Otro salpicado por el caso lío de platas: Alberto Larraín y ProCultura no le pagaron mural a pintor Mario Toral

Mario Toral wsp
El pintor Mario Toral es salpicado por el caso Convenios: Alberto Larraín no le pagó mural

El destacado artista nacional fue contactado por la fundación para realizar un colosal mural en Lota, que reflejara la historia de la localidad. Pero la entidad cerró debido a los coletazos del caso y Toral asegura que solo se le alcanzó a pagar una cuota del trabajo. Sin embargo, desde la entidad señalan que se le pagó "lo convenido por contrato". No es la primera vez que el pintor pasa por una situación difícil: en 2016 fue víctima de la estafa de Alberto Chang.


Baldomero Lillo escribió de ella en su inmortal libro Sub-terra. La ciudad de Lota, región del Biobío, zona carbonífera por excelencia y cuyas historias de sacrificio retrató en cuentos como Juan Fariña, El chiflón del diablo y La compuerta número 12. Ese pasado es el que se le pidió al destacado pintor nacional Mario Toral (89) que inmortalizara en un mural.

Toral es uno de los nombres insignes de las artes visuales chilenas, y uno de los artistas vivos más trascendentes, junto con otros como Guillermo Núñez, Alejandro “Mono” González, Carmen Aldunate, Paz Errázuriz o Cecilia Vicuña. Hoy, sus grabados pueden encontrarse en los principales sitios de venta de obras de arte y su historia ha estado vinculada a la de otros íconos como Pablo Neruda.

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Pero volvamos al mural. Fue la Fundación ProCultura, liderada por el psiquiatra Alberto Larraín -cercano al Frente Amplio- la que le encargó en 2022 una obra titulada La historia de Lota, que estaría instalada en una nueva etapa del Museo del Carbón de Lota, tal como revela la última edición de la revista Velvet. La monumental pintura estaría compuesta por 5 cuadros de 2 metros de largo por 3 metros de alto cada uno.

De hecho, ya en su cuenta de X (antes conocido como Twitter), Larraín daba cuenta de los avances del proyecto y cómo él mismo había contactado a Toral para materializar la obra. El 16 de marzo del año pasado posteó: “Hoy con Ilonka Csillag visitamos al artista nacional Mario Toral quien esta haciendo un mural para Lota por encargo de Fundación ProCultura. Lota Capital Patrimonial y Cultural del Biobío futuro patrimonio de la humanidad. La alegría de llevar arte de calidad a todo Chile”.

El 12 de mayo volvió a postear y ya se veía un mayor avance. “Sigue avanzando Mario Toral en lo que será su primer mural fuera de la Región Metropolitana, el mural que cuenta la historia del carbón y que llevaremos a la capital cultural y patrimonial del Biobío: Lota. Mire la belleza…”.

Sin embargo, la trama tomó otro cariz. Por efecto del lío de platas, la Fundación ProCultura debió cerrar -sucedió en noviembre pasado, siendo investigada en cinco regiones por convenios que suman más de $3 mil millones- y Mario Toral nunca más supo del proyecto y de la inversión. Se quedó con las manos vacías y los cuadros avanzados. El mural debía ser pagado en cuotas, de las cuales el artista solo alcanzó a recibir la primera. Consultado por la misma revista Velvet, Toral comentó que el mural “no está terminado. Y un cuadro sin terminar no tiene valor”.

Por ello, declaró su intención al respecto: “No está firmado. Así que hoy es cosa de abogados. Si el cuadro no se paga, no es de nadie. Lo único que a mí se me ocurre es cuando se calmen las cosas, yo lo terminaría gratuitamente y lo donaría a la Fundación Alas y Raíces, que a su vez se lo entregaría a la ciudad de Lota. Pero no es un cuadro que puedas poner en cualquier parte. Los murales sólo existen si hay un muro, que iba a ser parte de la ampliación del museo donde se iba a instalar”.

En la misma charla, Toral comentó que Larraín no se ha puesto en contacto con él para saber qué pasará con el mural. “Yo creo ni debe tener teléfono...Con todos los problemas que tiene. Igual es triste para la ciudad de Lota. Ya están protestando porque el pueblo espera esta obra”.

“No quisiera estar en el pellejo de Alberto Larraín. Cerró la fundación, quedó enredada en el caso Convenios y es como el símbolo de eso. Si yo fuera él, no dormiría”, añade.

Contactado por Culto, el artista confirmó la historia, pero declinó hacer más declaraciones. Por lo demás, el mural La historia de Lota está acogida a la ley de Donaciones Culturales, habiendo ya recaudado $100 millones.

Por su parte, desde ProCultura respondieron la consulta de Culto, y aseguran que los hechos fueron de otra forma. Así lo comenta a este medio Susana Borzutzky, abogada de la entidad: “Mario Toral y ProCultura han colaborado durante años, es indiscutiblemente un tremendo artista nacional. Su trabajo en el mural histórico de Lota es impecable y el aporte a nuestra cultura innegable. Se le pagó lo convenido por contrato y fue un orgullo trabajar con uno de los artistas más reconocidos de nuestro país”.

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Como una nube negra mal pintada colgando sobre sus pasos, Mario Toral le ha visto antes el rostro a la mala fortuna. En 2016, se enteró de que estaba entre las víctimas de la estafa de Alberto Chang. Sus ahorros de cuatro millones de dólares (unos 3.478.360.000 de pesos) se habían ido como el agua entre los dedos.

Toral se asesoró por su amigo abogado Manuel José Vial, quien junto al grupo Vial Serrano inició las acciones legales. En 2018 interpusieron una querella, donde indicaban que el artista había perdido más de cuatro millones de dólares, suma que aumentaría hasta cinco millones considerando los intereses recaudados durante estos años.

“Sólo me complicaba pensar que iba a tener que trabajar más para juntar algo de lo que tenía para la Fundación”, recordó a este medio, en 2019. “(Mis amigos) me decían: ‘Mario, perdiste cuatro millones de dólares, ¿no pensaste en suicidarte?’, y yo les decía: ‘No me importó, ¡créanlo!, es sólo plata’”.

Memoria en el Metro

No es la primera vez que Toral realiza un mural con destino público y con enfoque en la memoria. Trabajado entre 1993 y 1999, el artista realizó Memoria visual de una nación por encargo del Metro de Santiago para ser instalado en la estación Universidad de Chile, de la Línea 1.

“Investigué dos años, viajando por el país, leyendo y entrevistando a historiadores, poetas y representantes de nuestros pueblos originarios. Después de eso, entre 1995 y 1998, trabajé en los talleres de Neptuno, donde se construyó una estructura metálica que replicaba a la estación de la Universidad de Chile y los 1.200 metros cuadrados que iba a pintar”, comentó Toral en 2013.

La obra está dividida en dos partes: Pasado y Presente. Por un lado, los paneles del Pasado fueron inaugurados el 25 de mayo de 1996, y al menos en esa etapa, Toral contó con la ayuda de los también pintores Boris Parra, Manuel Pérez y Francisca Toral. Posteriormente, Presente se inauguró el 12 de junio de 1999 y participaron Boris Parra, Manuel Pérez, Gloria Fierro y Mario Paublo.

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“Mi propósito con esta obra es que nuestro país entre en el mundo moderno sin perder su identidad y su propia mirada. Que también escuchemos en medio de las voces internacionales, a las voces más silenciosas de nuestras tradiciones, de nuestros mitos y leyendas y de la idiosincrasia de nuestro pueblo”, señaló Toral en 1996.

Pasado se ubica en el sector oriente de la estación (en el andén hacia San Pablo), y tiene tres sectores distinguibles: La Conquista, Antiguos pobladores y El Encuentro. En tanto, Presente, en el costado poniente (en el andén hacia Los Dominicos), se conforma por Los Conflictos, Tributo a nuestro océano y Homenaje a la poesía. Curiosamente, en el panel de Los conflictos -y como un simple giro del destino- hay una parte en que Toral le hizo un guiño a Lota. Vida y muerte en las minas de carbón, se llamó. Esa vez sí pudo ser.

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