Fue un proceso en dos partes el que acabó en ¿Dónde se llora cuando se llora?, la nueva canción de Francisca Valenzuela, que adelanta su nuevo álbum Adentro, que saldrá durante el segundo semestre. “Uno fue la letra y el concepto que lo escribí literalmente arriba de un avión, llorando, desbordada con la capucha puesta, y después estaba como avergonzada de estar llorando. Luego vino la parte musical que la escribí llegando a mi casa en el piano”, recuerda la artista en charla con Culto.
El sencillo, ya disponible en las plataformas digitales junto a su videoclip, marcan un contraste respecto a lo último que había publicado la artista. Si el celebrado álbum Vida tan bonita (2022) tenía un tono optimista, lo nuevo de la artista va por otro lado. “Esta canción y el disco que va a venir con él, es la respuesta a un año en que hubo una ruptura, un quiebre amoroso, un renacer. Entonces son las canciones que salieron por necesidad. Y son preguntas muy íntimas, muy reales y muy confesionales”.
Esta canción se sumó a otras que fue escribiendo durante la gira promocional de Vida tan bonita, una práctica que suele ser común entre los músicos (así lo hizo Damon Albarn con el nuevo disco de Blur, por ejemplo). Pero en esta ocasión, Valenzuela decidió hacer un cambio en su proceso creativo. Decidió invitar como coescritor al cantautor chileno Francisco Victoria. El vínculo entre ambos surgió cuando éste la invitó a colaborar en su sencillo de 2022, Te lo pido por favor. La complicidad fue tal, que luego Valenzuela lo invitó a trabajar en su versión de Freedom de George Michael, para un proyecto de Amazon. Ahí se dio cuenta que podía sumarlo. La experiencia de Victoria como productor y compositor (ha escrito para Princesa Alba, entre otros), fueron clave.
“El año pasado, durante la gira, me di cuenta de que había un cuerpo de trabajo como para un disco -cuenta Francisca-. Entonces se me ocurrió llamarlo porque quería hacer este disco con alguien cercano, con un hermano, digamos. Con alguien que tiene una sensibilidad artística similar, que va a entender y respetar este proceso de un nivel artístico y emocional”.
Así, mientras estaba de gira, le enviaba sus composiciones a Victoria para obtener el feedback. “Empezamos a editar las composiciones y luego ya entramos los dos a la sala de ensayo a trabajar las canciones. Fue algo muy orgánico, como old school. Era entrar con la banda, sacarle el rollo a las canciones y grabarlas. De hecho hay muchas canciones que vienen en el disco que tienen las voces de las maquetas, las versiones más crudas”.
Todo el proyecto unió a ambos artistas a nivel personal. “Es parte de mi vida ahora, se está quedando conmigo en mi casa. Hicimos una playlist de referencias para el disco en que están desde Françoise Hardy, a Los Prisioneros y Japanese Breakfast. Nos mandamos memes, salimos. Ha sido un inesperado hermano y colaborador”.
El videoclip de la canción, dirigido por Alba Gaviraghi, fue grabado durante una jornada en un estacionamiento en Providencia. “Quería hacer un video que fuera más cinematográfico, más minimalista y que mostrara realmente esa cosa cotidiana de cuando uno está en el baño o en el auto y se pone a llorar. Quería reforzar la autenticidad y la realidad de lo que estaba sintiendo”, explica. Por ello, decidió grabar ella misma una intensa escena de llanto, aunque en la producción tenían lágrimas falsas. No tuvo coaching de actuación, dice, simplemente, se dejó llevar.
“El desafío era importante. Nos sentamos ahí en el auto, la directora me dejó sola con el editor de foto. Estaba todo en silencio, me escuchaba respirar y como que de repente me acordaba del disco, de las veces que estaba llorando cuando escribí la canción. Me empezó como una tristeza y lo que hice fue dejar que me atravesara nomás y saliera. Fue una cosa genuina y triste, un ejercicio emocional y creativo muy real. Yo quería hacer algo así. Quería hacer algo que fuera súper, súper, súper despojado de todo tipo de careta y muy emocional”.
En el clip, se marca la idea de una dicotomía entre la imagen pública y el mundo más íntimo. “El disco y las canciones de ahora, son una nueva faceta que es más íntima, más vulnerable. Era como romper con esa imagen de que una tiene todo bajo control o es perfecta. Entonces, justamente la idea era mostrar que una está como un poco en esto. La industria tiene estos contrastes donde una está muy acompañada y muy celebrada, a veces, pero después vuelves y estás sola y como que se enfrenta a uno mismo nomás. Ahí se siente esa soledad y esa tristeza”.
Hablando de la vulnerabilidad, en la industria ha sido tema el asunto del autocuidado y la salud mental. Algo que se vio por ejemplo, en lo que le pasó a Galee Galee ¿cómo lo llevas tú?
Primero que nada, validar esa reflexión es súper importante. Creo que cuando uno se dedica a cualquier proyecto que es exigente y es excepcional, como puede ser por ejemplo, seguir un camino en la música, cuando empiezan a pasar cosas, lo haces a toda costa, porque el premio es que te estén llamando por esas cosas. Entonces hay que conocer qué es lo que uno puede hacer o cómo uno construye el camino de acuerdo como quiere hacerlo. Es súper difícil identificar eso y creo que poner el límite, cuidarse, es una herramienta fundamental en la realidad para cualquier ser humano y en particular si estás como lanzándote y atreviéndote con algo que exige todo, tanto que se convierte en tu vida.
¿Y ahora pones más límites en tu carrera? al menos en comparación al principio
Sí, yo creo que siempre tuve control y siempre tuve independencia, pero creo que antes yo me dejaba bullear, o sea, muchísimo más. Cuando la gente me maltrataba o me decía cosas, yo les aguantaba, les encontraba incluso razón, porque cuando te repiten algo suficientes veces, tú les crees. Entonces esa convicción de todas maneras flaqueaba. Y yo creo que uno tiene que trabajar esa convicción, trabajar los límites, trabajar la autopercepción y saber a quién escuchar. Con los chicos de The Voice (NdR: donde ella es parte del jurado) el otro día me decían ¿cómo lo haces tú con la exposición y las redes sociales? Y fue interesante pensar y identificar en todos los años de experiencia también qué cosas uno va incorporando y aprendiendo.
¿Y estás atenta a las redes sociales?¿lees los comentarios?
No tanto, pero de vez en cuando sí. Yo controlo mis redes sociales, aparte es la vitrina que tenemos los artistas para mostrar lo que estamos haciendo hoy en día. Igual una solución siempre es no mirar los comentarios, pero por ejemplo en Instagram siento que hay mucho cariño en mi caso y reconozco lo valioso, y si hay cosas mala onda, obviamente duelen. A veces aparecen cosas que son heavy y uno a veces tiene la capacidad de fijarse más en lo malo que en lo bueno.
¿Eres de leer las reseñas y las críticas de tus discos? al menos Rolling Stone tuvo buenas palabras para Vida tan bonita
Sí, igual sí. De todas maneras, sí. Es decir, creo que trato de no pensar en que determina en algo el valor de lo que estoy haciendo, pero sí estoy atenta obviamente a las reseñas, o si la gente está escuchándolo o no, si conectan con él o no. De todas maneras.
De cara al lanzamiento de Adentro, Francisca Valenzuela también ha preparado una gira con fechas entre Estados Unidos, México y Chile, que arranca en agosto en ciudades como Temuco, Antofagasta, Concepción, Valdivia, Rancagua, Santiago, Valparaíso, Punta Arenas y Talca. Pero, a diferencia del tour de Vida tan bonita y de su show en Movistar, esta vez, ha preferido un formato más íntimo y cercano, a tono con el concepto del álbum, por eso ha privilegiado teatros pequeños. “Este show es mucho más musical, más de piano, más con banda de rock como de vuelta a las raíces, un poco. Quiero tocar y que sea íntimo, que no sea únicamente una cosa masiva. También para poder llevarlo a regiones”.