Juanes y la depresión: “Tuve una crisis terrible. No me importaba nada en la vida, ni la plata ni la carrera”
El músico colombiano vuelve para presentarse en el festival REC de Concepción, con un nuevo disco bajo el brazo, bautizado como Vida cotidiana. Un trabajo que él mismo define como uno de sus álbumes más personales. En charla con Culto, el artista se refiere a su show en Concepción, además de profundizar en su última placa y la lucha contra la depresión.
Los últimos meses de Juanes (51) han sido intensos. Hace algunos días estaba en su natal Medellín, aunque al momento de atender esta entrevista se encontraba en algún lugar de Miami preparándose para emprender rumbo hacia España. Y a fines de octubre, Chile será otra sus paradas.
Su relación con Chile es estrecha. Así lo percibe el colombiano cada vez que llega a nuestro país para ofrecer algún recital, o incluso a pasar unos días de vacaciones. Sin embargo, el 28 de este mes arribará por primera vez en Concepción para cerrar la primera jornada del Festival REC, donde comparte cartelera con artistas internacionales como Christina y los Subterráneos y los argentinos 2 minutos.
“La verdad es que yo amo la música desde muy pequeño, y siempre he sentido como una oportunidad increíble el poder estar en un escenario, poder cantar, interpretar mis canciones y conectarme con la gente. Para mí es una maravilla siempre. Puede ser un concierto de cinco personas, 20, 20 mil, gratis, pago, no sé”, afirma a Culto desde el otro lado del continente, con un temple sereno y una sonrisa en el rostro. Y reafirma: “Siempre es una oportunidad increíble para mí”.
A pesar de la veintena de años que lleva trabajando en la industria, el colombiano confiesa que hoy disfruta de los escenarios más que nunca. “Quizás es por la edad o por todo lo que he vivido. Me siento muy consciente de ese momento tan valioso. Para mí es hermoso, sinceramente. Me encanta Chile. Han sido muy especiales conmigo. Y creo que ahora, después de tanto tiempo, hemos ido aprendiendo manejar mucho más los shows. Tenemos un espectáculo muy afilado que me muero de ganas de compartir”.
Además del entusiasmo por tocar y vibrar en vivo, Juanes percibe que el formato festival es una instancia enriquecedora para cualquier músico. “Para mí, es parecido a si estuvieras escuchando radio. Estás escuchando una cantidad de música que de pronto no conocías o que quizás no era lo que fuiste a ver. Quizás ibas a ver a otro artista, pero te toca ver a uno que no conocías. Y creo que esa mezcla de diferentes músicas e interpretaciones es súper valiosa porque el público se alimenta de muchas cosas, y también los artistas”.
“Al final, puedes ver a otros músicos tocando, puedes interpretar tu música para otra audiencia que quizás no es directamente la tuya. Pero al final, lo que vale es la convivencia. Todo el ambiente alrededor del festival siempre me genera eso, como una cosa familiar. He estado en festivales en el mundo y siempre encuentro el mismo espíritu, donde no están esas barreras de género musicales, sino que ya es una experiencia mucho más abierta. Es muy cool. El sonido en vivo no se puede reemplazar por nada. La estimulación a todo nivel, visual y auditiva que se siente. Como fan, me encanta ir a festivales y poder ver a las bandas que me gustan. Es algo irremplazable, especialmente ahora, con la inteligencia artificial”, comparte.
Vida cotidiana: llevar al escenario un disco íntimo
- Han pasado algunos meses desde que lanzaste Vida cotidiana, tu disco más personal a la fecha. ¿Cómo has percibido la respuesta del público y cómo fue el ejercicio de tocarlas por primera vez en vivo?
La verdad es que estoy muy contento, muy agradecido con el apoyo de la gente porque sí que es un álbum muy personal, pero aun así los fans, la gente que ha escuchado mi música, se ha conectado y lo ha recibido muy bien. Y también gente que ni me conoce, o que por primera vez escucha una canción o la otra, se van uniendo igualmente. Hemos estado tocando mucho en vivo en los últimos tres o cuatro meses, y ahí he ido midiendo la respuesta de las personas con algunas canciones del álbum nuevo. La verdad es que estoy muy contento con el resultado desde que lo terminé de grabar. Me siento muy feliz de haber hecho este álbum.
- Además, tocarlo en vivo es la última fase de exposición de todo eso tan íntimo que quedó plasmado en las canciones
Sí, pero es ahí es donde realmente ocurre la magia de la música, porque es cuando vos estás interpretándola con alguien al otro lado que está recibiendo esa información, que está reaccionando a esa información. Y esa es la magia de la música. Es algo muy chévere, mágico.
- ¿Sientes que este disco fue especialmente liberador para ti? ¿Qué tan fundamental ha sido la música y la composición a la hora de canalizar tus emociones?
Siento que ha sido muy liberador, lo que no significa que la música no lo hubiera sido antes. Yo creo que sí lo era, y mucho. Lo que pasa es que en el pasado era algo totalmente espontáneo, natural, en donde no tenía ninguna presión ni nada porque nadie me conocía. Pero con los años a veces uno puede irse perdiendo. Es difícil manejar la presión y una cantidad de situaciones que sí, son difíciles. Creo que después de varios años de estar un poco... No quiero decir perdido, porque no era perdido, pero en un lugar donde no me sentía tan cómodo, volví a este punto de vulnerabilidad de decir ‘okey, vale, no importa, voy a hablar de lo que realmente soy y siento, y lo voy a poner en mis canciones con melodías y ritmos y acordes’. Eso fue lo que hice, y me sentí mucho más liviano. Me sentí otra vez como antes. Realmente la música me ha hecho sentir la mayoría del tiempo de mi vida. Yo creo que eso deja claro que este es el camino que seguiré. Seguiré por acá.
- ¿Ubicarías este disco en algún lugar especial dentro de tu discografía o están todos más o menos equilibrados para ti?
Cada álbum es diferente. Cada uno representa un momento. Creo que este disco tiene mucho niveln cuanto a la composición, a la interpretación. No significa que los otros no lo tengan, pero quizás es un trabajo mucho más maduro porque han pasado 25 años desde la primera vez que saqué un álbum solista, y creo que toda la experiencia que he ido aprendiendo en la carretera y el conocimiento que he ido adquiriendo lo he podido más o menos aplicar en un disco como Vida cotidiana.
Por ese lado me siento contento y agradecido. Cuando estaba haciendo este álbum pensaba ‘okey, vale, ¿y qué tal si este fuera mi último disco? ¿Cómo sería, cómo sonaría, qué me gustaría decir?’. Y todas esas respuestas me dieron este resultado. Estoy muy tranquilo con eso, y quiero seguir haciéndolo así. Si puedo tener vida para seguir haciendo música, quiero hacerla con ese compromiso, no hacer por hacer. Que sean cosas que disfrute, que tengan algo de sentido para mí, que tengan una razón.
Vivir con depresión
Hace unas semanas, el colombiano compartió en su cuenta de Instagram un texto revelador. En el escrito, que recibió cientos de miles de likes y comentarios, Juanes hizo pública su convivencia con la depresión, una enfermedad que lo acompaña hace varios años y que hoy lleva con mucha más tranquilidad.
“Sentirme vulnerable me hace más fuerte. Poder hablar de mis problemas y mis inseguridades abiertamente no me hace un cobarde ni un débil. Por el contrario, me ayuda a sanar desde el alma y ser más humano. Han pasado muchos años para poder escribir estas cuatro líneas que acabas de leer”, parte el mensaje del músico.
- ¿Esperabas la repercusión que tuvo esa publicación? No solo mediáticamente, sino también de parte de tus mismos seguidores
No me lo esperaba, realmente. Porque yo a veces escribo muchas cosas y las voy poniendo ahí, pero nunca esperé una reacción así. Me pareció muy bonito también. Siento que igualmente tiene que ver con que lo que yo siento como persona, como ser humano, pues muchísima gente también lo siente. Y vivimos en una sociedad que nos exige demasiado y a veces perdemos un poco el sentido de lo que realmente es el éxito, o lo que realmente puede ser la felicidad, que en verdad no es un estado único, porque creo que no existe algo como tal.
Pero a través del marketing y todo lo demás nos venden una idealización, lo que debería ser la vida perfecta, aunque la vida perfecta no existe y uno se frustra. No importa si tienes dinero o no, qué religión o qué partido político o filosofía de vida tienes. Siempre vas a tener en tu mente una cantidad de cuestionamientos existenciales, y creo que eso fue un poco lo que quería mostrar allí. Y agradezco mucho el cariño de la gente tan chévere. Eso me hizo sentir muy querido por la gente.
- Está esa presión social y del marketing sobre las expectativas que deberíamos tener, pero ahora también están las redes sociales...
Sí, horrible... No me gustan las redes sociales. Siempre miro mi mente o mi imaginario como si fuera una especie de disco duro de la computadora, y cuando vos te ponés a ver las redes sociales estás bajando un montón de imágenes, información tras información. Estás bajando una cantidad de imágenes a una velocidad increíble, que te hacen poner en perspectiva las cosas y dices ‘pero entonces yo debería tener esto para ser feliz, debería lucir así para estar bien, debería estar allí para ser algo en la vida’. Y empiezas a darte cuenta de una cantidad de cosas hasta que en un momento llegas a un nivel de ansiedad terrible.
Mi hija mayor tiene 20 años, 18 la segunda y el último 14, y veo también cómo a ellos les afecta. Y no solamente son los adolescentes, sino también los papás. Porque los papás también ven las redes sociales. ¿Y quién se preocupa por ellos? De alguna manera, los adultos igual sufrimos de eso. Creo que las redes sociales son algo que hay que aprender a manejar. Yo no aprendí, la verdad. Todavía me cuesta -afirma entre risas-. Por un lado, es chévere informarte y es una manera interesante de conectarte con la gente, pero pronto te puede generar esa ansiedad y ese desasosiego que a veces se hace insoportable.
Hoy es mucho más común hablar sobre salud mental que hace 10 años atrás. En lo personal, ¿qué te parece esa apertura?
Es algo súper afortunado porque creo que la gran mayoría de personas sufrimos de esto, no solamente los artistas. Quizás los artistas somos más sensibles, Por eso somos artistas. Por eso expresamos lo que sentimos a través del arte. Y de pronto eso nos genera más sensibilidad. Y hay gente que quizás siente lo mismo, pero no sabe cómo expresarlo. Por lo menos uno tiene la escritura o el canto. Recuerdo muy bien que hace 12 años tuve una crisis terrible. Y todo el mundo me decía ‘pero estás loco, qué te pasa, pero cómo así, por qué vas a parar tu carrera, vas a dejar de ganar dinero’. Y a mí no me importaba nada en la vida. O sea, llegué a un punto en que no me importaba nada, ni la plata ni la carrera. Quería simplemente estar en casa. Y en ese momento mucha gente no hablaba de esto. Era muy raro.
Hace como siete años fui a un Persona del Año, y la academia americana del Grammy comenzó a dar un discurso donde decían lo que hacían con los fondos que recogían. Me impresionó mucho, porque con eso tratan a los músicos. La depresión, el alcoholismo, la drogadicción, porque es un mundo súper difícil. Pasas de tener mucho éxtasis, mucha alegría, a estar en total soledad. De un momento para otro subes y después bajas, constantemente. Eso también hace daño. Uno no se puede abstraer de la realidad. Yo agradezco mucho que este sea un tema más abierto hoy, que toda la gente pueda hablarlo. Y realmente verbalizarlo es una manera de sanarlo poco a poco. Primero con tu familia, después con tus amigos o con quien quieras. Pero expresar lo que sientes es súper importante en estos temas, porque uno no se puede guardar todo. Se convierte esto en un veneno que al final termina haciendo mucho daño.
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