La semana ya estaba terminando. Faltaban solo 12 minutos para las 20 horas cuando Presidencia informó el pasado viernes de la renuncia de Andrea Gutiérrez, hasta ese día subsecretaria de Cultura y las Artes.
La medida fue informada mediante un escueto comunicado de un párrafo, que también daba cuenta de que el Presidente Gabriel Boric había “ordenado la instrucción de un sumario administrativo” en contra de la renunciada autoridad.
Un poco antes del comunicado oficial, fue la propia Gutiérrez quien contactó por teléfono a Presidencia para acusarse. Esto, en el marco de la revisión de antecedentes de convenios suscritos por el Estado con fundaciones.
Su salida se selló luego de que la exautoridad le informara al equipo del Mandatario de dos convenios que firmó en condición de subsecretaria de Cultura y Arte con la Corporación para el Desarrollo de Santiago (Cordesan). El problema surgió en vista de que Gutiérrez fue directora de esta organización justo antes de entrar gobierno del Presidente Boric.
Uno de los convenios incluye la destinación de $45 millones para la Exhibición de Artistas de la Plaza de Armas de Santiago. El segundo, en tanto, fue por $250 millones, destinados al reemplazo de la cubierta del domo del Teatro La Cúpula, en el Parque O’Higgins. Ambos ya estarían ejecutados, aseguran desde el gobierno.
“Cometí un error, actuando de buena fe y sin intención maliciosa, al firmar dos convenios en los que tenía la obligación legal de abstenerme. (...) Ambos acuerdos fueron con la Corporación de Desarrollo de Santiago, lugar donde trabajé justo antes de asumir mi cargo”, explicó el viernes Gutiérrez, mediante un comunicado difundido a las 21:49.
Desde el entorno de Gutiérrez afirman que la entonces autoridad gubernamental se habría dado cuenta de los polémicos convenios cerca del mediodía del viernes. En ese momento, llamó al equipo del Segundo Piso del Presidente Boric para levantar las alarmas.
Sobre el caso, el ministro de Justicia, Luis Cordero, salió en duros términos a cuestionar los convenios suscritos por Gutiérrez. “Personas que llegan por primera vez a un cargo directivo en la administración debieran tener una capacitación básica de reglas para evitar problemas en el futuro. O, al menos, tener tres personas contratadas que son especiales para evitar problemas administrativos”, afirmó el secretario de Estado.
Otras salidas silenciosas
El modus operandi de la salida de Gutiérrez no es algo fortuito. En el Ejecutivo advierten que obedece a una estrategia en la que se cree que mientras más tarde se informan este tipo de renuncias, menos impacto tendrá la noticia.
De hecho, no es la primera vez que ocurre. Sin ir más lejos, la renuncia de Tatiana Rojas (RD) a la Subsecretaría de Vivienda se informó el sábado 24 de junio a las 21:45 horas. Antes, se había dado cuenta de la salida del entonces subsecretario de Previsión Social, Christian Larraín, el viernes 26 de mayo a las 18:30.
A nivel de ministros, en Palacio aún se recuerda el modo en el que se informó de la renuncia de la entonces ministra de Justicia, Marcela Ríos (CS), en la tarde del sábado 7 de enero, misma ocasión en la que también salió el exjefe de gabinete de Boric, Matías Meza-Lopehandía.
Cuestionada en el mundo cultural
La salida de la subsecretaria Gutiérrez llega tras acumular una serie de tensiones derivadas de variadas situaciones. La gestión del ministerio se ha visto convulsionada por la instalación de la orgánica ministerial, pendiente desde su antigua estructura como Consejo de la Cultura. De ahí se han generado una serie de movilizaciones de los gremios de trabajadores. Ya hubo manifestaciones este verano, instalación de carteles incluido, los que se apaciguaron tras algunas conversaciones con la entonces ministra, Julieta Brodsky.
Sin embargo, entre mayo y junio, las cosas volvieron a complicar con el paro convocado durante cinco semanas, en que se volvieron a poner en la mesa las demandas derivadas del proceso de la instalación de la orgánica, como las condiciones laborales. Con la venia de la Asamblea Nacional de la Anfucultura todo acabó el pasado 20 de junio, con la firma de un protocolo de acuerdo que incluye el desarrollo de un “Plan de Fortalecimiento Institucional” de la Subsecretaría de las Culturas y las Artes. Este permitió avanzar en una hoja de ruta que apunta a mejorar el servicio y las condiciones laborales que fueron calificadas de “precarias e injustas” desde la gremial.
En esa ocasión, la subsecretaria Andrea Gutiérrez participó en las negociaciones. “Desde que asumimos el año pasado, hemos trabajado y realizado acciones que han permitido mejoras, pero sabemos que las necesidades son muchas y multidimensionales por ello, para avanzar en soluciones se ha requerido una gestión innovadora, con convicción política y mirada de futuro”, señaló.
Consultados por Culto respecto a su parecer con la salida de la subsecretaria, desde Anfucultura señalaron que se remiten al comunicado publicado el pasado 28 de julio, en que señalan: “Desde el año 2022 fuimos críticos respecto a la forma en que se estaba gestionando particularmente la Subsecretaría de las Culturas y las Artes”.
Asimismo, esperan que la salida de Gutiérrez “marque el efectivo inicio de una nueva etapa para nuestra institución que traiga consigo solamente una mejor gestión pública”. Pero, en su opinión, aquello no es suficiente. Además, exigen la salida de las jefaturas que dependían directamente de la exsubsecretaria: “También esperamos que las jefaturas, asesores y personal de confianza política de la subsecretaria Andrea Gutiérrez pongan sus cargos a disposición”.
Pero no es la única paralización que debió enfrentar la gestión de Andrea Gutiérrez. Lo más reciente es la que mantiene el elenco del Ballet Folklórico Nacional (Bafona), respecto a las demandas sobre mejoras en las condiciones de trabajo.
Pese a que se han llevado adelante mesas de negociación (y el tema ha sido tratado hasta en la Comisión de cultura de la Cámara), desde el ministerio han ofrecido incrementar de manera gradual, en 100 mil pesos al personal que gana la remuneración más baja (lo que no serían más de 10 persona), y así escalarlo de manera gradual desde el año próximo. La misma subsecretaria Gutiérrez lo explicó a este medio. “El elenco quiere un alza de remuneraciones de manera inmediata y un alza considerable de remuneraciones de manera inmediata. Y eso es imposible para nosotros asumirlo como institución, porque no está contemplado en el presupuesto que fue aprobado el año anterior”.
Desde el elenco movilizado del Bafona, sin embargo, fueron enfáticos en pedir su salida de la subsecretaría. Directamente la acusaban de ser la “piedra de tope” del proceso. Señalan que en reiteradas ocasiones no les escuchaba e incluso enviaba a las negociaciones a la jefa del departamento de Ciudadanía y Cultura, Marianela Riquelme, muy cuestionada también por la gente del Ballet Folklórico, debido a que se le acusa de maltrato laboral.
De hecho, el pasado viernes 28 de julio, el Bafona convocó a una manifestación frente a las oficinas del ministerio, en Ahumada 048, en la que se exigió la salida de Gutiérrez. Además, la movilización llegó tras realizar acciones legales; se interpuso un recurso de protección, ante la Corte de Apelaciones, el cual fue desestimado. A este se le suma una denuncia en Fiscalía, debido a presuntas amenazas a los trabajadores “a través de sus jefaturas directas, por encontrarse en paro”, según acusan. Esta aún se encuentra en trámite.
Respecto a la salida de Gutiérrez, desde el Bafona señalaron a Culto, que están “conformes, pero al igual que el gremio Anfucultura del ministerio, estamos pidiendo como Bafona en paro, que se pongan a disposición los cargos de confianza”, señaló Evelyn Hernández, vocera del Ballet Folklórico. En concreto, piden la renuncia de Marianela Riquelme.
Otra tensión que marcó el paso de Andrea Gutiérrez fue la confección de la lista de autoras y autores invitados a la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires (FILBA), donde Chile era el convidado de honor. Una nómina que recibió críticas de algunas voces autorizadas en la materia por ser considerado ideológicamente homogénea y sin variedad.
El mundo del libro ha ido uno de los que ha sumado tensiones con la subsecretaría, no solo por criticado paso de Chile por la Feria de Buenos Aires, el que dejó un sabor amargo entre varios de los escritores, editores y organismos convocados para la cita, sino por la situación del Consejo del Libro, hoy con Claudia Toro como Secretaria Ejecutiva, pero que aún, a más de un año de instalado el gobierno, mantiene cuatro de sus seis programas con jefaturas interinas.