Cómo Luis Alarcón sorteó la lista negra de la dictadura

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El actor -fallecido este viernes a los 93 años- estuvo 10 años sin poder ingresar a TVN tras el Golpe. Su reconocida militancia comunista y su apoyo a la Unidad Popular lo dejaron en la lista negra de la dictadura. Sin embargo, un sketch en el Jappening con Ja le permitió retornar a la estación controlada por los militares: “Me las arreglé para entrar por la puerta falsa”.


“Yo no podía pasar ni por el frente”, recordaría Luis Alarcón sobre su veto en Televisión Nacional luego del Golpe de Estado de 1973. Comenzó a trabajar allí desde la fundación de la señal estatal en 1969, pero la llegada de los militares y la toma del control del canal obligó al actor a estar 10 años fuera de la estación.

Luis Alarcón era militante del Partido Comunista. Participó y apoyó la precandidatura de Pablo Neruda a la presidencia, la carta del PC para llegar a La Moneda. Más tarde, los partidos de la Unidad Popular designaron a Salvador Allende como candidato único, y entonces se volvió allendista.

Luis Alarcón

Durante la Unidad Popular integró producciones cinematográficas como El chacal de Nahueltoro. También se convirtió en un actor recurrente en las películas de Raúl Ruiz. Con este director realizaría ¿Qué hacer? (1970), un híbrido entre ficción y documental, que muestra el proceso eleccionario que le entregó el triunfo a Allende. En el largometraje interpretó a Osvaldo Alarcón, un diputado comunista. “Tiene mucho de mí”, explicó el actor sobre aquel personaje durante un conversatorio de la Universidad Diego Portales.

Con la dictadura, Alarcón fue despedido de la Universidad Técnica del Estado donde era director artístico del canal de televisión en formación. También pasó a formar parte de la lista negra de actores y artistas que no podían estar en la pantalla chica.

Tras su salida de la señal estatal y la universidad, tuvo que buscar alternativas para generar ingresos. Fue en 1973 que apareció promocionando queso gauda en una publicidad en El Mercurio. “Salió eso en diciembre del 73, cosa que me salvó la vida, en el sentido económico y también en el hecho de aparecer en El Mercurio, que algo de protección significaba en ese momento”, recordó en entrevistas.

En el libro Pantalla viva, de las periodistas Carmen Rodríguez y Soledad Gutiérrez, Luis Alarcón relató cómo tras 10 años de veto en Televisión Nacional, regresó al canal. Una figura clave para esto fue la productora del canal, Sonia Fuchs. A inicios de la década del 80, ella tuvo la misión de demostrar que la militancia no era un impedimento para que Alarcón pudiera participar del área dramática en un TVN en dictadura. “Quedé prohibido, pero igual después me las arreglé para entrar por la puerta falsa”, expresó años más tarde el actor.

Fuchs lo convocó para una participación en un sketch del Jappening con ja, interpretando “el Cobarde”, un personaje al que Alarcón dio vida en la teleserie La noche del cobarde, de Canal 13, en 1983. El personaje tuvo un alto impacto en la pantalla nacional de esos días. “Convencí a los militares de que a pesar de ser comunista, era un buen actor”, comentaría el actor hace algunos años en televisión.

En 1984 Luis Alarcón regresó a Televisión Nacional para interpretar a Roberto Betancourt en la teleserie La Represa, bajo la producción ejecutiva de Sonia Fuchs y firmó un contrato con el que permaneció dos años en el canal. “Cuando ingresé a Canal 7, me hicieron todo un interrogatorio antes de firmarme el contrato, acerca de mis antecedentes. Yo los entregué todos porque todo el mundo sabía que en ese momento yo todavía era miembro del Partido Comunista”, contó en el podcast Personaje inolvidable de Chileactores.

En La Represa se puso en la piel de uno de los villanos más recordados del género televisivo, una encarnación del mal. Aún así, la producción no quedó libre de la censura de la época, con la revisión exhaustiva de los libretos por parte de las autoridades militares. Pero Luis Alarcón logró sortear las restricciones. “Se pasaba de todas maneras un mensaje muy subliminal acerca del poder. Personalmente me enorgullezco de haber hecho yo censura de los libretos: ‘No, esta frase no la voy a decir’”, afirmó en el podcast. En esos años también comenzó a formar la comisión de actores de cada teleserie en TVN.

El regreso de Alarcón a Televisión Nacional encontró reacciones negativas en el gremio actoral al ser un canal controlado por el régimen: “A mí me dijeron ‘cómo puedes trabajar en Canal 7′”. Pese a eso, el actor siempre mantuvo firme sus convicciones políticas. De hecho, años más tarde en 1987, fue parte del grupo de 78 artistas nacionales que fueron amenazados de muerte. Actores y dramaturgos recibieron una carta firmada por el Comando Acción Pacificadora Trizano que les exigía hacer abandono del país por tratarse de “testaferros del marxismo internacional”.

“Éramos amenazados de muerte por este comando, que nunca se supo quién era”, recuerda María Elena Duvauchelle vía telefónica. Entre los actores me acuerdo que estaba Lucho Alarcón, Julio Jung y Nissim Sharim”. También en la lista estaba Delfina Guzmán, Gustavo Meza y Edgardo Bruna.

Respecto a este episodio, Alarcón señaló: “Nunca le hice mucho caso (a las amenazas). Pero me daba un poco de susto porque se llegó a esa amenaza masiva. Aparecieron unos volantes con sangre, nombre y apellido y exigía que salieran del país. Nosotros dimos a conocer estas amenazas. “Vino a defendernos Superman”, diría el actor sobre el aterrizaje en Chile de Christopher Reeve, el intérprete de Superman, que viajó para apoyar a los artistas en ese momento.

Consultado en televisión sobre si los 10 años de veto durante la dictadura fueron duros para él, comentó: “Es duro por lo que significa de trabajo y de supervivencia. Pero al mismo tiempo es grato que a uno lo consideren un enemigo. Me reconocen que yo pienso como pienso”.

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