Parafraseando el nombre de su reciente gira por Chile, Pailita puede decir con toda seguridad que los sueños se cumplen. Apenas dos años desde que irrumpió masivamente, el joven maravilla del trap chileno consiguió capitalizar el interés en el género con su primer Movistar Arena en solitario (el segundo show será este lunes 5). Ya se había presentado en conjunto con Polimá Westcoast en el cierre del 2022, pero esta vez el paso era diferente.
En la previa, un animador se encargó de mantener en alto el ánimo del público, con regalo de meet & greet en vivo y un momento para recordar al fallecido Galee Galee, con globos blancos y celulares al aire. Es decir un show diseñado de manera de mantener siempre la tensión y de paso, demostró que sus líos recientes, como la detención tras un control policial y el intento de agresión a Fabrizio Copano en el Festival de Viña, no mermaron un ápice su popularidad.
Por ello es que la entrada fue especial. En las pantallas se proyectó una pieza audiovisual; un despacho televisivo falso, conducido por JP Queraltó, informaba de un “secuestro” de Pailita, quien casi como un héroe de acción lograba salir airoso. Una jugada que se ve habitualmente en shows de raperos y que denota cómo el artista y su equipo quisieron marcar la importancia del evento.
Por ello es que la entrada a escena de Pailita, pasadas las 20.30 horas con el hit Na Na Na, fue seguida con fervor por la fanaticada que desde temprano repletó el Movistar Arena. Un vistazo al respetable bastaba para entender el fenómeno tras el magallánico; además del público joven y mayoritariamente femenino, era posible ver familias completas y muchos niños luciendo cintillos y todo tipo de merch. Eso confirma su alcance transversal y familiar (aunque no faltaron los famosos de turno, como Adriana Barrientos, Catalina Pulido, entre otros).
En escena, Pailita se nota con más experiencia. El rodaje de shows en vivo y la pasada por escenarios como la Teletón, le han dado más aplomo y mayor manejo escénico. Aunque no destaca por ser un bailarín particularmente dotado o un cantante de gran voz, el fuerte de su show reside en su encanto natural, ese aire de chico de barrio que saluda a los vecinos y acompaña a la madre a la feria. Ese es su principal activo, ser algo así como un héroe popular, más menos al modo que lo fueron Zalo Reyes o Jorge González.
Acaso consciente del rango etario del público que lo sigue, Pailita también despliega momentos particulares. La entrada de un muchacho vestido de oso, como una suerte de MC, sorprendió al respetable, en especial a loa niños. Es decir, el show se pensó como un evento de entretenimiento total.
Y por cierto, hubo invitados como el puertorriqueño Noriel, además de créditos de la escena local como Young Cister, El Jordan 23, AK4:20, Arte Elegante, entre otros. También pasó una mención a Cris Mj, quien no pudo asistir por estar fuera del país. Por supuesto no faltó Marcianeke, el socio del hit Dímelo ma, el que lo lanzó a la fama en plena pandemia. El talquino fue recibido con una ovación.
Como se ha visto en presentaciones de otros artistas, en al menos 4 ocasiones Pailita debió detener el show para pedir al público que no se agolpara contra la pasarela central que salía desde el escenario. También la cada vez más habitual petición de dar un paso hacia atrás para descomprimir, a consideración de los muchos niños presentes en el show.
Hacia el final del show pasó el sentido homenaje a Galee Gale, cuya trágica muerte truncó la posibilidad de figurar en el evento, pues era uno de los invitados. Incluso la madre del fallecido artista estuvo presente en el show. “Lamentablemente la salud mental en Chile no está bien, a veces veo mucho odio”, señaló Pailita al momento de presentar el segmento que tuvo a invitados y gente vinculada al ambiente en escena, como una suerte de tributo colectivo. Mientras, las pantallas proyectaban imágenes del malogrado músico. Una nota emotiva que marcó un quiebre en un show cargado a la pirotecnia.