Ira al volante: cómo nació la travesía de furia y venganza de la serie Bronca
Steven Youn y Ali Wong encarnan a dos personajes frustrados en la producción de Netflix, una historia originada en una experiencia real del guionista Lee Sung Jin en la carretera de Los Angeles. Gracias al respaldo del estudio A24, terminó creando una ficción que indaga en “el vacío existencial que hay en muchos de nosotros” y que se ha instalado entre los mejores títulos de los primeros meses del año.
En el estacionamiento de una tienda de productos para el hogar en Los Angeles, dos figuras antagónicas se estrellan: Danny (Steven Youn), un contratista que lidia con la inestabilidad económica y con turbulencias familiares, y Amy (Ali Wong), una empresaria con esposo e hija que vive abrumada por no poder disfrutar de su éxito.
Sus frustraciones colisionan cuando él va en reversa en su camioneta y recibe un bocinazo desde un Mercedes blanco. Antes de virar, quien conduce –minutos después, presentada como Amy– se detiene en la esquina y le muestra el dedo del medio. “A la mierda”, se dice Danny a sí mismo y comienza una persecución. Es el punto de inicio de una historia en que primará la furia y la venganza, con un tema como telón de fondo. “El vacío existencial que hay en muchos de nosotros y cómo nada parece durar y es tan difícil de llenar”, sintetizó Lee Sung Jin.
El realizador se basó en una experiencia personal para empezar a escribir Bronca (Beef, en su título original), su serie recién estrenada en Netflix y producida por el estudio A24. Guionista de títulos como Silicon Valley y Dave, un día al terminar su jornada de trabajo se subió a su vehículo para regresar a su hogar.
Durante su trayecto, mientras estaba detenido en un semáforo, no se percató de inmediato que este había cambiado a luz verde, causando la ira de un conductor –un hombre blanco de mediana edad a bordo de un BMW blanco– que le tocó la bocina y bajó su ventana para insultarlo. Como una respuesta impulsiva, se propuso perseguirlo hasta su casa, pero pronto justificó su decisión diciéndose a sí mismo que se dirigían en el mismo sentido.
Su episodio real con ese desconocido fue efímero y definitivamente no terminó como sus dos protagonistas, pero le brindó los insumos necesarios para imaginar los cimientos de la ficción y trazar un mundo más amplio.
“Estamos tan atrapados en nuestras visiones subjetivas de la realidad y estamos proyectando todas estas suposiciones en la otra persona. Puede que haya algo aquí”, pensó en ese momento según dijo a The Playlist. “Estoy muy agradecido con ese conductor. No estaría aquí hoy si no me hubieras tocado la bocina. Quienquiera que seas, gracias”.
Tras conseguir el respaldo de Ravi Nandan, jefe de la división de televisión de A24, Lee Sung Jin convocó a Steven Youn y Ali Wong, una dupla con la que había coincidido gracias a su trabajo en la serie animada Tuca & Bertie, donde los actores prestan sus voces a un petirrojo y a un zorzal que son pareja.
También involucrados como productores ejecutivos, estuvieron al centro de las conversaciones para crear a Danny y Amy, un dúo que se repele pero que en algún punto guarda similitudes. “En el fondo, lo sepan o no, ambos están luchando con lo mismo, que es este vacío existencial que se siente imposible de llenar”, explicó el creador a Los Angeles Times.
Con Danny lo une no sólo ser víctima de un conductor desenfrenado, sino que un pasado cerca de la iglesia coreana, misma experiencia que tenía Yeun. “Es una parte casi esencial de la experiencia estadounidense de origen coreano, ni siquiera en un sentido religioso, sino que solo como un centro para la comunidad, y siempre quise explorar eso de alguna manera. Simplemente se sintió natural, porque piensas en el personaje de Danny y él absolutamente habría crecido en la iglesia”, planteó.
Originalmente Amy sería un hombre blanco de mediana edad “al estilo Stanley Tucci”. Pero Lee desestimó esa opción porque sintió que, el contexto actual, la historia se vería forzada a plantear una conversación sobre las tensiones raciales. Desechado ese escenario, que probablemente habría convertido a Bronca en una ficción diferente, se concentró en explorar lo más medular que separa y une a su pareja central y cómo su conflicto permea en diferentes capas de la convivencia humana.
“Definitivamente he pensado mucho no sólo en ese incidente, sino en por qué soy como soy. Y por qué cualquiera de nosotros somos como somos”, reflexionó en conversación con The New York Times. “Las líneas no son rectas, son muy onduladas y hay muchas cosas. Creo que eso es lo que la serie quiere explorar: que no es una sola cosa. Realmente se trata de lo difícil que es estar vivo”.
Aunque la producción no llegó al catálogo de Netflix como una miniserie, esa es la categoría de los Premios Emmy en la que competirá, y fue presentada de ese modo a la plataforma. Sin embargo, Lee cree que hay una ranura para una posible segunda temporada.
“Amo profundamente a Danny y Amy como personajes, así que no me opongo a que la historia continúe. Pero por diseño, se presentó como algo cerrado, pero veremos qué sucede”, concluyó.
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