Chancho en Piedra habla de su separación: “No estamos peleados, ni es por eso que estamos tomando esta decisión”

chancho en piedra

Tras el anuncio de receso indefinido, que viene con gira nacional, el histórico grupo desmenuza con Culto las claves de su decisión. La aquilataron durante seis meses y pesaron varios factores personales y familiares, aunque remarcan no estar peleados y que la amistad entre ellos permanece. Además que eligieron este momento al estar aún en activo. “La idea es despedirnos por la puerta grande”, aseguran.


Decir adiós puede tomar meses. Al menos así lo resolvió Chancho en Piedra, el histórico grupo chileno que anunció un receso indefinido tras una carrera extendida por casi 30 años. Fue una decisión que masticaron durante un tiempo. “Yo diría que desde el segundo semestre del año pasado -dice Felipe Ilabaca, el bajista del grupo a Culto-. Fue conversarlo, discutirlo, replantearlo, argumentarlo, porque una decisión de vida importante, estamos conscientes de eso. Y ese es el tiempo en que demora una decisión tan trascendental y hasta que se hace pública. Fue un tiempo en que algunos estábamos más convencidos de hacerlo que otros y fuimos conversando, discutiendo, analizando las razones que son múltiples”.

Ilabaca se explaya sobre las motivaciones del receso. “Principalmente se ampara por la necesidad de un refresco, de un cambio, de una pausa necesaria para poder dar tiempo para proyectos de vida personales, distintos, diversos entre nosotros. Precisamente porque el grupo es muy importante para nosotros también, requiere toda la atención del mundo, como la atención que le hemos dado por 29 o casi 30 años. Pero llega un momento en que, por decisiones de vida, por proyectos diversos, como ya te dije, muchas veces familiares, estaba siendo difícil darle toda la atención o iba a ser difícil en el tiempo más adelante darle toda la atención que merece. Y tal vez lo más sensato era darse una pausa, un receso indefinido, como lo hemos llamado, para cuidar precisamente el grupo. Estacionar bien el bus, dejarlo tiquitaca y en un momento tan alto en la carrera del grupo”.

El martes 21 el grupo hizo oficial su receso indefinido tras una extensa carrera iniciada en 1993, la que dejó una discografía de 11 álbumes de música original, en que desplegaron una propuesta imaginativa, en que desde su primaria raíz funk exploraron hacia otros ritmos, desde cueca hasta la cumbia. Además, de variados guiños a la cultura pop, sea desde su propuesta estética, hasta los videoclips y la unión con personalidades que van desde Fernando Alarcón, a Tommy Rey. Una mezcla que definen como “rock fusión de carácter popular” y que los marcó como uno de los más inventivos de la década de los noventas.

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La despedida incluye, por cierto, una gira nacional llamada Voy y vuelvo, la que ya tienen confirmada una presentación en el Teatro Caupolicán, el próximo sábado 8 de julio. “El evento se llama Voy y vuelvo el evento, porque sentimos que la música va a quedar resonando por siempre en los corazones de las personas -explica Felipe Ilabaca-. Y nuestra amistad también es garantía de que la banda no tiene por qué cerrar para siempre sus cortinas. Tampoco podemos garantizar lo contrario, pero en el fondo no nos estamos separando porque tú me cagaste, yo te cagué, te odio, sino que es porque es necesario un momento de break”.

Una gira que de alguna forma continúa la intensa actividad en vivo de la banda, retomada tras la pandemia y que es una de sus mayores fortalezas. “La idea es despedirnos por la puerta grande, porque el grupo está super vigente -remarca Toño Corvalán, el baterista del grupo-. Nos dimos el gustito de hacer todo estos shows en el verano, recorrer de norte a sur, pasar por muchas ciudades y todos felices de ver al grupo en vivo. Entonces, creo que también teníamos esa espinita de dos años sin poder estar en contacto y viajando, porque Chancho en Piedra en un momento que se transformó en una banda de gira. O sea, todos los veranos era salir y estar en diferentes partes de Chile. Y bueno, nos dimos todos ese gustito y ahora vamos por más, vamos por otra gira para despedirnos ya oficialmente”.

Por su lado, el siempre chispeante Lalo Ibeas remarca que el grupo no tuvo pausas en estos treinta años. “La pausa más larga fue la pandemia, porque ahí no nos vimos y no tocamos, pero el resto nunca había pasado más de dos semanas que no tocáramos, no nos juntáramos, no ensayáramos. En lo personal desde los 15 años que mi vida es en Chancho en Piedra. Entonces, de repente uno está viendo que pasó la mitad de la vida en esto y se pregunta también cómo será la vida sin Chancho en Piedra. Creo que el momento ahora es lo único de averiguarlo”.

En lo personal ¿es una decisión dolorosa? ¿como lo viven en la interna? ¿tristes?

“Toño” Corvalán: Claro, imagínate cómo ha sido para nosotros y cómo es para la gente desde ayer, que nos llegan mensajes. Mi teléfono casi se revienta porque llega todo tipo de cariño, odio, amor. Después así como que primero nos odiaban, después el mismo nos manda un mensaje que ahora nos quiere, que he estado triste todo el día escuchando Chancho. Sí, pueden ser muchas sensaciones, muchos recuerdos, porque a todos nos marcó nuestra música, o sea, a ellos y a nosotros, también.

El anuncio del receso llega cuando aún estaban activos tocando. Hay bandas que siguen 40 o 50 años, pero van cambiando integrantes, dejan pocos originales y eso no siempre termina bien ¿Fue algo que también evaluaron? el decidir irse en un momento en que se sintieran bien.

Felipe Ilabaca: Como te dijimos al principio es un momento importante en que, por ejemplo, nosotros somos amigos, ¿cachái? Eso también está súper claro, nosotros no estamos peleados, ni por eso estamos tomando esta decisión, sino que porque somos amigos entendemos y sabemos las necesidades y los caminos que se necesitan tomar. Y porque la amistad nos juntó, por la amistad también tenemos que decidir hacer esto y aquello. Creo que, respondiendo un poco a lo que decías antes, como si esto era triste o no es triste, por supuesto que tiene una carga emotiva muy importante, es una responsabilidad, pero también es un paso más duro. Precisamente, es para cuidar el patrimonio del grupo, porque todavía quedamos tres originales acá, y este grupo no merece ni debe ser el producto de un interés comercial, ni porque hay que seguir dándole la vuelta a la rueda, porque el mercado así lo demanda, porque te lo exige. Pero ¿y qué pasa si los integrantes necesitan aire? ¿Y qué pasa si las personas que están detrás de esto, los autores, los creadores, necesitan un espacio? Antes que todos somos seres humanos y después somos amigos y somos personas a las que nos unió el arte.

chancho en piedra

¿Cómo serán estos shows finales?¿hay planes por ejemplo para tocar material que no han tocado mucho en vivo?

FI: Yo creo que va a ser así. O sea, vamos a tratar de sacarnos todos los balazos. Quiero que quede súper claro, a nosotros nos encanta tocar y nos encanta ser Chancho en Piedra. Es nuestra sangre, están en el ADN. Quiero decir, A no implica B. Y vamos a tratar de darle a la gente, lo que la gente espera también. Queremos celebrar con ellos. Si nosotros nos acostumbramos a hacer shows contundentes, es porque a nosotros nos gustan los shows así, contundentes. Y ojalá que tengan el aguante que nosotros también vamos a tener que necesitar en ese momento, porque vamos a tirar toda la casa por la ventana.

“Lalo” Ibeas: Sí, y en un show como este, obviamente hay una retrospectiva. Ya no podemos decir vamos a mostrar las nuevas canciones, sino vamos a tratar de incluir de todos los discos y de todos los shows históricos, me imagino. La verdad que todavía no diseñamos el show final, pero me imagino que todos tenemos esa sensación de que en este show tiene que estar casi toda la historia.

En su opinión ¿qué le aportó Chancho en Piedra a la música chilena?

LI: Yo creo que el aporte, quizás no de Chancho en Piedra, pero sí de nuestra generación, fue que cuando empezamos a tocar no existía algo como la industria. Me acuerdo que empezamos a tocar y a conocer bandas, al Joe Vasconcellos, a los mismos Tetas y la gente no decía ‘oye, ¿y ustedes no tiene un sonido de monitor?’ y nosotros ¿qué es lo que es eso? ‘¿Ustedes no tienen iluminador?’ era como sí, tenemos un amigo. O llegábamos a tocar un lugar y no había amplificación, cuando hoy en día todos tienen, ¿cachai? Entonces llegábamos y a veces la voz la poníamos en un amplificador de guitarra, sonando distorsionada. Entonces, yo creo que la generación 90 armó como la escena. Se hizo camino, para entender que así funcionan los shows y todo eso.

FI: Yo creo que estilísticamente el aporte o el diferencial nuestro es la actitud desenfadada a la hora de fusionar estilos. Creo que fuimos los primeros y también los más prolíficos desarrolladores de la fusión de distintas tendencias que estaban en esa época, desde el metal o el rock y el hardcore. Nosotros venimos de Gran Avenida, donde esos estilos eran lo que se hacía, mucho punk y mucho metal y nosotros fusionamos esas dos cosas. Fuimos la esponja de todo eso que pasaba en ese sector y lo supimos fusionar por las influencias que teníamos con música de raíz negroide, soul o funk y luego latina. Entonces, creo que Chancho, su bandera siempre fue la fusión, pero no el jazz fusión, sino que yo diría que un rock fusión y de carácter popular, como dice Lalo. Sin ningún miedo a desperfilar las cosas, a desperfilarnos nosotros, a chasconearnos nosotros. Como que le trajimos la irreverencia al escenario. Y por lo mismo, creo que la gente se identificó, porque la gente necesitaba un referente, pero no fue hecho con esa intención, sino que fue espontáneo.

TC: Yo podría decir originalidad, desenfado, romper esquemas, irreverencia y un poco romper con el cartuchismo que había en los 90, con la llegada de la democracia. Creo que todo eso se fundió y logró este este combo, que como se dijo alguna vez, era como un ají en el poto. Eso era en los comienzos cuando Chancho chocaba, o sea, una vez que estábamos tocando con Enrique Lafourcade, al primer tema, salió así (se tapa los oídos) cuando estábamos tocando. Eso es lo que queríamos.

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