Si Los Prisioneros escogieron presentarse en el programa de televisión De pé a pá, antes de reencontrarse con el público en sus históricos shows en el Estadio Nacional de 2001, en el caso de Los Bunkers, el primer acercamiento masivo antes de sus shows de retorno fue en la discoteca Blondie, un lugar con historia en la noche santiaguina y que también es una acotada sala de conciertos.
El grupo ha sido especialmente cuidadoso con sus apariciones. Solo hace unos días participaron como invitados en la rutina del comediante Fabrizio Copano en el Festival de Viña, ocasión en que solo aparecieron en escena sin tocar un solo acorde bajo los aplausos de la Quinta Vergara. Un momento que permitió calibrar el ánimo del respetable de cara a su regreso.
Fiel a la costumbre, el grueso del público se hizo presente en el lugar a poco de empezar el show. Se trató de un aforo de solo 500 personas, los afortunados que consiguieron una de las invitaciones que se dispusieron para la ocasión y que se agotaron tan solo en 4 minutos.
Una muestra más del interés que ha suscitado la reunión de la banda penquista, que ya ha vendido mas de 100 mil tickets para sus shows de regreso en el Estadio Santa Laura (11 y 12 de marzo) de Santiago, el Ester Roa Rebolledo de Concepción (25 marzo) y la Quinta Vergara en Viña del Mar (26 de febrero). De allí que desde el entorno del grupo señalen que el concierto tuviera el doble propósito de agradecer a los fans y a la vez, darle algo de rodaje a la banda antes de los conciertos. Estirar algo las manos antes del momento decisivo.
En la previa al show, se pidió con ahínco apagar los teléfonos móviles y evitar cualquier registro, ya que el grupo deseaba que la primera imagen del regreso sea la del Santa Laura. Mientras, se proyectaba por la pantalla un clip de un antiguo show de la banda, y la música envasada pasaba desde The Doors a Muddy Waters y de Aretha Franklin a Harry Styles. Y por supuesto, The Beatles. A pocos minutos del arranque, los gritos de “olee,olee, oleee, Bunkeeeeers, Bunkeeeeers’, recordaban las jornadas de antaño.
El momento llegó a las 21.14 con una introducción del periodista Humberto Sichel en que se remarcó el carácter íntimo del show, por ello se volvió a pedir al público apagar los teléfonos móviles. Luego subió el grupo a escena. “Es un momento íntimo entre ustedes y nosotros”, marcó Álvaro López antes de arrancar con una poderosa interpretación de No me hables de sufrir, el tema del álbum La Culpa. “El tiempo es implacable si se trata de ti “, dice la letra, pero el nivel de los penquistas está intacto y sonaban muy afiatados.
Como en el registro de su show en el Roxy de Los Angeles, California, publicado como disco hace algunos meses, el grupo despachó el doblete Te vistes y te vas, seguida de la beatlera Yo sembré mis penas de amor en tu jardín. “Esperamos que lo pasen increíble, nosotros lo hemos pasado muy bien ensayando”, dijo el guitarrista Mauricio Duran antes de seguir con la versión de Ángel para un final de Silvio Rodriguez que registraron para el disco Música Libre.
También pasaron cortes menos evidentes de su discografía como No necesito pensar, de La Culpa, igualmente coreado por la audiencia y Andén, de Barrio Estación, lo que marca el interés del grupo por repasar a fondo su obra. Aunque no tocaban en vivo desde aquel show colgados tras el camión en Plaza Italia, durante los días del estallido social, el tiempo no pareció hacerles mella. Los meses de ensayo se notaron y el grupo suena afiatado, compacto, macizo. Como señalaron a Culto hace unos meses, su fuerte siempre ha sido su show en vivo, y eso se notó.
Con un set de poco más de una hora, la banda repasó otros títulos como Pobre Corazón, Miéntele, El detenido, Las cosas que cambié y dejé por ti, entre varios otros coreados a rabiar por la enfervorizada audiencia que llegó hasta el lugar y disfrutó a concho del show, el que acabó con una versión extendida de Ahora que no estás, al igual que en los viejos tiempos. Una presentación contundente, que muestra al quinteto en un excelente estado de forma en la previa a sus shows de regreso.
En total, interpretaron 18 temas, solo una muestra de un regreso esperado y que los marca como la banda más importante del rock chileno en estos días, gracias a una discografía conocida por su audiencia. No saben cuánto los esperaron. Y los penquistas no defraudaron.