Matrimonio e intimidad

“Odio ver sufrir a María Pilar. ¿O es que odio -por sentimiento de culpa– hacerla sufrir? Puede ser. Quizás una mezcla de las dos cosas. Pero quisiera que María Pilar no sufriera. Quisiera yo también no sufrir, y cuando tengo esos sentimientos de culpa por hacerla sufrir tengo que recordar cuando ella me hace sufrir a mí, como el fin del viaje a Italia, por ejemplo, y saber que nuestro “hacernos sufrir” es mutuo, recíproco, porque como todas las parejas, estamos jodidos juntos y estamos jodidos no juntos, y el matrimonio es una peste, y la soledad es una peste... y la vida una buena mierda” (Calaceite, 23/05/1973).

“Casi todas las noches sueño sueños homosexuales. Supongo que será la represión total de mi lado homosexual lo que lo produce. Hoy desperté con miedo. ¿Y si esto se pone peor y peor? ¿Qué haré? ¿Qué me pasará? El terror -como cuando mis terribles sueños paranoicos durante el año que siguió a la operación– de quedar prisionero dentro del sueño, que no pueda salir. El terror, por otra parte, a la realidad: aumentará mi edad, mi resistencia bajará, y me pregunto cuáles horribles experiencias homosexuales me reserva mi vejez, dentro de 10, de 20 años (...), y Pilarcita, de 16, de 26 años tendrá que soportar un padre viejo, vicioso, sucio, descontrolado” (19/06/1973).

“Estoy harto con los histerismos matinales de María Pilar. Son apocalípticos, claustrofóbicos y totalmente castradores. Creo que mucho tiene que ver nuestra posición de aislamiento en Calaceite, de mutua dependencia llevada al extremo en que la vivimos” (19/12/1973).

José Donoso y su esposa, María Pilar Serrano.

“Hace tres o cuatro días que nosotros, y nosotros con respecto a Pilarcita, y en consecuencia Pilarcita, estamos francamente bien y tranquilos, amándonos mucho, la niña contenta, María Pilar tranquila, etc. ¡Siempre pudiera ser así nuestra vida!” ( 31/01/1974).

“El dolor, como en todo, está en el horror del futuro: que todo esto, que por el momento es controlable, se monstruosifique: que yo quede castrado de inactividad y debilidad, que la niña se transforme en una rebelde con mala identificación con la madre y con el padre, que María Pilar se transforme en una vieja inactiva, mentirosa y borracha como su madre (...). Todo muy O’Neill” ( 07/02/1974).

“Lo tremendo es el MIEDO que siento ante las borracheras de mi mujer. El miedo que me hace odiarla, liberarme de ella. Pero aunque esto pueda parecer tongo, o que soy yo el que me estoy contando el cuento, o que es dorar lo sórdido, realmente mi preocupación y mi desesperación es Pilarcita. No puedo quitarme la preocupación de lo que será de ella. ¿Qué será su destino? ¿Cuánto la dañaremos?” (15/11/1974).

“Hay un 0,9999% o menos de mí que desea la muerte de María Pilar para ser libre, como desea también la muerte de Pilarcita y de todo lo que me “ata”. Pero sin ese deseo de libertad… es decir, ese deseo de libertad aun a costa de la muerte del ser que nos “ata”, indica que, en realidad, estamos atados, que hay una ligazón, una dependencia (...). Realmente, y más allá del amor y el compañerismo y la blended monotony [monotonía mezclada] y la intimidad, no sé qué haría sin María Pilar y sin la niña: quedaría perdido” (21/11/74).

“Al despedirnos, arriba, al ponernos los abrigos y despedirnos, Elliott [Anderson] me besó en la boca y yo respondí, no sin antes haber llamado a Teresa (encantadora secretaria de Elliott y con quien él seguramente tiene amores) para unirse a nosotros en un beso trilateral. Nos veremos los tres en Nueva York” (Madison, 16/04/75).

José Donoso, María Pilar Serrano y sus perros. / FONDO HISTORICO - CDI COPESA

“Noche maravillosa: por primera vez, quizás, en 20 años: in bed with 25 year old student. Sexually incomplete, as I am always with men, but satisfying enough. Beautiful, charming, tender [en la cama con estudiante de 25 años. Sexualmente incompleta, como siempre lo soy con los hombres, pero bastante satisfactoria. Bella, encantadora, tierna]: Carlos Rodríguez 526 Witte Hall, Madison Wisconsin. Quizás tendré que esperar 20 años más para que vuelva a ocurrir” (Madison, 20/04/75).

“Ayer aniversario de boda. Pésimo con María Pilar. Me dijo: “Si no soy un objeto erótico, no quiero ser un escaparate”. ¿Qué diablos más va a ser ella? ¿Qué más puede ser ella? ¿Sabe cómo ser? La odio. Su egocentrismo. Sus demandas. Su falta de placer” (Sitges, 14/10, 1976).

“Se inicia mi separación amistosa de María Pilar. Ella y la niña vienen los fines de semana. Hace una semana que estoy aquí. Vinieron el fin de semana e introdujeron la zozobra. La relación entre ellas es pésima. They have to work it out [Ellas tienen que resolverlo], ahora. Y María Pilar must grow up [debe crecer]” (Calaceite, 21/03/ 1977) .

“¿Por qué no tener un amor con Víctor Argote? ¿Pensarlo en Madrid, por ejemplo: cuando nos traslademos a vivir allá? ¡Qué pereza!” (26/04/ 1978 ).

“María Pilar es alcohólica. Tengo terror de mi futuro y sobre todo del futuro de mi hija. Pero supongo que, if worst came to worst, I can leave her? Or no. I don’t know. Yet, became I write, I’m happy and a strong man [si lo peor llegara a ser peor, ¿puedo dejarla? O no. No sé. Sin embargo, cuando escribo, soy feliz y un hombre fuerte ]: tal es la fuerza de las palabras” (5/09/ 1980).

Su hija Pilar

“A veces pienso que la adopción fue the worst mistake anybody ever made [el peor error que alguien haya cometido]. Pero otras veces pienso lo contrario: que hubiera sido imposible nuestra vida, terriblemente solitaria, sin la niña. En fin” (Santander, 12/09/ 1969).

“El poder que tiene sobre mí –sobre nosotros– Pilarcita! ¡Lo vulnerable a ella que soy! Mi inseguridad frente a ella, mi deseo de ser amado y amarla, su poder para transformarlo todo –¡a los cinco años y 10 meses!– y hacer amargo o delicioso un día, una semana, porque comió bien o no comió, por cualquiera tontera (...).

“A veces sueño con la destrucción de Pilarcita. Con su eliminación. Me cargo de culpa. Pero creo que es el fruto de un exceso de cariño, y de dependencia: a veces quisiera matarla, o que muriera, porque si no muere voy a morir yo, y vamos a odiarnos. Pero cualquier cosa suya deshace esa fantasía, su presencia misma, su risa” (Calaceite, 6/06/1973).

José Donoso y su hija Pilar.

“El deleite de mi hija. De repente siento que todo es perfecto, porque es estupenda. Vital y alegre, cariñosa, equilibrada, obediente y que, sin embargo, hace lo que quiere, apegada sin ser dulzona ni –creo– dependiente, y total y absolutamente adorable” (15/11, 1973).

“Ella es como una linternita, como un radar o una rama muy sensible que tengo clavada en mi carne, y que prolonga mi propio sufrimiento y mi inseguridad más allá de mi propia muerte” (10/01/ 1974).

“Pilarcita será hija, y tendrá que apechugar, con una madre alcohólica y un padre homosexual. Es mucho, además del problema de identidad que se le planteará cuando sepa que es adoptada. Es verdad que no soy un homosexual “practicante” (tres veces al año, más o menos, voy a un baño turco donde anónimamente y animalmente poseo y me entrego a todos: con eso, y a veces menos, me basta), tal como ella no es una “alcohólica practicante”, ya que jamás se la ve borracha, bebe poquísimo, pero compulsivamente. Pero, por desgracia, creo que el futuro encierra la ignominia de la borrachera para mi mujer, y la ignominia paralela y semejante de los apuros, las conjeturas, las cárceles, el chantaje, que son el destino de los maricones viejos y vergonzantes” (15/11/1974).

Pilar Donoso. / FONDO HISTORICO - CDI COPESA

“Creo que si hoy me preguntaran, tendría que contestar que en todo el mundo es solo mi hija lo que me importa. Lo demás es mierda. A ella tengo que salvarla, cueste lo que cueste” (19/11/74).

Trabajo literario

“Estoy completamente deprimido con la idea total del Pájaro. Creo que me estoy pegando a algo inmenso, sin pies ni cabeza, que no voy a poder terminar nunca porque no sé lo que es” (Iowa, 2/02/1966)

“Estoy aterrorizado y no veo las horas de salir de este atolladero INFERNAL en que me encuentro metido sin salida de ninguna clase ni para ningún lado. Estoy TRANCADO. Las 10 páginas [de El pájaro... ] que hice hoy son PÉSIMAS y sin vuelta” (Son Donaire, 20 /02/ 1968).

Los diarios de Donoso son un acceso privilegiado a la intimidad de su trabajo y de su mundo privado.

“De vuelta del infierno me encuentro en otro infierno: la operación de úlcera, mis 12 días de locura, mis dos semanas de convalecencia, y llego a Puerto de Pollensa, débil y totalmente incapaz de dormir anoche, concilié el sueño, no sé cómo, alrededor de las 2 ½ de la mañana, sin tomar pastillas de ninguna clase por miedo a que me dañaran el estómago (...).

Pero me aterra haber caído prisionero de otro círculo, distinto al círculo alucinado de los bebedores de sangre, pero no tan distinto a los drugs adicts [adictos a las drogas]. Me pregunto si todo esto se debe al uso prolongado e intenso de la morfina, que me dieron en dosis inmensas durante por lo menos una semana –antes y después de la operación” (Pto. de Pollensa, 22/02/1969).

“Veo el fin total muy cerca: dos meses. Y luego, la libertad y la locura total y no saber QUÉ HACER. Pero, en este momento, siento una dicha enorme, porque esta vez, al fin es verdadero, y desembarazarme significará totalmente una nueva vida después de siete años de esclavitud increíble” (Guarnizo, Santander, 07/09/1969).

“Para Casa de campo: delimitar las tres áreas: los niños (con los cuales me identifico), los nativos, que sería la clase baja, y los mayores, que serían los enemigos y los poderosos” (Calaceite, 3/10/1973).

“Hoy me escribió Michael Wood, mandándome el artículo sobre el Pájaro que saldrá en el N[ew] Y[ork] Review [of Books]. Muy espectacular, aunque el artículo es parcial. Estoy contento. Y bastante estimulado para hacer Casa de campo, terminarla cuanto antes, y mandársela” (23/11/1973).

Guggenheim money no llega. Inseguridad frente al futuro, ahora que no hay Chile y que la niña crece” (22/1/1974).

“Matilde [Urrutia], dura, bella, rechazante, excluyente: yo soy burgués y por lo tanto soy “excluido”, out communits the communits [fuera de las comunidades comunistas], y para qué decir que carece de la complejidad que hacía del comunismo de Neruda algo tan bello y tan aceptable. Cariñosa pero oficial. Recordó con ternura mi figura en la Isla Negra, escribiendo Coronación frente al mar, en la casa de los pescadores, en un cuarto lleno de sacos de papas, y con una vela o un chonchón. Yo mismo me enternecí con ese recuerdo. Pero no me enterneció –porque ella misma mostró tan poco enternecimiento– su versión de la muerte de Pablo, ni del Golpe, ni de las monstruosidades que están sucediendo en Chile. Frío. A ella no le pasó nada por dentro” (31/01/1974).

Donoso estaba obsesionado con el reconocimiento a su obra.

“Tengo que recordar que siempre los finales de mis novelas me han “costado” mucho: hemorragia antes del último capítulo de Este domingo, rehusar absolutamente y paso de seis meses antes de terminar Coronación, operación antes del Pájaro, y si no inmediatamente antes, los capítulos finales han sido confusos, y sin aliento, casi tan difíciles como los comienzos, agregándole a esto un desgano” (14/03/1974).

“También me tiraniza el problema económico. Me he vuelto ácido, avaro como Rimbaud, y quiero hacer MUCHO dinero mientras estoy aquí” (Princeton, 26/05/1975).

“No tengo que pensar en enseñar hasta tener 55 años. Lo que significa que debo estar produciendo mucho, mucho en los próximos cuatro años. Pilarcita tendrá 12-13, entrando a lo que, sin duda, será una truculenta adolescencia: 1980. Para entonces, debo tener una cuantiosa obra detrás de mí, y ser ya uno de los pilares literarios de América Latina. EL que fue siempre escritor y nunca otra cosa (Fuentes, ambición de poder; Cortázar, García Márquez aprovechados de la política izquierdista; Vargas, mártir de sí mismo y su locura). Yo, en estos cuatro años de paz económica, debo consolidarme definitivamente, y mundialmente, como escritor” (Sitges, 02/1976).

“Me faltan 100 páginas sobre un total de 600. ¡Fantástico! Para financiar lo que me queda voy a vender mis MS [manuscritos] a la Universidad de Iowa, siempre que me ofrezcan algo más de lo que me ofrecieron en esa primera carta. Ponte, 10 mil dólares. Significa mucha paz económica” (Calaceite, 24 /05/1978).

“En fin, mi suerte económica está en manos de Carmen [Balcells] . Que Dios nos proteja. A veces me dan ganas de dejarlo todo –la literatura– y tomar un trabajo con horario y con sueldo y que no me comprometa en absoluto” (Sitges, 20/08/1976).

“Tengo, algún día, que escribir aquí sobre la muerte de mi madre en Chile, and try to come to terror with [y tratar de llegar al terror con]. Qué significado tiene. Por qué ha sido tan increíblemente seco mi espíritu respecto de ese horrible hecho, que presagia, más que ninguna otra –ciertamente más que la de mi padre– mi propia muerte, y en quien yo sé que tanto de mí se ha muerto un poco. ¿Por qué la falta de emoción?” (Calaceite, 18/09/1976).

José Donoso en su estudio en Chile, en los 90.

“Y me ha entrado –hoy más que nunca– un terror a propósito de las represalias que la Junta Militar puede tomar conmigo. ¿Muerte? ¿Asesinato? ¿Chantaje, descubriendo públicamente mi pasado? ¿Mis vergüenzas juveniles y no tan juveniles? No son vergüenzas para mí. Pero expuestas, lo son. Y para los ojos de la familia, de lo que queda de ella, los que son todavía mis adeptos, para mis suegros especialmente, puede constituir una traición tan insoportable que quizás tengan que abandonar Chile. Si no hay represalias en forma de chantaje, tengo que enfrentarme con que mi suegro casi con seguridad me desheredará” (31/03/1977).

“¡Qué ganas de terminar de una vez! ¡Qué ganas de reintegrarme a la vida! Pero tiene que ser dejando a María Pilar, separándome de ella: lo malo es que eso significa separarme también de Pilarcita, a quien no puedo dejar en sus manos, y a quien no puedo dejar de ver” (6/06/ 1978).

“Terminé CASA. Lo están copiando a máquina. Entrego el lunes. No quiero pensar más” (Sitges, 06/07/1978).

“Las cosas y el tiempo avanzan. Se aproxima la partida. La casa está vacía (foto mía en El País, anteayer). La novela se llamará EL JARDÍN DEL VECINO o EL JARDÍN DEL LADO” (Madrid, 28/07/1980).

“Fin. Creo que muy bien. Fin de la sorprendente El jardín de al lado. 230 páginas. Estoy muy contento. ¡Qué verano, Dios mío!” (Calaceite, 8 de septiembre, 1980).

El boom

“Acabo de terminar de leer Cambio de piel, de Carlos Fuentes, y me siento alborozado y sorprendido, asqueado y rabioso (...). Más que nada, siento envidia por la labia y la inteligencia de Fuentes. Y la pena de tener que conformarme con ser solo José Donoso” (Donaire, 14/01/1968).

“Carlos con foto, apareció en Time y la envidia me corroe y me mina. Me alegro por él pero me da envidia, frivolidad pero qué se le va a hacer. A ver si resulta un estímulo y no un drawback [inconveniente]” (Donaire, 29/01/1968).

“Jamás escribir como Sabato” (Guarnizo, Santander, 12/09/1969).

Con Carmen Balcells, Gabriel García Márquez, Jorge Edwards y José Donoso en Barcelona.

“En lo que se refiere a Vargas, tengo una curiosa sensación de que “no lo respeto como ser humano”. No me gusta. Su pretendido “oficialismo”, embajador del “boom” ante el “boom”, su falta total de imaginación, su total falta de libertad, su no entregarse a nada emocionalmente, su no descubrirse, la perfección de sus posiciones, su falta total de humanidad –puede tenerla para “comprender” a otros, ciertamente no la tiene en su relación propia con nadie que yo conozca–, su frialdad, el acontecimiento de su tan comentada “simpatía”, su aislamiento, su posición con Patricia de familia real de la literatura hispanoamericana, todo esto lo hace, para quien pueda y quiera verlo, bastante ridículo. Y bastante repulsivo (...).

García Márquez, sin embargo, es distinto. Tiene más fuerza. Es más persona. Su engreimiento es igual al de Vargas, pero toma otra forma: el niño mimado, la vedette que rechaza o acepta lo que se le antoja en su vida, sin consultarlo con nadie” (Calaceite, 21/05/1973).

“¿Qué siento hoy respecto a la importancia que le están dando al libro de Mario Vargas y la falta de importancia que le dan al mío? Envidia. Odio. Pero, curiosamente, no me siento culpable de estos sentimientos “negativos”. Los asumo, y les doy una mayor y más amplia resonancia. (...) Su falta de humor, de ironía, de imaginación, me molesta: pero lo admiro, and I learn from him [aprendo de él]” (01/06/1973).

“Lectura completa del libro de Jorge Edwards [Persona non grata]. Buenísimo: muy EDUCATIVO. Sobre todo, que el único ser libre es el capaz de ver ambos lados de la cuestión y, a veces, sabiendo que lo hace, sacrificar esa libertad” (Calaceite, 15/02/1974).

“Pero Gabo es superficial, fuego de artificio, gran bombo, tropical… y siendo o pudiendo ser humano, no lo es, ha elegido no serlo. Pero claro, tampoco lo es Cortázar ni Vargas Llosa ni Carlos Fuentes: por eso son, me imagino, lo que son (fuera de sus enormes talentos). Jorge Edwards, aunque en cierto sentido es “caballero de club”, es humano. ¿Pero quiere poder? Quizás no. Quiere ser lo que seguramente jamás va a poder ser: novelista puro. Quizás por ese menguado, aunque respetable talento, no instrumentalice la literatura, como los otros, para llegar a otra cosa. Quizás sea también mi problema, y nunca logre ser realmente grande porque no veo la novela como un instrumento para nada...

“Nadie se ha pasado tanto de moda como Carlos Fuentes, nadie de nosotros ha hecho una literatura más vistosa y más perecedera” (Calaceite, 11/03/74).

“Jorge Edwards transformado en caballero latero del Club de la Unión, que lo sabe todo, irónico, encantador, lleno de anécdotas (no existe en otro plano), demasiado un mundo chileno que yo no tolero. Sin embargo… la otra noche, en Barcelona, a mi llegada, hablamos hasta las 3 ½ de la mañana sobre todo lo que se puede hablar” (Sitges, 09/11/1975).

“Esta mañana, temprano, Jorge Edwards llamó para dar la noticia y chafadear sobre pugilato García Márquez-Vargas Llosa en México. Terrible. Inexplicable. ¿Cómo puede ser tan grande el odio? ¿Después de haberse querido y admirado tanto? ¿Y Patricia? ¿No es la mujercita latinoamericanita sumisa y se acostó con el Gabo? ¿Qué diablos pasa? De alguna manera esto termina definitivamente el “boom”. ¿Es tan víctima Mario? ¿Es tan canalla Gabo? A mí en realidad no me gustan, como seres humanos, ninguno de los dos. Los dos son fríos. Sin ternura ni pasión, pese a los puñetes. Sin lo que la Inés Figueroa llamaba “el rinconcito para el misterio”. Una consideración frívola tal vez, pero indica tanto sobre la gente” (Sitges, 12/02/76).

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