Mariana Enriquez: “Ponerse en ese lugar de superioridad y acusador moral no está ayudando a nadie”

Mariana Enriquez wsp
Mariana Enriquez. Foto: Mario Téllez / La Tercera.

La fundamental escritora argentina visitó Chile en el marco de una charla por Santiago en 100 Palabras. En entrevista con Culto, repasa los vínculos de su literatura con lo urbano y su visión de nuestra capital. Además, habla de cómo ha sido montar un espectáculo en vivo en Argentina, la polémica que enfrentó en Twitter y que la obligó a cerrar su cuenta.


No es su primera visita a Santiago, entonces de algún modo se siente a sus anchas al moverse por los recovecos céntricos de la capital. De hecho, su sonrisa afable al recibirnos hace notar que se siente cómoda. “Estuvo estupendo el almuerzo”, comenta al pasar. Es una tarde otoñal en un hotel de Providencia y tras una mañana ocupada -donde se reunió en una charla privada con un grupo de personas del mundo del libro y visitó la editorial Montacerdos, que la ha publicado en Chile-, la escritora argentina Mariana Enriquez (50) se da un tiempo para charlar con Culto.

La reconocida autora de Nuestra parte de noche (Anagrama, 2019) estuvo de visita por 4 días en Chile, invitada por Santiago en 100 Palabras como parte de la convocatoria 2023 del concurso de cuentos breves. Ante un repleto auditorio del Centro de extensión de la UC, dio una charla sobre el nexo entre las ciudades y su propia creación. No es extraño, porque las urbes siempre han estado muy presentes en su obra. De hecho, pasaron referencias a Barcelona, Buenos Aires, Los Ángeles, su natal Lanús, además de personajes tétricos como San La Muerte o El Petiso Orejudo, un joven asesino en serie de inicios del siglo XX.

Mariana Enriquez wsp
Mariana Enriquez. Foto: Mario Téllez / La Tercera.

Pero sentada en esta mesa, en un salón del Hotel, aprovechamos de consultarle, ¿Qué le parece Santiago como ciudad? Segura de cada palabra que dice, Enriquez señala: “La zona que más conozco de Santiago, por amigos, es la cercana a Plaza Italia, que es la parte intensa. La idea que tengo de Santiago es solo por visitar mucho esa parte. Me tocaron varias protestas. Estoy acostumbrada a las protestas y todo eso en Buenos Aires, pero mi sensación en esa zona es que todo es más repentino. Hay más policías, más enfrentamientos. En Buenos Aires hay tanta costumbre de protesta que la gente rezonga, pero la cosa de los gases y ver a la policía avanzando, nosotros no estamos tan acostumbrados”.

“A mí me parece bastante linda Santiago, pero tengo la sensación de que es una ciudad muy claramente desigual. Hay lugares muy lindos, muy lujosos, de mucho consumo, y ves otros donde se nota claramente la diferencia. Las pocas veces que pude transitar de una punta a la otra es fácil darte cuenta cómo va cambiando socialmente. Buenos Aires es más mezclado, tiene bolsones por todas partes”.

¿Notas diferencias en la parte humana con Buenos Aires? Alguna vez Gustavo Cerati -quien vivió en Santiago- decía que le gustaba Chile porque la gente era más respetuosa

Santiago y Mendoza son más parecidos, en la idiosincracia o cómo habla la gente. En Santiago la gente es menos invasiva, el porteño es muy confianzudo, no le cuesta nada dirigirse a una persona que no conoce. Acá es distinto, hay más distancia, pero no me parecen ciudades tan diferentes. No es la distancia que puedo sentir en Copenhague.

En tu charla en el marco de Santiago en 100 Palabras abordas la relación entre la ciudad y la creación. ¿En qué consiste ese nexo?

Gran parte de lo que escribo es muy urbano, siempre viví en ciudades no tengo la experiencia de lo rural. La literatura de lo urbano y la experiencia de la ciudad me marcaron mucho. Para mí, la ciudad es un lugar que la puedo usar de manera opresiva, pero también es bastante liberador en el sentido de que es el lugar al que el chico que es diferente y que vive en un pueblo pequeño prejuicioso, se puede ir. La sociedad te hace anónimo, de alguna manera te libera, es una manera de esconderse en la multitud. Además, en la ciudad, ese chico puede encontrar a su propia gente, que es más difícil hacerlo en un lugar donde todos te conocen. También me interesa la intensidad del intercambio y la diferencia, son lugares donde literalmente puedes encontrar de todo. Son lugares de mezcla cultural, de inmigrantes. También son lugares donde es fácil perderse, en el mal sentido. Descuidarse.

En tu caso, ¿cuánto influyeron Buenos Aires y La Plata?

Mucho, sobre todo en Bajar es lo peor (1995). Yo viví en La Plata, pero si bien el libro transcurre en Buenos Aires, La Plata era la ciudad que me imaginaba. Muchos de los cuentos que he escrito transcurren en la ciudad donde nací, Lanús, que es conurbano súper industrial y también lo uso como un lugar abandonado, con muchas fábricas. La Plata es una ciudad de otro tipo: universitaria, más pequeña, una ciudad de noche, de salir, de rock. Tiene su propio microclima, pero al mismo tiene una sensación de provinciana y queda a 60 kms de Buenos Aires. No es como pensar en lo provinciano como atrasado, sino que estás tan cerca de la capital que es como un lugar intermedio, como te querés ir, y la gente termina volviendo (ríe) porque está buenísima para vivir, porque es lugar de jóvenes.

MARIANA ENRIQUEZ
04/04/2023 FOTOGRAFIAS A LA ESCRITORA ARGENTINA, MARIANA ENRIQUEZ FOTO: MARIO TELLEZ / LA TERCERA

El espectáculo de Mariana

Por lo último que ha hecho noticia Enriquez está lejos de los círculos habituales de la literatura. Lejos de los foros, los paneles de conversación o las bibliotecas. Nada raro si se analiza su carrera, centrada en el periodismo, el rock y su narrativa con mucha influencia pop. A mediados de marzo estrenó un espectáculo llamado No traigan flores, en el que realiza lecturas comentadas de sus cuentos, mientras la acompaña un ilustrador -Alejandro Bustos- quien realiza visuales con arena, en vivo. Por supuesto, llenó las casi 2.000 localidades del Teatro Coliseo de Buenos Aires, e incluso ya tiene agendada una fecha en Córdoba, en mayo.

De hecho, en su charla de Santiago en 100 Palabras hizo algo similar. Ataviada con un gótico vestido negro hizo lecturas de algunos fragmentos de sus cuentos y novelas acompañada de imágenes de los lugares y personajes de los que hablaba. En rigor, lo suyo es una mezcla de charla, anecdotario e incluso algo de stand-up.

“Me he sentido muy cómoda, no soy nada tímida. No traigan flores me lo propusieron unos productores que veían que hay un montón de lectores muy entusiastas que podían ser un público, que tuviese ganas de escuchar las lecturas, de enterarse como del backstage de las lecturas, de escuchar algunas cosas nuevas, diseccionar algún texto. Pero además están las ilustraciones con arena, y el Mono Hurtado, que es un contrabajista que me va acompañando y que hace un ambiente medio gótico. Así hay algo más que las lecturas, sino se hace medio aburrido”.

MARIANA ENRIQUEZ
04/04/2023 FOTOGRAFIAS A LA ESCRITORA ARGENTINA, MARIANA ENRIQUEZ FOTO: MARIO TELLEZ / LA TERCERA

Hiciste presentaciones en Buenos Aires y tienes agendada una en Córdoba. ¿Has pensado en hacer una gira por Latinoamérica con este espectáculo?

Vamos a ver, eso depende de que los productores de otros países lo pidan y ver cómo son las posibilidades de hacerlo, porque el espectáculo es todo junto. Hay que llevar al dibujante, que es fundamental, porque sino es aburridísimo escucharme solo a mí. Pero podría ser, ¿por qué no? Lo que pasa es que no quiero hacerlo tan seguido, no porque no me guste, sino porque necesito tiempo para escribir. Mi interés está en la escritura, esto es un extra. Es verdad que el Teatro Coliseo se llenó, eso significa que más allá de todo, hay un interés por lo que yo estoy escribiendo en este momento, y que se puede terminar mañana, entonces siento que tengo que responder a ese interés. Tenés que responder a una demanda que existe.

Cerrar Twitter

Usuaria frecuente de Instagram, hasta noviembre del 2022 Enriquez también era una activa participante en la red social Twitter. Sin embargo, en ese mes decidió cerrar su cuenta. Todo se debió al acoso y los gruesos comentarios que recibió de los tuiteros por apoyar públicamente a la escritora colombiana Carolina Sanín, a quien la mexicana editorial Almadía canceló la publicación de dos de sus libros por unos dichos que realizó sobre la identidad de género.

Si bien, Sanín expresó su apoyo a los derechos de las personas transgénero, comentó que el activismo transgénero puede reforzar los estereotipos al respecto. Por ello, habló de que el “transactivismo” era “fascista” y cuestionó “el reclamo de la población trans a ser reconocidos de un sexo distinto de aquel con el que nacieron”, y añadió: “El nombre de eso es privilegio, no es derecho”. Es una postura similar a la de la autora inglesa J.K. Rowling, a quien se le ha acusado de Feminista radical trans-excluyente (TERF, por sus siglas en inglés).

Enriquez, junto con otros nombres como Samanta Schweblin, salió a defender a Sanín, y antes de cerrar su cuenta, escribió: “Yo no soy terfa. Estoy feliz de vivir en un país con ley de identidad de género. Pero no me gusta que se decida no publicar a alguien porque piensa de una manera con la que no estoy de acuerdo -sus libros no tratan el tema en cuestión-. Pueden estar en desacuerdo con eso”.

MARIANA ENRIQUEZ
04/04/2023 FOTOGRAFIAS A LA ESCRITORA ARGENTINA, MARIANA ENRIQUEZ FOTO: MARIO TELLEZ / LA TERCERA

Ahora, Enriquez recuerda ese momento. Sin complicarse, como si estuviera contando algo que le pasó a un amigo. “Lo que me pasó es que pensé: ¿por qué voy a estar peleando en Twitter con gente que no conozco por un tema que se merece otro tipo de desarrollo? Me parece que es injusto que no la publiquen por un tema como el de la identidad de género que me parece que no hay por qué no hablarlo. Con respeto, nadie se merece que lo insulten. Entonces, es una batalla perdida que no tengo ganas de dar. Yo siempre estuve en Twitter para divertirme, no para eso. Yo siempre estuve de acuerdo con la cosa de la identidad de género, no tengo que explicarlo y no tengo ganas que me obliguen a hacerlo. Hay algo de chantaje en que te digan ‘decilo de esta manera’, o ‘pronunciate de esta manera’, y es algo que no voy a aceptar de una masa anónima. Con frecuencia, ponerse en ese lugar de superioridad y acusador moral en realidad no está ayudando a nadie. No ayuda a la comunidad trans, no ayuda a la comunidad Queer. Solo tiene que ver con la vanidad de la gente que siente que es superior a una porque está levantando el dedo.

¿Te afectó el tema?

No, no me afectó demasiado, la verdad. Fue más molesto que eso lo levanten los medios y hagan una noticia con eso y me pregunten sobre eso como si yo fuera una especialista en el tema y armen una especie de escándalo desproporcionado por un intercambio fuerte en Twitter, que es el hecho en sí.

¿Piensas que hay un exceso de corrección política en la actualidad?

Sí, claro, es un hecho. Es así y quizás tenga que ver con que es un momento de transición y cambio de paradigma, y como siempre pasa en esos casos, hay que acomodarse. Y el acomodamiento es como un aterrizaje de emergencia, y con mucha gente con la desesperación de pronunciarse por estar del lado del bien. Esos exageran. Por ejemplo, en Argentina tenemos Ley de Aborto hace 3 años. En vez de todos los años de debate que hubo, me hubiera gustado que se hubiera resuelto con más celeridad, pero no voy a decir que la gente no tiene derecho a debatirlo. Incluso después de que exista la ley.

¿Cuestionar la ley, dices?

Argentina es un país que tiene una Ley de identidad de género de las más avanzadas del mundo, y de las que estoy muy orgullosa, pero eso no impide que la gente no pueda discutirla. Lo que quiero decir, es que no puede haber temas tabú. Todo tema tabú es un problema. Es posible que sea una cuestión generacional, también, pero para mí no puede haber temas donde te digan que no podés hablar. Yo no pienso como Carolina (Sanín) en ese tema, pero me parece que es injusto que no le publiquen un par de libros por lo que piensa sobre ese tema cuando no tienen nada que ver. Me parece absolutamente desproporcionado el ataque. Yo nada más soy una escritora que me pronuncié en apoyo de otra.

En otro tema, que está bastante en boga a propósito de Chat GPT, y que ha sido tratado por la literatura de terror y fantástica ¿Qué piensas sobre la Inteligencia Artificial? Chat GPT puede escribir cuentos si se lo piden.

A una máquina no se le muere un hijo, no se enamora y no sueña, por ahora. No es hipocondríaca, no tiene fobia, no se deprime, no le pasa absolutamente nada. A mí me pasa que ver arte producido por un artefacto -aunque sea muy parecido al arte que termina produciendo una persona que le pasan esas cosas- que no tiene ninguna de estas variables que problematizan y hacen compleja a una persona, no me interesa. Hay un tema ahí que va a estar en los años que se vienen, ¿vamos a ser capaces de darnos cuenta si la producción de la IA tiene esta complejidad y singularidad humana? o ,¿vamos a adquirir una especie de séptimo sentido para ver si lo percibimos o no? Hoy no podemos darnos cuenta, pero quizás en el futuro sí.

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