Fue uno de los números esperados del día sábado en la programación de Lollapalooza. Ante un sol inclemente, que hizo más difíciles de soportar los 30°c ambiente, salió a escena Young Cister (el alias de Esteban Cisternas), uno de los créditos locales de la música urbana, que debutaba en el evento en uno de sus escenarios principales. Un hito más en una carrera en ascenso, en que destacan la consolidación de hits como La Terapia, dos shows sold out en Movistar y una celebrada presentación en el Festival del Huaso de Olmué, en enero pasado.
El debut en Lollapalooza llega tras abrirse mayores espacios al fenómeno urbano, con presentaciones de otros nombres como Pailita y Cris MJ, en escenarios centrales esta temporada. El año pasado ya estuvieron nombres como Pablo Chill-E y Marcianeke, consolidando la experiencia urbana en el Festival.
A tono con el evento, Cister cuenta que diseñó el show especialmente para la ocasión. Un detalle que se notó desde el arranque con pistas de trap para encender al público juvenil y un set de canciones con cambios respecto al de Olmúe. “Estaba consciente de que teníamos que hacer saltar a toda la gente, sabíamos que era un show de dia, variamos algunas tonalidades de la luz, el sonido, porque todo afecta al resultado”, explica a Culto poco después de bajar del escenario.
Además, como lo anunció hace un tiempo, el show en el Parque O’Higgins será el último que ofrecerá en un buen tiempo. ‘Es porque quiero descansar un poco, ha sido un año agitado con dos Movistar y eso me descargó mucha la energía, las emociones, en lo físico porque fue muy agotador, pocas horas de sueño, es para estar bien”, explica. Eso sí, aclara que no será un tiempo ocioso, hay planes concretos para lo que resta del año. “Quiero grabar un disco largo, ojalá a fin de año tener algo en la calle. Este año no será tanto de shows, sino más de estudio”.
Pese a todo, dice que la experiencia de Lollapalooza -al que llegó con su pareja y su equipo- es impactante. “Se siente en el estómago cuando uno va a salir. Y cuando estaba ahí arriba se siente mucho el calor que hacía, pero también el amor de la gente que te corea y canta conmigo. Es reconfortante ver los resultados de tantos años de trabajo”.
En el show, Cister apuró la última canción alegando que le pedían cortar el show, pero dice que fue más bien un malentendido. “No me cortaron. Hubo un problema técnico que no es de nuestro equipo, falló un cable, creo que alguien lo pisó pero sin mala intención, obviamente, pero todo bien”.
Además, como pasó también en otros shows como el de Billie Eilish, Young Cister debió detener su presentación por un instante ante un problema que observó en el público. “Había gente que se estaba desmayando y de alguna forma igual me pone un poco incómodo ver gente que está mal, entonces paré un poco el show. Lo bueno es que la seguridad estuvo bien, estuvo pendiente, asistieron rápido”.
Pero la llegada a Lollapalooza es parte de un plan que el artista trazó con cuidado. Una escalada que le ha permitido acceder a mejores espacios y consolidarse como uno de los números urbanos más completos en cuanto a puesta en escena e interpretación.
“Desde hace como dos años me propuse hacer una escalera para mi carrera. Empezar por lugares chiquitos, de 500 personas. Después escalamos a hacer shows para 1500-2000 personas, hasta llegar al Movistar. Fue una escalera que construimos un año, y se dio todo en un año. Fue un proceso que la gente lo vio y se siente identificada porque pueden ver la historia, así se puede sentir un lazo entre ellos y yo. Y ahora aspiramos a cosas más grandes, creo yo”.
¿Cosas más grandes como qué?
Un estadio, quiero hacerlo si dios quiere y seguir con esa escalera que venimos construyendo.
Estuviste como invitado en el Festival de Viña, ¿te gustaría ir para un show propio?
Fue una bonita experiencia, algo que veía por la tele desde niño y estar ahí se siente diferente, se siente bacán, una experiencia bonita que podría volver a repetir. Estoy abierto a cualquier cosa para mostrar mi arte y que la gente esté ahí para verlo.
¿Te sorprendió vender dos Movistar en tan poco tiempo? ¿Lo esperabas?
Fue super raro y sorpresivo, porque habíamos abierto para el primer show solo la mitad del Movistar, ocho mil personas. Y la mitad se vendió en 20 minutos, nos llamaron de la producción y nos dijeron que abramos el Movistar completo y se vendió en cuatro horas. Entonces nos dicen “abramos segunda fecha”. Yo no sabía lo que estaba pasando, estaba mi mamá llamándome, mi hermano, mis ex compañeros de la Universidad me decían ‘Esteban, estamos en la fila virtual, en el puesto 50 mil’, o sea imagínate, 50 mil dispositivos conectados para la fila del Movistar. No lo podía creer, habíamos abierto la mitad del Movistar pensando que solo iba a hacer eso.
Este año en Lollapalooza los artistas urbanos han estado programados en escenarios centrales ¿cómo ves ese reconocimiento?
Es algo que se tenía que dar y se dio de tantos años trabajando y ya se consolidó, es algo nacional y también internacional porque la gente de afuera ya nos está respetando. Creo que la gente se siente parte de este movimiento, porque somos muy cercanos por nuestros estilos de vida y porque cantamos cosas con las que se sienten identificados. Eso se ve reflejado en Festivales como este.