Hay películas que están hechas a su manera y eso quiere decir que atacan por todos los costados, en varios frentes y haciendo mella en cualquier flanco. Son multi-sensoriales y multi-estimulantes, con personajes hablando paralelamente en dos o tres dimensiones. Un ejemplo reciente de esta tendencia fue Todo en todas partes al mismo tiempo (2022), la gran ganadora de los Oscar 2023 que contaba varias historias en diferentes multiversos.

La crítica en general se rindió ante ella, pero es probable que los espectadores más clásicos y acostumbrados a la trama con unidad de acción, tiempo y espacio se hayan indigestado. Demasiado estímulo no se asimila bien en una sola función. Antes del largometraje del mencionado filme de los Daniel (Kwan y Scheinert), estuvo también Spider-Man: Un Nuevo Universo (2018), cinta animada de superhéroes que sorprendió cuando el género ya llevaba un buen tiempo dando síntomas de fatiga de materiales.

En ese momento le otorgó una nueva mano de pintura al superhéroe adolescente a través de una riqueza estética que hacían ver a los últimos Thor (2022) y Ant-Man (2023) tan poco agraciados como el Ecce Homo “restaurado” de España. Ahora se estrenó su continuación, Spider-Man: A Través del Multi-Verso, y en marzo del 2024 llegará la tercera parte, Spider-Man: Beyond de Spider-Verso.

Aunque la invasión narrativa de esta película de Joaquim Dos Santos, Kemp Powers y Justin K. Thompson es generosa y ya hay abrumadora información en cada una de sus imágenes, al menos el despliegue visual acá vuelve a ser de primer nivel, superando a su predecesora.

La trama tiene otra vez de protagonista a Miles Morales, un Spider-Man de padre afroamericano y madre puertorriqueña y origen socioeconómico medio-bajo que se debate entre sus intereses científicos (quiere estudiar Física en Princeton) y su vocación de superhéroe. Pero como hablamos de multi-versos, hablamos de multi-spiderman. Y en particular de Spider-Woman, una chica que en realidad es Gwen Stacy, alguna vez la novia de Peter Parker, pero ahora reconvertida en una muchacha en modo rebelde y algo antisistémica.

Miles/Spider-Man y Gwen/Spider-Woman tienen más que química entre sí a pesar de venir de orígenes diferentes o tal vez por lo mismo. Hay algo que los ata y que los hace resilientes a los villanos de segundo orden de Brooklyn. Al menos hasta que aparece un desaforado señor de color blanco y orificios oscuros que se hace llamar La Mancha y que dice ser la némesis de Spider-Man.

A estas alturas de esta multi-historia ya podemos tener varias multi-conclusiones en la cabeza y los más probable es que éstas crezcan exponencialmente ya que aún falta la llegada de una serie de héroes de otros multi-versos. La película se empina sobre los 140 minutos y no hay interés en que esto acabe acá. Literalmente queda colgando y hay que esperar su secuela dentro de seis meses más. No importa mucho si los diferentes personajes y subtramas abruman. La mano de barniz de los directores y de los guionistas (los ya consagrados Chris Lord y Chris Miller) es de profesionales.