Columna de Daniela Lagos: La Luz que No Puedes Ver, una producción decepcionante

La luz que no puedes ver Netflix

El resultado de esta apuesta de Netflix es una historia que se siente de otra época, de cuando las series eran el pariente tonto del cine, y había que entregar a sus espectadores historias ya masticadas y sin nada para pensar.



La mesa estaba servida para que viniera un gran éxito, con una miniserie de alto presupuesto, ambientada durante la Segunda Guerra Mundial, basada en una novela exitosa tanto en ventas como en crítica, con un par de actores de renombre en el elenco y con un productor de Stranger Things y el creador de Peaky Blinders detrás de escena.

Debería haber sido un golazo de Netflix, y de alguna forma resultó en una serie sosa, de personajes sin ningún tipo de matices y que será rápidamente olvidada por quien la vea.

La historia ocurre en el año 1944 en Saint-Malo, una pequeña comuna en la costa francesa. Los nazis tienen el pueblo ocupado y no dejan salir a nadie, a pesar de que las tropas estadounidenses les están ganando la batalla y bombardeando a diario. En este contexto, dos jóvenes conectados por su amor por un programa radial están en lados opuestos de la batalla.

La luz que no puedes ver Netflix

Por un lado aparece Marie-Laure LeBlanc, una chica ciega que contra viento y marea enciende todos los días un aparato para transmitir radio, le envía mensajes a su papá y su tío (Mark Ruffalo y Hugh Laurie), a quienes no ve hace semanas, y lee extractos de novelas.

Por el otro está Werner Pfennig, un joven alemán, amante y prodigio de los aparatos radiales que fue reclutado contra su voluntad y se le da la misión de encontrar a la chica que hace las transmisiones.

La miniserie de cuatro episodios sin duda tiene una buena calidad de producción, pero lo cierto es que no suma muchos más puntos buenos. El ritmo, el avance de la historia y una buena parte de las actuaciones son mediocres, pero donde más se cae es en una casi increíble falta de dimensionalidad de sus personajes. Los buenos son casi sacados de una película de Disney, mientras los villanos son en todo momento una caricatura de la crueldad y la maldad absoluta.

La luz que no puedes ver Netflix

El resultado es una historia que se siente de otra época, de cuando las series eran el pariente tonto del cine, y había que entregar a sus espectadores historias ya masticadas y sin nada para pensar.

Mientras, la trama avanza de manera torpe, con largos monólogos que sirven de explicación para seguir adelante. Sin duda una historia con mucho potencial que se quedó finalmente sólo en eso.

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