Con su habitual sección de improvisación arrancó la primera de las dos noches de Red Hot Chili Peppers en Movistar Arena (la segunda está agendada para el 21 de noviembre). El grupo salió a tocar apenas pasadas las 21.00 horas, ante una fanaticada adulta y en su mayoría sub 40, que les brindó una auspiciosa bienvenida. Acaso para marcar el reencuentro del grupo con su formación más clásica que incluye al guitarrista John Frusciante.
Los RHCP llegan a Chile en el marco del tramo latino (el leg, como le llaman en EE.UU.) de su gira mundial Global Stadium Tour. La vista a la región comenzó a fines de octubre y desde entonces se presentaron en San José de Costa Rica; Río de Janeiro, Brasília, Sāo Paulo, Curitiba y Porto Alegre, en Brasil. Luego de sus shows en el país, la banda volará hasta Argentina donde se presentará en el Monumental de River, el mismo recinto que albergó los recientes shows de Taylor Swift.
Luego de la jam inicial, vino el arranque del repertorio apelando a canciones clásicas; pasó Around the World, uno de los cortes clásicos del álbum Californication. Le siguió The Zephyr Song, de By the way y Dani California, de Stadium Arcadium, precedida por un efectivo solo de batería, de Chad Smith. Hasta ese momento, los Chili Peppers despejaban las dudas sobre su fluctuante rendimiento en directo; sonaban compenetrados, con el siempre enérgico Flea en el bajo eléctrico y un Anthony Keidis cumpliendo pese a su habitual estilo parco. De hecho, chapurreteó algo de castellano en un tropezado diálogo con Flea.
Pero los aplausos más sonoros los concentró Frusciante. La ovación fue clara al ejecutar sus solos de guitarra y cantar en algunas partes, como la sección C de Dani California. Su presencia era la gran novedad. Esta alineación clásica de los Chili Peppers no había tocado en Chile desde 2002 y claramente, la presencia de Frusciante le imprime vitalidad al grupo. De hecho, en un momento el público lo vitoreó: “Joohn, Frusciante, Jooohn Frusciante”. Pero a él, concentrando en afinar la guitarra, no se le movió ni un músculo.
El músico se reincorporó a los RHCP en diciembre de 2019, pero pandemia mediante, no se había podido volver a verlo de gira junto a Chad Smith, Flea y Anthony Kiedis. De hecho, el primer show de la gira mundial, en junio de 2022, marcó el arranque del primer tour del grupo con Frusciante, desde el Stadium Arcadium World Tour 2006-2007.
Y como suele ocurrir en los shows de los Chili Peppers, Frusciante tiene su momento en solitario, en que suele interpretar canciones del repertorio popular de su gusto. En esta gira ha manejado un par en los sets, entre estas Terrapin, original de Syd Barret (canción que abre su legendario álbum solista The Madcap Laughs, tras su salida de Pink Floyd consumido por sus problemas mentales), que interpretó esta noche en Movistar junto a su guitarra Gretsch. Una estudiada pausa en el energético arranque del show.
Con un despliegue escénico sólo acotado a su equipo y unas visuales de colores fuertes y filtros, el show de los RHCP alterna las canciones con momentos de improvisación. Además, el set incluyó cuatro canciones de sus últimos dos discos, Unlimited Love y Return of the dream canteen, que de alguna forma intentan recrear esa química primaria del grupo. Fue ocasión para escuchar en directo parte de ese nuevo material, seguido con respeto por la audiencia.
“Olé, olé, olé, Santiagooo”, soltó el siempre carismático Flea al colgarse del grito del respetable que celebraba al grupo, pasada la primera media hora de show y justo antes de despachar la clásica Soul to squeeze. No olvidan algunos de sus trucos clásicos, como vincular trozos de otras canciones; lo hacen con la clásica London Calling de The Clash al tocar Right on time.
Hacia el tramo final sonaron temas como Suck my Kiss, Californication, con su habitual jam. Salvo las intervenciones puntuales, la banda no parece apurado por comunicarse con el respetable. Más bien, eso queda para el repertorio.
En su regreso a la banda, John Frusciante demuestra que su presencia es clave. No solo por su aporte como guitarrista, suficientemente sustancioso, sino que de alguna forma su presencia completa al grupo y hace más contundente su actuación de directo. Engarza su descomunal talento a esa incontenible sección rítmica de Flea/Chad Smith, lo que acaba por definir el sonido de los Chili Peppers. De allí que su show fue contundente y a tono con las expectativas que generaba en la previa. El paso por Latinoamérica encuentra al cuarteto en buena forma, pese a llevar algo más de un año en gira. Por ello, su reencuentro con Chile dejó buenas sensaciones.