una población callampa. Ahí renazco y me transformo en un torito. A lo mejor a ti te ocurrirá lo mismo. Try!”.
Las manos sucias con mierda
Pero el tono cordial entre ambos, cambió en mayo 1970. Parra se molestó por una antología editada por Donoso en España el año anterior. Ahí, al autor de El hombre imaginario se le incluyó con tres poemas. En rigor, solo fragmentos de poemas. Eso fue lo que irritó al oriundo de San Fabián de Alico.
“Dear Pepe: Las cuentas claras:
Accidentalmente me cruzo en tu Triquarterly (2 ediciones) y
1°) yo no he autorizado la publicación de esas guifas: no me representan en lo más mínimo (fuera de UN HOMBRE) que crestas es eso de TO THE CHIKEN GUTS —cómo se les ocurre traducir un poema folklórico (una fracción además)—. Qué chuchas es eso de UNPUBLISHER ARTEFACTS. Ese título no es mío. Por qué se me-ten a enmendarme la plana. ARTEFACTS y se acabó; pero tampoco porque los Artefactos son un conjunto I-N-D-I-V-I-S-I-B-L-E OK? Suman 300. O todos o nada.
2°) cómo es posible que hayan pasado por encima de poemas como LA VÍBORALA TRAMPALOS VICIOS...SOLILOQUIODISCURSO FUNEBREcomo agua por espalda de pato. No sé de qué culparles; de negli-gencia guevona o simplemente de mala fe parida.
3°) donde están los honorarios???*
Ni siquiera vale la pena que firme”.
El 2 de junio, fue el autor de El obsceno pájaro de la noche quien le escribe a un amigo, Hans Erhrman, para desahogarse de la situación. Ocupa un tono bastante rudo para referirse a Parra. “¿Qué le pasa a Nicanor? ¿Es la arterioesclerosis que comienza a hacer estragos en la generación del 38 —ya hemos visto al pobre Fernando Alegría—. Está loco... and tea with Mrs. Nixon on top of it all. Yo no sé qué hacer. Cada vez que me meto con chilenos las manos me quedan sucias con mierda de alguna manera”.
Tras esa furibunda carta, al menos de las que se encuentran en los archivos de Iowa y Princeton, no volvieron a escribirse. Como señala García-Huidobro, posteriormente, con ambos residiendo en Chile a contar de los 80, coincidieron en recepciones, ferias del Libro y otras conmemoraciones. Si hubo un mayor acercamiento entre ambos, no hay registro.
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