Margaret Atwood: entre la distopía y el luto
Old Babes in the Wood, se llama el volumen que compila 15 cuentos de la afamada autora canadiense. En sus páginas, no solo vemos las clásicas distopías futuristas que han marcado su carrera, también unos relatos acerca de un matrimonio mayor y la viudez, algo que la propia mujer de El cuento de la criada experimentó.
Un nuevo virus golpea a la humanidad. En el mundo post-apocalíptico, tiene un impacto letal, y obliga a los no infectados a reproducirse a través de matrimonios arreglados. En tanto, confinados en “Freeforalls” sin ley, el resto de la población sigue viviendo, amando y muriendo. En apretada síntesis, se trata de uno de los relatos (llamado Freeforall) de la nueva colección de cuentos que acaba de publicar la renombrada autora canadiense Margaret Atwood (83), bien conocida por este tipo de historias distópicas, como su trilogía Maddaddam, o la insigne El cuento de la criada.
Old Babes in the Wood, se llama el volumen, y es publicado en inglés por Doubleday, y de algún modo resume lo que ha sido la carrera de Atwood, que si bien, ha descollado en lo distópico, no ha sido su único campo. “Hay autores a los que recurrimos porque misteriosamente pueden predecir nuestro futuro; hay autores que necesitamos por su hábil diagnóstico de nuestro presente; y hay autores que amamos porque pueden explicar nuestro pasado. Y luego están los atípicos: aquellos que nos regalan líneas de tiempo distintas a la que estamos atrapados, realidades lejos de casa. Si alguien ha demostrado, a lo largo de una carrera larga y tremendamente diversa, que puede ser las cuatro cosas, esa es Margaret Atwood”, señala la reseña entusiasta del New York Times.
De hecho, los cuentos se dividen en tres secciones. La segunda de ellas, está dedicada a relatos fantásticos. “Varias de estas historias intermedias se refieren al Covid, ya sea como un hecho del mundo (en Bad Teeth, dos mujeres toman té en el patio trasero porque ‘a su edad hay que tener cuidado’) o como un tema de conversación...además de la ambigua ‘plaga’ que ha llevado a la cuarentena en Impatient Griselda”, señala el Times. En esta última, un extraterrestre con tentáculos es contratado por el departamento de entretenimiento de un “paquete de ayuda para crisis intergaláctica”, para que le narre cuentos de hadas a humanos en cuarentena.
A eso se le suma una historia que podría ser el anverso de La metamorfosis, ya que narra la historia de un caracol que observa cómo su alma se transfirió al cuerpo humano de una ejecutiva de atención al cliente. Además, en otro relato una madre se cree bruja; y la célebre filósofa de la antigüedad Hipatia de Alejandría le cuenta a una audiencia de estos tiempos cómo fue su salvaje asesinato.
Pero en los cuentos de las secciones 1 y 3 del libro, vemos una especie de novela-en-cuentos. Un género poco usado en la literatura pero no por ello menos interesante (la chilena María José Navia, por ejemplo, lo hizo en su libro Kintsugi). Se narra la historia de Tig and Nell, un matrimonio de edad, con hijos ya adultos. Se narra su vida incluyendo la muerte de Tig, y la posterior vida en viudez de Nell.
Un detalle importante para entender estos cuentos de matrimonio y vejez, es que Atwood justamente enviudó en 2019, por ello le dedica el libro a su fallecido esposo, Graeme Gibson. Ello hizo que estas historias en particular, tengan un sabor a lo autobiográfico. “Mientras que las vidas de Tig y Nell muestran detalles inventados, historias como Viudas, una breve pieza que es simplemente una carta de Nell que describe la vida después de la muerte de Tig, se siente inmensamente personal”, señala la reseña del New York Times.
De ahí, a que, de algún modo estas historias se sientan algo así como la enseñanza para lo que viene. “Dado que la mayoría de sus lectores son más jóvenes que la autora, de 83 años, el efecto de muchas historias, aunque no sea intencionado, es el de la sabiduría de la vanguardia. Estas son misivas no de un futuro especulativo, sino de uno al que todos nos dirigimos, si tenemos la suerte de sobrevivir. Es un nuevo tipo de futurismo de Atwood: devolver la llamada desde el otro lado de la calle, haciéndonos saber lo que nos espera”, indica el NYT.
The Guardian destaca la habilidad narrativa de Atwood en el formato cuento, algo que no es tan evidente en el caso de los novelistas, por ser un estilo difícil de trabajar, ya que exige un remate claro y no da mucho espacio para lagunas. “Una cosmovisión abierta a la ciencia ficción no es menos resonante y penetrante en las historias ostensiblemente realistas...estas reflexiones sobre el matrimonio, la mortalidad y los extraterrestres con muchos tentáculos muestran el dominio de Atwood de la forma abreviada”.
El Telegraph añade: “Lo más sorprendente de Old Babes in Woods es la medida en que cuenta con las experiencias más prosaicas de pérdida, dolor y mortalidad”. Y además destaca: “Las 15 historias de esta nueva colección...a menudo se alejan del realismo (“Metempsicosis” está narrada por un caracol atrapado dentro de un cuerpo femenino). Sin embargo, brillan con muchos de los grandes y urgentes temas sociales que han preocupado a su obra más conocida: la vigilancia encubierta y abierta de los cuerpos femeninos, la capacidad de la historia para repetirse y la capacidad del momento presente para poner de manifiesto nuestro más miedos distópicos”.
Por ahora, Old Babes in Woods está solo disponible en inglés. Según comentan desde Penguin Random House a Culto, por ahora no hay una fecha de arribo del volumen en castellano. Para impacientes que quieran leerlo en inglés, se le encuentra en el sitio Amazon. Eso sí, en Chile ya se puede encontrar su última novedad en castellano, Cuestiones Candentes, una colección de ensayos de actualidad y que se publica vía Salamandra.
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