Pancho Molina, el hombre clave en el regreso de Los Tres: “Yo sabía que me iba a juntar con ellos de nuevo. Estaba escrito en algún lado”
Ausente en la reunión de 2006 y durante años negándose a una vuelta del elenco original, el baterista trazó su camino propio desde el quiebre del grupo original a fines de los 90′. En estos años, residió en EE.UU., profundizó su vínculo con el jazz y apuntaló una discografía de composiciones propias. Aunque nunca cerró del todo la posibilidad de volver a tocar con Henríquez, Lindl y Parra, fueron algunas circunstancias las que permitieron el acercamiento hasta concretar una de las reuniones más esperadas de los últimos años, anunciada hoy.
Si un detalle llamó la atención del regreso de Los Tres en el año 2006, fue la ausencia de su baterista histórico, Francisco “Pancho” Molina. Y aunque el puesto fue llenado por músicos como Manuel Basualto y Boris Ramírez, su ausencia en ese primer reencuentro fue notoria y le quitó fuerza. De allí que a la hora de la reunión del grupo original, anticipada por Culto y confirmada en esta jornada, su nombre sea clave.
“Súper increíble, loco. 23 años fueron para mí de no estar en contacto con ellos y fue muy interesante volver a escuchar la música de Los Tres un par de semanas antes de volver al estudio. Yo sabía que me iba a juntar con ellos de nuevo. Estaba escrito en algún lado del disco duro. Pensaba: 23 años que no hemos tocado, estoy seguro que vamos a llegar al estudio y va a sonar ok. Va a sonar bien. Y eso fue bastante increíble llevarlo a la práctica. Porque uno puede decir: 23 años y el beat va a estar en cualquier lado. Fue bastante mágico. Fueron unas buenas cuatro a cinco horas en que cortaron cinco tracks. Además, las versiones que hicimos están con cualquier tipo de swing”, comentó Molina en declaraciones compartidas a este medio.
El baterista participó en el grupo desde sus comienzos en Concepción. Aunque estudiaba en el Instituto de Humanidades, conoció a Álvaro Henríquez y a Roberto “Titae” Lindl, alumnos del colegio Charles de Gaulle. Con ellos compartió el interés por el rock and roll de viejo cuño, el que plasmaron en sus primeros proyectos informales, como la banda Dick Stones. Tras un período de distanciamiento, finalmente ese trío decantó en el proyecto de Los Tres, con el compromiso de emigrar a la capital para vivir de la música.
Molina fue clave en el trabajo del material inicial de Los Tres, pulido en largas tardes tocado junto a Henríquez. A la vez, se inició en el jazz junto al pianista Marlon Romero y se integró a la formación inicial del Ángel Parra Trío. Un camino que consolidó su habilidad con el instrumento y lo dotó de un repertorio de técnica que pronto volcó en su banda madre.
Con los años, Molina puso en marcha sus propios proyectos de jazz. Formó el proyecto Los Titulares, de formaciones variables, con el que publicó los discos Los Titulares (1998), Perseguidor (2001) y Bipolar (2003). Una instancia de exploración y creación en que volcó el lenguaje del swing en leguaje criollo.
Pero las diferencias con el resto de Los Tres, incidieron en su negativa a participar en la reunión del grupo en 2006. En ese punto, Molina decidió abocarse a sus proyectos particulares. “Claramente, cuando paramos con Los Tres en el 2000, la industria de la música tenía otro switch. Había un replanteamiento entero y ya habían sido 15 ó 17 años de eso y yo estaba listo”, explicó en una entrevista con Paniko en marzo de 2013.
Desde 2004, Molina residió en Boston. En las aulas del prestigioso Berklee College of Music profundizó su conocimiento en el jazz y se relacionó con músicos como el pianista panameño Danilo Pérez, además de participar en Festivales del género. En 2011 publicó Open for business, su primer álbum con composiciones originales en colaboración con el guitarrista alemán Elias Meister. Este fue presentado en Chile durante el verano de 2012.
A este trabajo le siguió el álbum La continuación del sonido (2012), en que nuevamente colaboró con variados músicos como Carmen Paz González, Agustín Moya y Rodrigo Galarce. Cuatro años más tarde llegaría Antisocial (2016), el que cuenta con la participación de variados intérpretes como el saxofonista Joe Lovano, uno de sus referentes en el jazz. Fue este su primer LP editado en vinilo y marcó su regreso definitivo al país.
Desde entonces Molina se afincó en Concepción, aunque con períodos de trabajo en la capital. Instaló un estudio de grabación y se abrió a explorar otros estilos, como el hip hop. Ahí surgió uno de sus últimos proyectos, la banda Jodelase, con quienes lanzó el EP No como otros.
Ese año ocurrió un primer acercamiento a una reunión con Los Tres para conmemorar el aniversario del fundamental álbum Fome (1997), pero todo quedó en nada. Molina y Ángel Parra (quien había salido del grupo en 2013) fueron contactados por el management del grupo. El plan era que los cuatro revivieran la agrupación. Molina se mostró entusiasmado con la idea, pero Parra propinó un portazo inmediato. Al enterarse, el baterista también prefirió bajarse: o eran los de siempre o nada.
Pero aquel fue el timbrazo que marcó la apertura a la conversación. Como detalló Culto, hacia 2019 los músicos retomaron el contacto para ordenar y poner al día todos los aspectos relativos a regalías de sus contratos discográficos con Los Tres, sobre todo aquellos pactados con la multinacional Sony. Aunque la mayor parte del trabajo se realizó por correos electrónicos o por intermediarios, sirvió para romper el hielo. Recién este año, tras superar la pausa larga de la pandemia y aquilatar un momento más propicio (debido a la reunión de Los Bunkers en 2022), se pudo concretar el reencuentro.
Molina nuevamente se sentó en la batería acompañado por Henríquez, Parra y Lindl en ensayos en los Estudios del Sur que empezaron en agosto. Ahí, probó que su músculo permanecía intacto.
“En lo personal, yo quería estar con la banda hace mucho tiempo. Y que haya pasado así rápido, así de conciso y sin ninguna duda, porque no había ninguna duda en la huevá (de juntarnos)”, admite el percusionista en las mismas cuñas.
*Los shows de retorno de Los Tres serán el 6 de abril en el estadio Ester Roa de Concepción; y el 27 y 28 de abril en el Movistar Arena de Santiago. La venta de entradas parte este jueves 12 al mediodía por Puntoticket.
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