The Beatles: ¿cuál fue la última canción que interpretaron en un concierto masivo?
La noche del 29 de agosto de 1966, los Beatles tocaron por última vez en un show para un público masivo y con entradas. Al cerrar, interpretaron Long Tall Sally, el clásico popularizado por Little Richard en la voz de Paul McCartney. Fue su último tema sobre un escenario. Esta es la historia.
Si algo tenían claro The Beatles cuando subieron al escenario del Candlestick Park, de San Francisco, era que ya no volverían a pisar una tarima. Ya se habían hartado. El sol de California entibiaba la que sería su noche final, la de 29 de agosto de 1966. Eran los últimos días del verano septentrional. El cuarteto formado por John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr estaba concluyendo su última gira, en la que apenas pudieron tocar alguna canción de su último álbum, Revolver, por la complejidad de los arreglos que tenía.
“Nos habíamos hartado de actuar. No se me ocurre ninguna razón que pudiera obligarnos a hacer ninguna clase de gira. Estamos realmente cansados. Ya no sacamos nada de eso, lo cual es realmente injusto para los fans, lo sabemos, pero tenemos que pensar en nosotros”, comentó John Lennon en declaraciones recogidas en el libro The Beatles Anthology.
El Candlestick Park estaba marcado con rojo en el calendario para ser la presentación final. “Solo se hablaba de que aquello tenía que acabar. La actuación de San Francisco parecía como si pudiese ser la última, pero no me sentí seguro al cien por cien hasta que volvimos a Londres. John tenía más ganas que dejarlo que los demás. Dijo que ya había tenido suficiente”, señaló Ringo Starr en el mismo volumen.
Conscientes de que había que inmortalizar el momento, los Fab Four tomaron una singular medida. “Cuando llegamos a Candlestick Park, dejamos nuestras cámaras encima de los amplificadores y pusimos el disparador automático -recordó George Harrison en el mismo tomo-. Luego parábamos entre canción y canción. Ringo dejaba la batería y nos poníamos delante de los amplificadores vueltos de espaldas al público y nos hacíamos fotos. Sabíamos que no volveríamos a pasar por aquello, que ése era el último concierto. Fue una decisión unánime”.
Ese día, según consta en Setlist.fm, los Fab Four abrieron con Rock and Roll Music, el potente y frenético cover de Chuck Berry que habían grabado en su disco Beatles for sale (1964) y que cantaba John Lennon con su característico timbre nasal. Arrastrado, algo crooner. Luego siguieron otras de los años anteriores: She’s a woman, If I needed someone, Day tripper, I feel fine, Nowhere man.
Hasta que llegó el turno de Paperback writer, grabada durante ese año en medio de las sesiones de Revolver, había sido lanzada como single poco tiempo antes en Estados Unidos, el 30 de mayo de 1966, y un par de semanas después en Reino Unido, el 10 de junio de 1966. Fue lo más cercano que pudieron tocar de su flamante trabajo.
En rigor, fue la última canción compuesta por Lennon/McCartney en ser tocada en vivo. Más concretamente, fue compuesta por Paul, quien recurrió a su clásico Leitmotiv ficcional en que armaba canciones a partir de historias de personajes: Michelle, por ejemplo, pero eso algo que seguiría haciendo con Eleanor Rigby, She’s leaving home, Sgt. Pepper’s lonely hearts club band, The fool on the hill, Mrs. Vandeblit, o Jenny Wren.
Sin embargo, la última canción de los Beatles en directo fue un cover: Long tall Sally. Popularizada por Little Richard, fue compuesta por Enotris Johnson, Richard Penniman (nombre real de Little Richard) y Robert Blackwell, fue original de 1956 y era de la fibra pura del rock n’ roll que tanto gustaba a los Fab Four. Rock n’ roll al callo. Sin aspavientos.
La versión de los Beatles fue registrada entre el 1 de marzo y el 4 de junio de 1964, durante los días en que grababan A hard day’s night. Junto a la canción, registraron otros tres cortes que fueron publicados como un EP llamado justamente Long tall Sally, de cuatro canciones (junto a I call your name, Slow down y Matchbox).
Fue Paul, acaso el más cercano a la música negra en el grupo, quien cantó la canción. De hecho, solían interpretarla ya desde sus tiempos en Hamburgo, cuando eran unos rockeros vestidos de cuero y pasaban pellejerías tocando frente a marineros borrachos, putas y alguno que otro pendenciero. En esos días también sacaban lustre del repertorio más granado del rock n’ roll estadounidense que les volvía locos. De hecho, como consta en la biografía de Bob Spitz (The Beatles: the biography, 2005), el zurdo también hacía una encendida versión de What I’d say, de Ray Charles. Entonces, era natural que tocaran también temas de Little Richard.
“Paul no solo lo imitó (a Little Richard): lo superó con una ayuda de sus compañeros que hicieron de este rock and roll, dos minutos y tres segundos de puro vértigo e intensidad. Paul canta con una ferocidad solo comparable a la que desplegara John en Twist and shout”, señalan Sergio Marchi y Fernando Blanco en Los Beatles: desde el comienzo (Planeta, 2017).
Y ese fue el fin. Tras los furiosos gritos de Paul, los acordes se silenciaron, los Beatles se fueron del escenario y solo “volverían” a tocar en vivo en el recordado concierto en el techo del edificio de Apple, en enero de 1969, el que sería su último show ante un público. “Long tal Sally a manos de los Beatles es una aplanadora. Es por eso que fue elegida para cerrar la mayoría de los shows, como una señal para que Mal Evans y Neil Aspinall se fueran preparando para la siempre tumultuosa salida de la banda del escenario”, cierran Marchi y Blanco.
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