Déjalo Ir: familia, emoción y un neo-western protagonizado por Kevin Costner
Filmada el 2019 y estrenada en Estados Unidos a fines del 2020, la emotiva película escrita y dirigida por Thomas Bezucha selló su éxito definitivo tras arribar al catálogo de Netflix, donde se ha mantenido entre los contenidos más vistos de las últimas semanas. En ella, Kevin Costner y Diane Lane encarnan a una pareja de abuelos que, tras la muerte de su hijo, buscan salvar a su nieto de un padrastro abusivo. ¿Cuáles son los elementos que hacen de este western de los años 60 un filme tan popular?
El día transcurría con total normalidad para Margaret (Diane Lane). Su esposo George (Kevin Costner), un policía retirado, trabajaba hace un rato en el establo de su rancho, y su nuera, Lorna (Kayli Carter), alistaba todo para bañar al bebé. Pero pasaron pocos minutos para que un mal presentimiento lo cambiara todo. Una sensación que, a modo de confirmación, se intensificó cuando vio que el caballo de su hijo llegaba solo a la casa, aún con la montura instalada en su lomo.
Cuando George logró dar con el cuerpo de su hijo, tendido en el medio del camino, ya era demasiado tarde. Su muerte prematura e inesperada dejó una joven viuda y a un pequeño bebé huérfano. Por varios años, el matrimonio albergó en su rancho a la madre y al niño, su único nieto y a quien adoraban como a un hijo más. Hasta que Lorna conoció al hombre que se transformaría en su nuevo esposo.
Otra sensación extraña azotó a Margaret. Ahora, respecto al carácter del hombre que se transformaba en el padrastro del niño. El recelo se transformó en desconfianza cuando, de pura casualidad, vio cómo el sujeto golpeaba a la madre y su hijo en plena calle, sin ningún pudor ni justificación. Las cosas se tornaron mucho más extrañas cuando se percató de que la nueva familia de su nieto se marchó del pueblo de forma inesperada y sin dar aviso alguno.
Para la mujer sólo existía una opción viable: tomar todos sus ahorros y recorrer los kilómetros que fuesen necesarios con tal de dar con el nuevo paradero de su familia. Un viaje de Montana hacia Dakota del Norte donde el matrimonio se topará con una serie de misterios que develarán un camino mucho más difícil de lo que imaginaban. Así transcurren los intensos primeros minutos de Déjalo ir, un western contemporáneo con aires de thriller ambientado en los años 60 que, pese a haber sido rodado el 2019 y estrenado en Estados Unidos para finales del 2020, alcanzó una nueva notoriedad en el resto del mundo tras su arribo al catálogo de Netflix durante abril de este año.
Pasadas dos semanas desde su lanzamiento en el streaming, el filme escrito y dirigido por Thomas Bezucha sigue conquistando a las audiencias, permaneciendo entre los largometrajes más populares del top en Chile y otros países del continente. Un proyecto que demoró tres años en transformarse en un éxito rotundo, y que volvió a poner sobre el tapete las nuevas formas de plasmar las historias del viejo oeste estadounidense.
La efectividad de un neo-western
Las películas ambientadas en el viejo oeste son una extensa tradición que permeó dos siglos, y que caló hondo en el imaginario cultural estadounidense. Ese otrora árido escenario que por muchos años dominó la pantalla grande con épicos relatos que develaban la crudeza y violencia de un territorio en disputa, hoy es rememorado por algunos autores que, con historias situadas en tiempos más modernos, vuelven a evocar los paisajes y características de los clásicos westerns.
Larry Watson es uno de esos escritores, que ha ahondado en este género híbrido a través de novelas como Montana 1948, White Crosses y Let him go. Esta última –nunca traducida al español-, es la que inspiró a Bezucha en su trabajo con Costner y Lane. En una entrevista con el medio Screen Rant, el director explicó que “fue el espíritu de la historia lo que me llevó a estar interesado en adaptarla, y quería serle fiel”. Ese respeto y entusiasmo por la prolijidad de su adaptación lo llevó a contactarse con el escritor, cuando la idea aún estaba en pañales.
“Tenía algunas preguntas sobre cómo había llegado a ciertos lugares en la novela, y los pensamientos que lo llevaron a tomar esas decisiones. Le dije que quería hacer algunos cambios que tal vez no le gustaran, pero que no había nada que yo pudiera hacer para arruinar el libro. En el texto, George y Margaret viajan desde su hogar en Dakota del Norte a Montana. Yo quise invertir la geografía y llevar la acción de 1951 a 1963, ya que, de alguna manera, ilustraba la caída en desgracia de la cultura americana con el asesinato de Kennedy. La acción transcurre en la primavera de 1963 y no va a terminar bien. No habrá realmente un final feliz”, explicó el hombre detrás de películas como La joya de la familia (2005) y Princesa por accidente (2011).
El director se mostró consciente de lo que significa el género para la cultura estadounidense. Aun así, dijo en la misma conversación que también observó elementos capaces de convocar a otros públicos dentro de la novela de Watson. “Es algo de la cultura occidental, pero es exclusivo de Estados Unidos. Es el paisaje de nuestra mitología, es nuestro folclore, y lo que me encantó de la novela de Larry fue que trata sobre la sangre y las relaciones de parentesco. Tiene algo de tragedia griega, o al menos algo shakesperiano. Uno siente al leerla que los dioses caminan por las planicies, en guerra uno con el otro”.
En una conversación con la revista Collider, Costner también habló sobre su cercanía personal con el género del western. “Era una época en la cual tenías que tomar tus propias decisiones. Me refiero a que hoy en día, si alguien te lastima, se busca a alguien para que se encargue del problema. Un agente, un abogado. A veces uno quiere pasar de largo y no preguntarle a alguien qué hora es por miedo a ser denunciado legalmente. Creo que hay algo muy atractivo en esa idea del Oeste, en el sentido de ver a la gente resolviendo sus propios problemas. ¡Y eso sí que era duro y peligroso! Cuando uno ve un buen western este se queda en la memoria durante mucho tiempo”.
Asimismo, develó sus elementos favoritos del filme: “Lo que me atrajo de Déjalo ir es el hecho de que, a diferencia de muchas películas que van construyendo su camino hasta llegar a un punto que genera miedo, la historia comienza directamente en ese lugar. Esa clase de gente realmente existe. Hay personas que no respetan ninguna ley y no conocen de límites. Existen y si uno piensa que no, sin duda se vive en un universo paralelo. Pensé en cuanto amo a mi esposa; tanto que también la seguiría a donde fuera. Y en cierto extraño sentido esta película vive para cumplir su promesa. Y las cosas terminan poco bien”.
El veredicto de los críticos
Al margen de los spoilers, el comentario de la prensa especializada tiende a valorar el esfuerzo del director por proponer una historia con varias capas de lectura. Esto, además de destacar especialmente a la dupla protagónica compuesta por Costner y Lane, que ya habían hecho de pareja hace unos años en El hombre de acero (2013).
El sitio Otros Cines destaca los giros contenidos en la trama tejida Bezucha. “El entramado dramático de Déjalo ir es bastante más interesante de lo que su tersura narrativa hace suponer. El director abraza inicialmente el tono parsimonioso y melancólico de los westerns crepusculares, aquellos en los que ya no hay lugar para la épica, para luego volcarse al drama familiar centrado en las vicisitudes del matrimonio para recuperar al nieto. Pero el camino no será nada sencillo. Primero, porque Donnie se fue junto a la madre y el nene hacia un destino en principio desconocido. Luego, porque a medida que avancen por las apacibles rutas del noreste estadounidense las huellas los llevarán hasta un pequeño pueblo donde la familia de Donnie no tiene una reputación precisamente favorable. Un choque entre familias con miradas y sentires opuestos, educadas bajo modelos antagónicos que la película tensiona hasta límites difíciles de imaginar en la primera mitad del metraje”.
Por otro lado, el portal Escribiendo Cine asegura que no se trata de un filme novedoso en cuanto a su guion: “No hay grandes novedades estilísticas ni de estructura narrativa. Es la misma película de siempre, pero hecha con oficio y dramatismo como para que el espectador se compenetre en la trama y viaje junto a los protagonistas hasta el final”. Sin embargo, valora la vuelta de tuercas que la historia aporta al universo del western, entregando la lucha de las fuerzas antagónicas a las mujeres, matriarcas de sus propias familias (“los hombres en la película están detrás de ellas, son los brazos armados de las mujeres, quienes acompañan y responden en consecuencia, tipos rancios y de pocas palabras que reparten miradas de desconfianza y violencia en su accionar”).
El texto publicado por el sitio Ventana Indiscreta, asociado a la Universidad de Lima, pone el énfasis en el ritmo del relato. “Lo mejor de Déjalo ir se da cuando la cinta construye las situaciones a fuego lento, dejando que los actores y los paisajes amplios respiren y se expresen en base a la economía de recursos. Y los momentos tensos (como la llegada al lugar donde está el nieto y el encuentro con la dueña de la casa, interpretada por Leslie Manville) son mejores cuando las intenciones de los personajes se mantienen ambiguas, la violencia está latente y sentimos que lo siniestro está a la vuelta de la esquina, sin que aún no termine de explotar”.
La valoración en los portales también se mantiene auspiciosa. Mientras que en Rotten Tomatoes acumula un 84% de aceptación por parte de los críticos y un 76% dado por la audiencia, en IMDb suma una calificación de 6.7 sobre 10.
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