Cuestiones Candentes, de Margaret Atwood (Salamandra)
En 50 años de trayectoria, Margaret Atwood ha recibido numerosos reconocimientos, distinciones y elogios. También algunas acusaciones furiosas. Por lo general, esas acusaciones provenían desde sectores conservadoras -de izquierda y derecha- que le reprochaban pisotear o maltratar a los hombres. Pero en 2018 se encontró con una acusación inesperada: “Y ahora, según parece, soy una misógina que justifica a los violadores y una Mala Feminista que les ha declarado la guerra a las mujeres”, escribe en su ensayo Mala Feminista. La escritora canadiense se ganó la indignación de activistas y feministas radicales luego de firmar una carta abierta dirigida a la Universidad de Columbia Británica (UCB) por la falta de prudencia y discreción al tratar denuncias contra un profesor. El académico fue absuelto de los cargos, pero la universidad le dio publicidad a las denuncias y lo despidió, aun cuando era inocente. Atwood defiende el derecho al debido proceso para todos, y se pregunta: “¿Creen las Buenas Feministas que sólo las mujeres deben disfrutar de estos derechos?”.
El texto forma parte de la nueva colección de ensayos y discursos de la autora de El cuento de la criada. El volumen abarca desde 2004 a 2021 y comprende más de 60 piezas. Desde las secuelas del 11-S al gobierno de Donald Trump, pasando por el #MeToo y la pandemia, la escritora canadiense aborda temas políticos, culturales, literarios y medioambientales.
Con claridad y perspicacia y una escritura armoniosa, Margaret Atwood reflexiona sobre los desafíos de nuestra época; defiende la libertad de expresión, apoya al periodismo riguroso en la era de las fake news y rescata la frase de Orwell: “Si algo significa la libertad, es el derecho de decirle a la gente lo que no quiere oír”.
Hija de un entomólogo, la autora creció coleccionando insectos, y en estas páginas se refiere también a la emergencia climática. Toma distancia de la idea del escritor como agente de cambio social, y dedica iluminadores ensayos a Shakespeare, Alice Munro y Ray Bradbury, así como a su propia obra.
De Europa al Fin del Mundo, de Cecilia Beuchat y Carolina Valdivieso (Ediciones UC)
En el norte comenzaba la Guerra del Pacífico cuando Florence Dixie, una británica de 22 años, llegó a la Patagonia. Audaz, culta y entusiasta, fue ella la artífice del viaje al que la acompañó un grupo de familiares, aristócratas como ella. La búsqueda de aventura y de conocer el lugar más austral del mundo motivó su travesía, que no fue fácil y enfrentó numerosas dificultades, incluso vivió el único terremoto que se registra en la región. En su exploración, las imágenes más poderosas se las proporcionaron las Torres del Paine: “Al fondo había cerros cubiertos por espesos bosques, tras los cuales se elevaba nuevamente la cordillera. Tres altos picos de tono rojizo y de forma exacta a la Aguja de Cleopatra conformaban un rasgo llamativo del paisaje. Los arbustos de calafate eran allí de un tamaño que nunca habíamos visto en la llanura, y estaban cubiertos de frutos maduros, con los cuales se deleitaban ávidamente muchos pajaritos”, escribió.
Publicado por primera vez hace una década, el libro de Cecilia Beuchat y Carolina Valdivieso recoge relatos de viajes de extranjeros a Chile. La nueva edición es una versión ampliada, que incorpora a tres mujeres: las inglesas Florence Dixie y Marianne North y la croata Nada Fabjancic. En total son 12 viajeros, entre ellos Charles Darwin, María Graham y Martín Gusinde, los más conocidos. Entre los menos, Berta Koessler-Ilg, quien viajó desde Alemania con su marido médico y recopiló leyendas y mitos mapuches; Joseph Emperaire, antropólogo francés que estudió a los kawéskar, y Amedée-Francois Frézier, marino y cartógrafo francés que en el siglo XVIII llevó frutillas chilenas a Europa.
El libro reúne relatos de viajeros excepcionales “que forman parte de nuestra historia y que participaron, cada uno a su manera, en el desarrollo de nuestra nación”, dice Jacqueline Balcells. Cuidadosamente escrito y bellamente editado, con ilustraciones de Andrés Jullian, el libro es una invitación a conocer más de los personajes convocados, y es también un viaje al pasado, a las costumbres, culturas y la geografía del país.
El Universo según Carlota. Vida extraterrestre y exoplanetas, de Teresa Paneque (Planeta Junior)
Carlota y su amiga Marga fueron al taller de ciencia ficción, en la biblioteca del colegio. Era un sábado y allí las esperaba su amigo Daniel, que sabía y había leído bastante sobre el tema que las intrigaba: ¿los ovnis son extraterrestres? Daniel les había reservado sillas porque ese día verían la película Contacto, un filme de 1997 sobre una doctora en astronomía que buscaba comunicarse con una civilización extraterrestre. Y los mensaje que recibe están inscritos en lenguaje matemático. La película cautivó a las amigas y les presentó nuevas preguntas.
Con 20 mil ejemplares vendidos de sus dos primeras historias, la saga de Carlota, una estudiante que ama dibujar y descubre la astronomía, es uno de las novedades exitosas de la literatura juvenil actual. Después de aproximarse al estudio del cosmos y participar en la feria de ciencias en los dos primeros libros, ahora Carlota acompaña a su amiga Marga a investigar en torno los alienígenas. Marga quiere escribir un artículo para el taller de redacción, a partir de un ovni avistado sobre territorio chileno. Carlota es más bien escéptica y no cree que los ovnis se relacionen con extraterrestres.
En la tercera entrega, la astrónoma Teresa Paneque amplía los temas de la saga, incorporando la pregunta por la vida en el universo, los exoplanetas, la posibilidad de encontrar otro cuerpo celeste similar a la Tierra, el viaje de la luz, entre otros. La serie busca acercar a los niños y especialmente a las niñas a las ciencias y la astronomía, y los temas que la autora expone revisten indudable interés. Pero a menudo la historia se siente más como una exposición didáctica que como un relato o una aventura literaria, con conflictos, personajes y emociones. Indudablemente, la saga de Carlota es un aporte desde el punto de vista científico y cultural, así como en el panorama de la literatura infantil juvenil, y ganaría en atractivo y emoción si la autora trabajara con la misma dedicación el mundo personal de los personajes, la tensión narrativa y los aspectos literarios de su obra.