“Para Paul”, rezaba el breve trazado que se podía leer en la cubierta de un viejo cassette que Yoko Ono entregó a Paul McCartney la noche del 19 de enero de 1994. No era un regalo cualquiera. En su estilo, la viuda de John Lennon le daba a Paul la aprobación para que él junto a los restantes Beatles sobrevivientes en ese momento, George Harrison y Ringo Starr, completasen música del grupo en el estudio de cara al proyecto The Beatles Anthology.
Ese emotivo “para Paul” habría sido escrito por el propio John en 1978, aunque muchos especialistas en el cuarteto aún discuten el origen y creen que probablemente fue la propia Ono u otra persona.
Como fuere, el reencuentro en esa noche de 1994 había sido emotivo. A Paul le habían pedido dar el discurso de investidura en la entrada póstuma de Lennon al Salón de la Fama del Rock & Roll. Y en su estilo, “Macca” despachó un relato en que recordaba los viejos tiempos; el día en que se conocieron en la feria de Woolton (el 6 de julio de 1957), las primeras sesiones de composición juntos, la vez en que él le dijo a Yoko a hablara con John, entre otros momentos. La japonesa, presente en la ocasión, agradeció el gesto. Y en la misma instancia, le entregó el cassette.
McCartney, junto a Harrison y Starr habían decidido incluir nueva música de los Beatles para el proyecto Anthology, pero era evidente que no iba a funcionar si no se incluía a Lennon de alguna forma. Allí Paul, como en los viejos tiempos, tomó la iniciativa. Llamó a Yoko y con su habitual tacto le planteó el asunto.
Paul sabía que era posible lograr el sí de Yoko. En ese momento la relación entre ellos se había recompuesto gracias a que McCartney la apoyó públicamente tras la publicación del libro Las vidas de John Lennon, de Albert Goldman, en que la dejaba muy mal parada y además despachaba una serie de afirmaciones (algunas muy ridículas) que fueron desmentidas de forma tajante por Macca, quien incluso llamó a boicotear el texto.
Por ello, Yoko había accedido a entregar la cinta. Además, McCartney, con una muñeca digna de un político, le sugirió a la artista japonesa que no pusiera muchas condiciones, a fin de cuentas el proyecto no había sido fácil de levantar. Así ella no dijo nada y ni siquiera se apareció por el estudio, como ocurrió en las tensas sesiones de Get back en 1969 (aunque el documental de Peter Jackson demostró que ella no interfirió en nada en el trabajo de los músicos).
Yoko también manejaba sus razones para entregar el cassette. “Yo tenía la reputación de haber causado la separación de los Beatles -recordó Yoko en una cita que incluye Philip Norman en su biografía de McCartney-. Ahora estaba en posición de volver a reunirlos [...] como una situación que me había regalado el destino”.
Una vieja canción
La cinta entregada por Yoko había sido grabada por John, sentado al piano, durante una tarde de 1978 en su departamento en el edificio Dakota, de Nueva York. El mismo a cuya entrada morirá asesinado dos años después. “En los cinco años de su supuesto retiro de la música, entre 1975 y 1980, John había continuado componiendo canciones, siguiendo una rutina de competencia con Paul que nada podía frenar”, cuenta el biógrafo Philip Norman en su texto sobre McCartney.
Entre las canciones que incluía el cassette, estaban Free as a bird y Real Love, que fueron trabajadas por McCartney, Harrison y Starr para el proyecto Anthology. Fue una tarea difícil porque la calidad del audio era muy mala y además, la voz de Lennon se escuchaba lejana y con mucho ruido. Además, como era solo una grabación casera sin mayores pretensiones, Lennon hizo una interpretación muy relajada y ni siquiera le importó el ruido que se le coló.
La cinta fue limpiada y digitalizada por Jeff Lyne, el líder de Electric Light Orchestra, quien las ofició de productor del proyecto. Con mucho esfuerzo técnico, Lyne y los Threetles (como motejó la prensa a la reunión de McCartney, Harrison y Starr), lograron crear una pista base y añadir overdubs. Incluso McCartney y Harrison debieron escribir nuevas estrofas porque la grabación era muy breve. Así, Free as a bird quedó como el primer sencillo de The Beatles Anthology.
Luego, los Threetles se fijaron en Now and then. Se trataba de una sentida balada, también compuesta al piano, en un mood melancólico. También figura en otros demos con títulos alternativos de I don’t want to lose you y Miss you. Nada raro, porque Lennon solía divagar con sus canciones, les cambiaba la letra y el título a menudo antes de llegar a una versión final, como ocurrió por ejemplo con Mind Games (originalmente llamada Make love not war) o Jealous Guy (que originalmente se llamó Child of nature).
En principio la consideraron para el proyecto, pero solo tenía un estribillo y esbozaba algunas estrofas, probablemente escritas a la rápida por Lennon, tal como solía hacerlo. Pronto la realidad les demostró que la cinta era imposible de trabajar. Tenía mucho ruido y con la tecnología del momento no se pudo hacer mucho más. De todas formas, en marzo de 1995 intentaron grabar una pista base tal como lo habían hecho con Free as a bird. “Fue un día, una tarde, en realidad, jugando con eso. La canción tenía un estribillo pero carece casi por completo de versos. Hicimos la pista de fondo, un trabajo duro que realmente no terminamos”, detalló Jeff Lyne en una entrevista posterior.
Pero al segundo día la dejaron, porque a Harrison no le gustó y no pudieron enmascarar el persistente ruido de fondo. “A George no le gustó, y The Beatles era una democracia, así que no hicimos nada con ella”, explicó McCartney. Así, según Norman, decidieron trabajar en Real Love, un demo en bastante mejor estado, que finalmente se incluyó en el volumen 2 de la Anthology.
Desde entonces Now and then quedó como una suerte de pieza inconclusa del cancionero Beatle. Desde al menos 10 años se ha especulado con que McCartney retome el trabajo. Pero en una charla con Today de BBC Radio 4 conocida esta jornada, el ex Beatle detalló que gracias a la tecnología de Inteligencia Artificial desarrollada para el documental Get back, se pudo aislar la voz de Lennon. Por ello, hay una chance de volver sobre la canción.
El truco lo consiguió Emile de la Rey, el editor de diálogos del documental, que logró instruir a un programa de IA para reconocer cada sonido y cada voz de las sesiones de Get back. Así se pudo aislarlas y limpiarlas del ruido de fondo. Ese mismo principio se aplicó para la nueva grabación, que aunque no se detalló el nombre, las palabras de McCartney apuntan a Now and then. “A partir de una casete con una grabación bastante mala, [la IA] ha sido capaz de extraer la voz de John. Teníamos su voz y el piano -dijo Macca-. Han logrado separarlos. Tenemos la voz de John en estado puro, y hemos podido mezclar la grabación, para que se convierta en la última de The Beatles”.