A contrapelo de las campañas publicitarias, que suelen copar los espacios físicos y virtuales con anuncios, a Bad Bunny le bastó solo le bastó una publicación en las redes sociales para anunciar su nuevo álbum, Nadie sabe lo que va a pasar mañana. Tan sorpresivo como inesperado, al “conejo malo” se le da bien mover las aguas de internet con pequeños detalles, más en un época en que se ha vuelto la estrella global de la música latina.

Y la jugada le funcionó. El álbum ya consiguió ser el más reproducido en un solo día en la plataforma Spotify en lo que va del 2023 (aunque la plataforma notifica al usuario de un nuevo lanzamiento si es que sigue al artista). Un récord que ya había establecido en el celebrado Un verano sin ti (2022), el disco más escuchado en la historia de la plataforma a nivel mundial.

Bad Bunny en su show en el Estadio Nacional

Si un detalle llamó la atención de Nadie sabe lo que va a pasar mañana es su giro hacia el trap más duro. En sus rimas lanza pullas a Shakira, Karol G, le responde a sus críticos y hasta a la fan a la que le lanzó el celular cuando se quiso sacar una selfie con él. No en vano, Benito Martínez Ocasio dejó su look de trenzas de Un verano sin ti, y se volvió a rapar, tal como en sus primeros días (y como lo vimos en su show del Festival de Viña 2019). Quienes esperaban un set de canciones más pisteras y de vocación pop, probablemente se vieron sorprendidos. Pero en su carrera, Bad Bunny se ha caracterizado por hacer las cosas a su manera.

Para Rodrigo Ruiz Garcés (Don Lota), director de Alto en Flow, la primera revista dedicada a cubrir el género urbano, basta echar un vistazo a la discografía del boricua para comprender que no iba a repetir la fórmula. “Lo más normal es esperar que Bad Bunny haga un disco distinto al anterior, es cosa de ver cómo Un verano sin ti es muy distinto a X100pre (2018), y este es muy distinto a YHLOQMDLG (2020), va siempre innovando en su sonido”.

Por su lado, el periodista Ignacio Molina, autor de Historia del trap en Chile, pone en contexto el giro musical del disco. “En los discos recientes de Duki, Pablo Chill-E y Bad Bunny, observamos un marcado retorno al trap. Sus letras anteriores hablaban sobre aspiraciones y el anhelo de éxito, fama y riqueza. Ahora, las palabras reflejan las consecuencias y realidades de alcanzar tales sueños. Estas letras, cargadas de introspección y sentimiento, intentan resonar y reconectar con fans que, durante el ascenso al estrellato, pudieron sentir un distanciamiento. Es una introspección que celebra los logros pero también medita sobre el significado profundo de la fama”.

“El hecho de que haya decidido acercarse más al trap en este disco, en síntesis, podría ser una forma de homenajear sus raíces y conectarse con aquellos fans que lo han seguido desde sus inicios -agrega-. Es una manera de recordar que, aunque ha alcanzado alturas estratosféricas en el mundo de la música, sigue siendo ese joven que cantaba temas crudos y directos como Tú no metes cabra”. Esas primeras canciones que tenían letras que abordan temas de lujos, calle y superación”.

Para el crítico de Culto, Marcelo Contreras, la decisión de alejarse de Un verano sin ti es también una declaración. “Creo que algunos de los más grandes artistas encuentran el sentido a su obra en la medida que evolucionan. Segundas partes nunca son buenas; si Bad Bunny hubiera hecho una especie de coda de Un verano sin ti, lo estaríamos criticando por falta de originalidad. Me parece que este disco apunta a un estado emotivo más oscuro y conflictuado del puertorriqueño, como si tuviera las hormonas revueltas. Está un poco enojado, deprimido, triste, peleador y, por supuesto, cachondo nivel porno y preocupado de las marcas, como siempre”.

A tono con el género urbano, el disco incluye colaboraciones con nuevos nombres, como Young Miko. “En este disco recupera fórmulas de años atrás, recupera featurings que nadie espera que sucedieran, como con Bryant Myers, otra combinación con Mora. También hay juntes nuevos y sonidos distintos que van de la mano con la exploración que ha tenido Benito y su entrada a diferentes mercados, ya muy por encima del latino, cada vez más adecuado al mercado americano. Su figura se ha hecho mundial y necesita marcar un rumbo”, apunta Don Lota.

Bad Bunny

Eso sí, Don Lota marca un punto que a su juicio es una deuda del álbum. “Quizás faltó un junte con algún chileno, desde Pablo Chill-E no tenemos esa posibilidad (NdR: participó en YHLQMDLG, aunque el beatmaker chileno Magicenelbeat también figuró con una pista para Un verano sin ti). Ahora que la escena nuestra está más consolida se podría haber esperado. Yo pensé que Cris MJ estaba pegado ahí”.

¿Le faltó un chileno al álbum? Ignacio Molina recoge el guante. “Es cierto que, con el impacto y la presencia creciente de la música urbana en Chile, hubiera sido enriquecedor ver una colaboración con un artista chileno en este disco, como ocurrió en YHLQMDLG, con Pablo Chill-E y Taiko; o en Un verano sin ti, con Magicenelbeat. Chile indiscutiblemente marca tendencia en la música urbana. Unir fuerzas con un representante nacional hubiera sido una nueva oportunidad de integración y, al mismo tiempo, una forma de enriquecer el espectro sonoro del álbum. Sin embargo, cada proyecto tiene su visión y dirección, y aunque en este caso no se concretó, siempre hay posibilidades para futuras colaboraciones mediante remixes o presentaciones en vivo”.

¿Y dónde quedó el reggaetón?

Un detalle que la prensa mundial no ha dejado escapar, es que Nadie sabe lo que va a pasar mañana marca distancia del reggaetón. Recién la pista 19, PERRO NEGRO, suelta un beat que invita al perreo. Acaso para remarcar la broma, la canción abre con un breve audio: “Al menos dame un perreíto mor”, dice una chica con acento del caribe. Solo esa y la canción final, UN PREVIEW, marcan las únicas incursiones en el estilo.

Pero los especialistas prefieren tomar distancia. “Bad Bunny es un sonido por sí solo, es un estilo de música, un estilo de vida, está marcando tendencia a nivel global -advierte Don Lota-. Él es capaz de generar sus propios sonidos, toma sus propios riesgos, no sigue la corriente de lo que se esperaría a nivel de estudiar lo que está marcando números o interacciones en redes. Lo que cuanta para él no es un estilo. Él lo ha dicho ‘si tú quieres encontrar los mejores temas de trap, búscalo en mis discos antiguos, si tú quieres encontrar los mejores temas de reggetón, búscalos en mis temas antiguos’. Esa ha sido una premisa de Benito desde que comenzó”.

Para Ignacio Molina, el asunto va por otro lado. “Es natural que, al esperar un sonido específico y no encontrarlo, algunos fans y críticos puedan sentirse desconcertados. Esta falta de reggaetón que señalan es más bien una invitación a expandir nuestra perspectiva y apreciar la amplitud musical de Bad Bunny. El artista está mostrando otra de sus facetas, de hecho, con la que alcanzó el éxito hace más cinco años, demostrando que no está atado a un solo género. En lugar de verlo como una falta, podríamos interpretarlo como una diversidad en su propuesta musical. En este disco, por ejemplo, hay samples de Hier encore (1964) de Charles Aznavour, de Vogue (1990) de Madonna o de Pa’ que retozen (2002) de Tego Calderón”.

Al ser un álbum cargado al trap, es claro que marca ciertas claves que lo distancian del reggaetón. “El trap es un género de productores -explica Molina-. La estética del trap se define por sus ritmos densos, uso prominente de (drum kit) 808s y letras que a menudo exploran la vida en la calle y la superación personal. En contraposición, el reggaetón se caracteriza por sus ritmos contagiosos, el uso distintivo del dembow y letras que frecuentemente abordan las dinámicas de las relaciones. Bad Bunny logró fusionar ambos estilos, lo que le dio un lugar destacado en el panorama musical urbano, pero sin amarrarse a ninguno. El mismo Bad Bunny lo dice en Nadie Sabe: no soy trapero, ni reggaetonero”.

Por su lado, Marcelo Contreras, apunta a leer al puertorriqueño en toda la amplitud estilística que ya ha dejado en claro en su discografía. “A estas alturas, Bad Bunny es un artista pop urbano. Esperar que se concentre exclusivamente en una variante de un género más amplio, son caprichos de especialistas y del público. Si el álbum tiene poco reggaetón, está la obra anterior del conejo malo para saciar las ansias de perreo”.

En la intro de UN PREVIEW, la última canción de Nadie sabe lo que va a pasar mañana suena una advertencia: “Ven acá, pa’ ponerte algoPa’ ponerte un preview de lo que viene despué'” ¿vendrá un próximo álbum dedicado completamente al reggaetón? con Bad Bunny nunca se sabe.

Escucha Nadie sabe lo que va a pasar mañana a continuación

Sigue leyendo en Culto