Pablo Aranda, nuevo director ejecutivo de FOJI: “Este es un espacio formativo muy importante y el foco sobre eso se había perdido”

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Pablo Aranda (izquierda) junto a Ricardo Loebell, Presidente del Directorio de FOJI

En su primera entrevista tras asumir la dirección ejecutiva, el compositor y gestor se explaya con Culto sobre los ejes que busca imprimir a su gestión. En su opinión, se debe volver a enfatizar la labor formativa de la orquesta, declina hablar de la polémica salida de su antecesor, Miguel Farías y señala que ya se reunió con el sindicato de trabajadores, quienes le plantearon algunas inquietudes. Pese a todo, es optimista. “Hay un ánimo muy bueno”, asegura.


Fue una llamada de Ricardo Loebell, el presidente del directorio de la Fundación de Orquestas Juveniles e Infantiles de Chile (FOJI), la que generó la posibilidad que Pablo Aranda (62) asumiera en propiedad el cargo de Director Ejecutivo. El nombramiento fue aprobado por voto mayoritario del directorio de la Fundación reunido el pasado miércoles 30 de agosto.

En sus primeros días, Aranda se ha dedicado a conocer a funcionarios e instructores a fin de imponerse de lo que sucede en la FOJI. En los próximos días viajará a Suiza para atender un compromiso que tenía en agenda antes de asumir el nuevo cargo, pero a su regreso lo esperan una serie de reuniones con varios estamentos vinculados a la Fundación.

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Compositor, académico y gestor de larga trayectoria, Aranda se formó en la carrera de Licenciatura en Composición Musical de la Universidad de Chile bajo la tutela del maestro Cirilo Vila. Luego obtuvo una beca de Magister en Composición con el compositor Johannes Fritsch en la Escuela Superior de Música de Colonia, Alemania. A su regreso ha ejercido la docencia en el Instituto de Música de la Facultad de Artes de la Pontificia Universidad Católica (IMUC) y en la Facultad de Artes de la Universidad de Chile.

En su experiencia con ensambles, desde el año 2000 dirige al ensamble Taller de Música Contemporánea con el cual ha realizado innumerables conciertos estrenos en Chile y en el extranjero en las ciudades de Ravensburg, Munich, Oldenburg, Köln (Alemania), Paris (Francia) y en el Festival Puentes de Ciudad de México.

Pablo Aranda sucede en el puesto a Miguel Farías, quien había permanecido suspendido en el cargo tras conocerse una carta firmada por 69 instructores y directores musicales en que hicieron notar su preocupación por la reciente desvinculación de tres profesionales. En la misiva enviada al directorio acusaron que estas se realizaron “de forma imprevista y sin previa consulta al directorio”.

Consultado por el tema, Aranda, prefiere pasar. “Una de las cosas que dije tanto al directorio como a la gente que trabaja acá es que yo voy a trabajar desde el presente. He venido todos los días, incluso el día sábado, para conocer todo lo que realizan los los académicos, los instructores que hacen clases, entonces estaba más bien conociendo interiormente el mecanismo como funciona. Todo lo que respecta a la administración anterior yo preferiría que lo conversara directamente con él”.

-Pero tendrá una mirada respecto a las tensiones que se desataron con el nuevo estatuto, tras el traspaso de la FOJI desde la Coordinación Sociocultural de La Moneda al Ministerio de las culturas. ¿Cómo ve este proceso?

Lo complejo del proceso es natural. No es simple porque son cuestiones legales que tienen que ver con otros reglamentos, leyes, entonces, es un tema abierto. No es un tema que sea absolutamente cerrado, sino que es un tema pendiente que se puede seguir conversando y que está en la agenda, no de manera inmediata, pero sí es un tema que me interesaría retomar. Pero el detalle exacto no lo conozco porque como te digo, vengo recién llegando.

-¿Ha definido cuáles serán las directrices de su período?

El trabajo que hace el directorio que preside Ricardo es que que existe una relación un poquito más cercana al directorio y los miembros de la FOJI. Luego, estamos de acuerdo en los lineamientos generales que sería mirar hacia las regiones, que tienen realidades muy distintas. Entonces entre las prioridades que yo me he fijado a mi regreso a mi ingreso es justamente hacer una suerte de diagnóstico y viajar porque a cada región, conocer de cerca la realidad conocer el trabajo que se hace y recibir un diagnóstico; cuáles son sus características, sus deficiencias, sus habilidades, y lo que nosotros podemos mejorar. Yo quiero usar un concepto que es trabajar desde fuera hacia el centro, o sea, no es que Santiago viaja a la región, para que al final se vea Santiago en las regiones, sino que Santiago viaja a la región para que se vean las regiones. Se trata de visibilizar el trabajo de las regiones, hacer un diagnóstico general y desde planificar una estrategia de trabajo. Me encantaría, por ejemplo, un encuentro interregional de orquestas, que no se hace.

Fundación de Orquestas Juveniles FOJI
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“Yo quiero trabajar dos puntos de lo que yo he trabajado: uno es la gestión, que tiene que ver con lo que estoy hablando -sigue Aranda-. Lo otro es una mirada artística que tiene que ver con el repertorio, con las obras, con los directores, con el trabajo formativo, que para mí es muy importante no perder de vista. Y si se perdió, volver a hablar que la FOJI es un espacio formativo muy importante para los niños y jóvenes, y no solo para los que van a seguir como músicos, sino también para aquellos que tienen la posibilidad de practicar música, de estar en un entorno con niños de su misma edad en un ambiente distinto. Para ciertos niños que vienen de situaciones un poco más precarias, eso se convierte en un espacio distinto de su vida. Eso para mí es muy importante que se vea. El rostro de la FOJI no es el director ejecutivo, sino que el rostro de la tiene que ser su trabajo, los niños, su imagen, el espacio creativo, musical que ellos tienen ahí. Eso quiero cambiarlo”.

-¿Usted considera que de alguna forma se había perdido ese foco?

Se había perdido ese foco. Creo que no se sabe tanto de lo más importante. Quiero que se vea la maravilla de ese espacio creativo. Piensa que la FOJI tiene niños de 7 hasta los 17 o 18 años, cuando ya pasan al mundo más profesional para dedicarse a la música. Tenemos una variedad tan grande de jóvenes, niños, adolescentes, que justamente esa es la belleza que hay que relevar.

-Es decir la gestión sería el principal eje de su período...

La gestión es un punto importante con esa mirada que te acabo de comentar, pero también el aspecto formativo, la parte humana. El aspecto formativo es también muy importante porque en el aspecto formativo está lo creativo. Cuando hablo de lo creativo no se trata de dar instrucciones a los niños sobre cómo tocar. Se trata también de decirles que somos una familia. Tocar en una orquesta significa ser capaz de socializar o estar en un espacio colectivo. Entonces, esa es la parte que yo quiero enfatizar. La gestión tiene que ver con la cosa administrativa, pero la parte formativa, el trabajo con los niños, eso para mí es muy importante.

-¿Ha podido reunirse con el sindicato de trabajadores? ¿Le han planteado inquietudes?

Sí, la primera reunión que tuve fue con el presidente del sindicato. Conversé con ellos y obviamente hay inquietudes, preguntas, etc. Les dije que al regreso de mi viaje, mi prioridad es justamente tener estas conversaciones con el sindicato, pero también con todos los departamentos de la FOJI. Reunirme con todos, escucharlos, saber su opinión, saber cómo se sienten, cuáles son sus peticiones, sus necesidades, porque me interesa mucho que a ver, me interesa mucho que la parte externa de la FOJI, es decir, la orquesta, los niños, tenga también su contraparte en el asunto laboral. Es decir que cada uno se sienta bien en lo que está haciendo, lo que está trabajando, etc.

-Se lo pregunto porque hace un tiempo en conversación con Ricardo Loebell nos decía que para él era importante que “el tejido se subsane” porque se sabe que hay dificultades en el clima laboral, trabajo excesivo, jefaturas que no escuchan, etc.

Sí, claro, me plantearon varias inquietudes con respecto al tema laboral, como sucede en todo colectivo que tiene a 30 a 40 personas trabajando. Pero tuve una muy buena recepción, hay un ánimo muy bueno. Y entonces ahora hay que dedicarse a esos detalles, pero sí, ese tema es una preocupación.

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