Gritar es Digno, de Joan Brossa (Ediciones UACh)
Tenaz en su tarea de armar y ofrecer un catálogo de excelencia, intelectualmente estimulante, innovador y audaz, la editorial que dirige Yanko González publica una antología de Joan Brossa (1919-1998), el gran poeta y artista visual catalán. Heredero de las vanguardias de inicios del siglo XX, experimental, lúdico e irónico, el poeta -como bien destaca este volumen- fue un creador que rompió y desdibujó límites: en su obra viven y conviven la poesía y la poesía visual, la performance, el poema objeto, el diseño, etc. Con traducción de Jessica Pujol y Felipe Cussen, y presentación de Jorge Polanco, la selección da cuenta de parte esencial de esta creación sofisticada e inventiva, a menudo sorprendente y atravesada de humor e insolencia. Opositor al franquismo y solidario con las víctimas del golpe en Chile, el volumen recoge poemas de vocación política, que en Brossa siempre están armados de inteligencia, así como textos en torno a la Iglesia, el lenguaje y el tiempo, escritos entre los 60 y 90. “Si quieres conocer a un hombre, dale poder”, dice en el poema que da título a la selección. En Tentetieso escribe: “Muñeco/ que tiene un/ peso en la base y que,/ desviado de su posición/ vertical, vuelve a ponerse/ derecho.// El pueblo”. Se ríe de los eufemismos en España: “No existe la censura:/ lo que existe es un Servicio de Información Bibliográfica/ para evitar posibles perjuicios económicos a los editores”. Agrega: “No hay lucha de clases:/ hay tensiones polarizadas en torno a desiguales/ repartos de la Renta Nacional”. Y en El Sol detenido se pregunta: “Qué hacemos? Adónde vamos?/ De dónde venimos?// Pero aquí hay una caja de lápices/ de colores”.
Un Copihue mi Corazón, de Ángeles Quinteros y Valentina Insulza (Hueders)
Cada pieza es única, porque están hechas a mano: las ollas, los jarros, las mujeres guitarreras y los chanchitos de tres patas, todos de color negro y decorados con diseños blancos. Cultivada por mujeres por más de 200 años, la alfarería de Quinchamalí es uno de los patrimonios más apreciados del país, que fue homenajeado por Nemesio Antúnez en un mural. “Lo que hago con un pedazo de greda, al transformarlo, es poner una parte de mí. Me sirve para enojarme, para alegrarme, para sentirme orgullosa y seguir contando una historia que yo me rehúso a que se olvide”, dice la alfarera Mónica Venegas. Ella y su artesanía forman parte de este bello libro que invita a un viaje geográfico, de norte a sur, por el patrimonio inmaterial, ese patrimonio vivo -dicen las autoras- que “puedes tocar, oler, ver, degustar y oír, pues lo habitan bailes, cantos, comidas, artesanías, poemas, juegos, fiestas, saberes”, que identifican a comunidades y que han pasado de generación en generación. Ángeles Quinteros y Valentina Insulza guían este recorrido que abarca desde la fabricación del luriri, una guitarra andina de 16 cuerdas, utilizada en el altiplano, a los bailes chinos en el Norte Chico, el canto a lo poeta de la Zona Central, las arpilleristas de Lo Hermida, la confección de mantos mapuches, los componedores de huesos de Tirúa, la cestería yagán y los dulces de La Ligua, entre otros. Datos, recetas, historias, testimonios y un glosario acompañan este libro álbum editado por Hueders, un viaje colorido y alegremente ilustrado por Ale Oviedo, que es también una celebración de las tradiciones, y de la diversidad cultural.
Víctor Jara, de Amparo García (Mis Raíces)
La vida y obra de Víctor Jara, su asesinato y su legado musical, han conmovido ha generaciones y han inspirado numerosas obras y publicaciones en diferentes formatos. Este año, con motivo del 50 aniversario del golpe y de su muerte, aparecieron nuevas aproximaciones a su figura, y se han rescatado otras. Así, Mario Amorós publicó una minuciosa biografía sobre el cantautor (La vida es eterna), que entre otras cosas sitúa su nacimiento en Santiago, y recientemente salió a la venta la novela gráfica Un canto comprometido, de Carlos Reyes y Rodrigo Elgueta. Además, hace unos días volvió a la cartelera el musical Víctor sin Víctor Jara de los hermanos Gopal y Visnú Ibarra, y en Netflix aun es posible ver el documental Masacre en el estadio. En este contexto Ediciones Mis Raíces publica ahora un libro ilustrado sobre la vida del músico, dirigido a los pequeños lectores. Escrito por Amparo García, el relato es una biografía novelada que se detiene en hitos esenciales de su trayectoria: la niñez de pobreza en el campo, el traslado a Santiago, el amor por la música y la muerte de su madre, su desarrollo artístico y su último poema, escrito en el Estadio Chile. Ilustrado por Fabián Rivas, en las imágenes dominan los tonos amarillo, rojo y azul. Narrativamente, el texto es un esfuerzo por acercar la vida del artista a lectores jóvenes y con ese fin simplifica y sintetiza hechos y episodios. Lo extraño es que asegure que Víctor Jara salió de su casa hacia la Universidad Técnica del Estado, donde trabajaba, el miércoles 12 de septiembre, cuando está documentado que él se dirigió a la universidad la mañana misma del golpe, el martes 11. Nunca más volvió a su hogar.