“Yo soy muy fanático del musical de Jesucristo Superstar desde adolescente”, cuenta Marcelo Jiménez, el cantante que ha se hecho de un nombre gracias a su notable imitación de Camilo Sesto, que le permitió ganar el programa Mi nombre es (Canal 13) en 2017. Acaso siguiendo la huella del fallecido ídolo español, esta temporada vuelve a tomar el protagónico de la famosa ópera rock que se presentará este jueves 6 en el Teatro Municipal de Valparaíso, el viernes 7 en Gran Arena Monticello y el sábado 8 en el Teatro Ceina.

La obra, compuesta por canciones de Andrew Lloyd Webber y letras de Tim Rice, es una de las más famosas en torno a la figura de Jesús de Nazareth. En tono de ópera rock, detalla la agitada última semana de vida del nazareno, con una mirada moderna que no escatima en riffs y guitarras eléctricas.

Originalmente un musical para Broadway, no tardó en saltar al cine en la conocida adaptación de Norman Jewison, con Ted Neely en el protagónico y estrenada en 1973. También la han interpretado un variopinto de artistas que van desde la legendaria voz de Deep Purple, Ian Gillan, hasta al mismo Camilo Sesto, quien lanzó su versión en español en 1975.

Camilo Sesto protagonizó una versión de Jesucristo Superstar y lanzó un álbum en 1975

Jiménez cuenta cómo conoció la obra. “Me hice muy fan cuando tenía como 20 años, por la película de los 70. Entonces, a partir de esa época, a nivel de amigos y de forma muy amateur, siempre montamos el musical en la comuna en Pudahuel, donde vivo. Entonces, ahí nació este fanatismo por la ópera rock”.

Por ello, Jiménez ha cantado la obra en varias ocasiones. “La hicimos en el Nescafé de las Artes en 2019, también en 2020. La hicimos en el Teatro Cariola, el año pasado fue eso. También me invitaron a hacer el papel de Jesús en el Teatro Oriente en el 2011 y ahora en el Monticello”.

En esta nueva versión Jiménez compartirá roles con Karen Paola en el rol de María Magdalena, Gustavo Escudero como Judas y Sebastián Longhi como Herodes, junto al elenco estable de la productora Estudio Feroz, dirigida por el realizador y productor Cristian Ripoll. Este último fue el nexo clave, ya que conoce a Jiménez desde esos primeros años cantando como un aficionado con sueños de estrellato.

El intérprete detalla que su entusiasmo por la obra es tal, que ha estudiado cada versión disponible. “Siempre estoy buscando en YouTube, claro, la versión de Ian Gillan, Ted Neely de la película, hay versiones mexicanas también que me gustan mucho. Me gusta ir indagando en diferentes versiones y canciones también, porque la música es muy buena, a mí me encanta la ópera rock”.

Y por supuesto, también ha mirado algunas versiones locales. “Trato de ver todas las versiones, las de los chilenos también, como la de Mario Guerrero, Beto Cuevas, aunque hay muy poco material de Beto Cuevas. También vi una versión del Jappening con Ja, de los 70, está por YouTube, es muy entretenida. Sale Canitrot, los personajes, la Maitén Montenegro. Me gusta todo lo que tenga relación con Jesucristo Superestrella”.

Para esta nueva puesta en escena, que incluye la totalidad del repertorio de la obra, el equipo se ha preparado con dos meses de ensayos. “Como musical en general, yo creo que lo más complicado es ensamblar todas las disciplinas; los bailarines, las coreografías, los cantantes con los músicos, el sonido, todo eso lograr enlazarlo y que funcione bien junto con las visuales. Es como un todo que si no funciona, queda el despelote y eso es como lo más complicado de lograr”, dice Jiménez, quien por su lado repasa además uno que otro detalle. “Practico solo las partes puntuales no más, algún arreglo nuevo que se me ocurra, porque me lo sé de memoria desde que tenía veintitantos años”.

Marcelo Jiménez, como Jesús, y Karen Paola, como María Magdalena, protagonizan la nueva versión de Jesucristo Superstar.

-¿Qué es lo más difícil de tomar un protagónico como el de Jesucristo Superstar?

El papel mismo encuentro que es muy complicado, porque hay que tratar de ponerse como en el cuerpo de este gran maestro espiritual, como lo quieran llamar, y tratar de que se refleje esto desde el punto de vista de la gente que está viendo el espectáculo. Que vean a un Jesús que tenía una templanza, una tranquilidad. Su mirada era de un tipo muy sabio. Eso es una de las cosas complejas, aparte de la voz, que también es muy difícil por los altos registros que tiene la voz de tenor de Jesús y de muchos personajes también. Es un musical muy complicado desde el punto de vista musical y también actoral.

-¿Cómo se aborda una pieza del calibre de la intensa Getsemaní? Probablemente es la más esperada de la noche.

Es como lo más difícil, porque mientras está transcurriendo el musical, a mi cerebro le empieza a dar ansiedad, me pongo a pensar que después me va a tocar llegar a Getsemaní, me quedan tantas canciones para Getsemaní. Pero una vez que llega uno lo trata de disfrutar y entregar al máximo, muy concentrado para que salga lo mejor posible. Pero claro, es un estrés estar pensando en que viene esa canción, tiene que funcionar el grito, etcétera. Porque es lo que la gente está esperando también, una canción que es un punto alto, donde hay que saber hacer el grito.

¿Y hay algún secreto para esa parte del grito? ¿Lo has ido perfeccionando con los años?

Uno cuando va aprendiendo puede usar más técnicas o de repente variar ciertas melodías. Es que antes cuando uno era joven no sabía; uno trataba de copiar lo que sonaba y se tiraba así a la loca nomás, pero claro, uno cuando aprende puede hacerle variaciones para no estar desgastándose tanto en ciertas partes, ir dosificando.

Las entradas para asistir al musical están a la venta por el sistema Topticket.cl. Tras este, Jiménez continúa su agenda habitual con su tributo a Camilo Sesto, que ya tiene fechas en abril y mayo. Además, revela un próximo paso. “Teníamos pendiente un show homenaje a Camilo Sesto, que era para teatros, con visuales, con bailarines, con orquesta. Quedó en stand by desde que vino la pandemia. Entonces hay que retomar eso, volver a ensayar y hacer alguna propuesta para tratar de presentarse por todo Chile”.

Sigue leyendo en Culto