Como el joven reportero musical que era en 1978, el catalán Ignacio Juliá (Barcelona, 1956) había gestionado la posibilidad de entrevistar a Lou Reed con ocasión de un show que el neoyorquino iba a ofrecer en la industriosa ciudad holandesa de Eindhoven. Para llegar a tiempo debió soportar un largo trayecto en tren, con la inquietud propia de quien está a la expectativa. Pero el encuentro fue un fiasco. Fiel a su estilo, Reed apenas le saludó, le birló sus cigarrillos americanos y por cierto, al final se negó a concederle la entrevista.

Pese a todo, la situación no desanimó a Juliá. Su interés por la figura del célebre cantautor, ícono del rock más disruptivo y ruidoso al frente de los Velvet Underground, se extendió con los años. Metódico, se dedicó a seguirlo en cada ocasión que pudo. Reporteó a su círculo e incluso pudo conversar con sus músicos de apoyo. Con el tiempo, bien podría decirse que llegaron a volverse cercanos.

Ignacio Juliá

El bagaje de esas décadas de trabajo se plasma en su libro Lou Reed: Catálogo irracional, que llega a Chile vía Santiago-Ander en una edición sudamericana que incluye de apéndices material de archivo como viejas entrevistas y artículos para medios. Se trata de su segunda publicación con esa casa editorial, tras su celebrado libro sobre Sonic Youth, Estragos de una juventud sónica. Crítico de rock de larga data con participación en la fundación de medios como Rockdeluxe y Ruta 66, donde sigue hasta hoy, Juliá ha publicado biografías en español de John Lennon, Neil Young, Bruce Springsteen, Ramones y The Clash.

Más que una biografía, Catálogo irracional recorre la carrera de Reed a partir de historias de sus canciones más emblemáticas. Así pasan capítulos dedicados a material de Velvet Undergroud, como Heroin, Sister Ray o Sweet Jane, a ineludibles de la era solista como Walk on the wild side y Perfect Day, así como otros títulos menos evidentes. Aunque abundan los recuerdos en primera persona, el texto es profuso en citas de material de época y a las propias entrevistas del autor que incluso pudo charlar con todos los integrantes del afamado grupo apadrinado por Andy Warhol.

Según Juliá, esa es la diferencia de su texto con otros ya publicados sobre el mismo músico. “Es una guía de canciones que camufla una biografía en la que el autor tiene una participación directa. Al explicar sus canciones tuve que contar también mi relación con ellas y con su autor. Esto hace de Catálogo irracional un libro único en su especie, no otra biografía más de un músico icónico”, dice a Culto.

Lou Reed

¿Qué lo llevó a escribir un libro sobre Lou Reed?

Lou Reed fue mi obsesión desde que vi su primer concierto en Barcelona, en 1975. El dictador Franco todavía vivía y, antes del concierto, la policía le prohibió tocar Heroin. Actuó solo una hora y se largó sin hacer un bis. El público se amotinó y entró la policía a repartir. Yo me dije que aquello era el rock’n’roll. Y, de hecho, me dediqué al periodismo musical con la idea de poder conocerle algún día. Al final nos hicimos amigos. De ahí el libro.

Un gilipollas

Acaso a modo de introducción al personaje, el primer capítulo se titula Lou Reed es un gilipollas (tonto, estúpido en el argot ibérico). Una entrada a profundidad en la compleja personalidad del músico. Un hombre que debido a su desconfianza y recelo permanentes, tanteaba permanentemente el terreno. No dudó en hacerlo con John Cale, el refinado y excéntrico galés que se encumbraba como su partner creativo en las filas de Velvet Underground, aquella banda de tipos que no eran hippies y hacían de su excentricidad un credo. Habían llegado a un tibio acuerdo de que él orquestaría la música para las crípticas letras de Reed, pero este interpretó la situación a su manera y sin más estableció que él sería el autor de las canciones.

Tiempo después no dudó en expulsarlo de la banda. Y lo hizo en su estilo; citó a la baterista Moe Tucker y al guitarrista Sterling Morrison en el Riviera Café del East VIllage y lanzó el ultimátum, o Cale se iba o el grupo se acababa ahí.

The Velvet Underground modelo 67'. De izquierda a derecha: Lou Reed, Sterling Morrison, John Cale y Moe Tucker

De allí que se diga que Reed era un gilipollas. “Esa es la percepción que tienen los periodistas y el público de Lou Reed, un tipo difícil e intratable, que convertía las entrevistas en combates -explica Juliá-. Pero si le conocías era también una persona generosa y afectuosa. El libro trata de conciliar esos dos aspectos de una personalidad conflictiva y genial”.

¿Qué era lo mejor y lo peor de Lou Reed?

Era una persona, como he dicho, compleja y de muchas caras, que podrían resumirse en su coraza de antipatía hacia los periodistas impertinentes o no documentados, y en un carácter divertido y cariñoso en la intimidad cuando lograbas cruzar esa defensa. Lo mejor que nos legó fue sin duda su obra y su actitud de no comprometerse, crear según su propio instinto y romper las reglas. Lo que escribió desde los tiempos de Velvet Underground fue profético y es hoy una realidad: los populismos, la normalización de lo queer, el nihilismo, la relatividad de todas las cosas, ya están en las canciones de aquel primer álbum de “banana” en portada (The Velvet Underground & Nico, 1967).

Tras acercarse a la figura de Lou Reed ¿se decepcionó? ¿mantuvo su admiración?

Como he dicho, tenía un carácter volátil, podía pasar de la empatía a la afrenta en segundos. Jamás me decepcionó, aunque yo fuese crítico con su obra y su comportamiento. Creo que leyendo Catálogo irracional se percibe mi sentido crítico, además de mi pasión por su música y sus letras.

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