Con un comunicado publicado en sus redes sociales respondió el músico inglés Roger Waters, a la investigación abierta en su contra por la policía de Berlín, debido al vestuario de estilo nazi que vistió en su reciente concierto en la capital alemana. Una polémica que hace unos días incluso generó la reacción del embajador de Israel en nuestro país.
“Mi actuación reciente en Berlín ha atraído ataques de mala fe de aquellos que quieren difamarme y silenciarme porque no están de acuerdo con mis puntos de vista políticos y principios morales”, escribió Waters.
Luego, defendió el uso de ese uniforme como parte del vestuario de escenario que utiliza al interpretar fragmentos del álbum The Wall, de Pink Floyd, durante su gira This is not a drill, la que pasará por Santiago en diciembre próximo con dos shows en el Estadio Monumental.
“Los elementos de mi actuación que han sido cuestionados son claramente una declaración en oposición al fascismo, la injusticia y la intolerancia en todas sus formas -señaló-. Los intentos de retratar esos elementos como algo más son falsos y políticamente motivados. La representación de un demagogo fascista desquiciado ha sido una característica de mis espectáculos desde The Wall de Pink Floyd en 1980″.
No solo el uso de ese uniforme fue cuestionado. También el hecho de que durante su show se proyecten los nombres de diferentes personas víctimas de la violencia, como la joven judía Ana Frank, asesinada en el Holocausto durante los días de la IIGM, y la periodista palestina Shireen Abu Akleh, quien murió en 2022 por disparos de soldados israelíes.
Todo eso había detonado la molestia del ministerio de asuntos exteriores de Israel, el que acusó a Waters de haber “ensuciado el recuerdo de Anna Frank y de los seis millos de judíos asesinados en el Holocausto”.
Sobre este punto, Waters volvió a recordar su historia de vida: “Cuando era niño después de la guerra, el nombre de Ana Frank se pronunciaba a menudo en nuestra casa, se convirtió en un recordatorio permanente de lo que sucede cuando el fascismo no se controla. Mis padres lucharon contra los nazis en la Segunda Guerra Mundial y mi padre pagó el precio más alto”.
Incluso, la polémica fue abordada por Gil Artzyeli, el embajador de Israel en Chile. Este cuestionó el uso del uniforme y las referencias a Ana Frank. En charla con Culto, se explayó: “Roger Waters es antisemita hasta la médula, y tengo alergia al antisemitismo. Hay que enfrentarlo, no se le puede dejar. Él es un problema, pero el problema más grave son los miles que lo están escuchando. Kanye West, con sus declaraciones antisemitas, fue limitado, nadie lo escucha, y Adidas cortó todos sus contratos”.