La Inteligencia Artificial, según los escritores y escritoras
Ha sido el gran tema del último año y en el mundo editorial no han quedado indiferentes. Culto reunió las miradas de un grupo variopinto y paritario de diez autores y autoras quienes reflexionan sobre los efectos de esta tecnología, y cómo afectaría a la literatura. Para unos, es una noticia “grave” porque afectaría la creación autoral. Otros, ponen el acento en ver cómo evoluciona y que no creen posible que logre escribir como un humano.
Diamela Eltit, escritora chilena
“Experimentamos un momento tecnológico intensificado que podría alterar el funcionamiento social tal como lo conocemos y conducirnos a nuevas formas productivas y hasta reproductivas que todavía son inciertas y ciertas a la vez. La inteligencia artificial en su etapa todavía iniciática, augura su intervención en todos los campos del saber mediante una multiplicidad de dispositivos. Se abre una compuerta hacia nuevas formas de poder que van a modificar las funciones productivas y laborales de manera consistente. Ya se habla de capitalismo en línea. Desde luego la literatura, como todas las producciones artísticas no quedará exenta de ser producida por esta inteligencia. En cierto modo ya se puede hablar de la muerte autoral tal como la conocemos. Pero se seguirá escribiendo de manera artesanal como lo hacemos y habrá que examinar cómo van a coexistir las múltiples e inesperadas escrituras que se avecinan producidas desde los ejes tecnológicos”.
Ken Follett, escritor británico
“Tengo chat bots en mi computadora y le pedí que escribiera un capítulo de una novela al estilo de Ken Follett. Y fue muy interesante de leer: terriblemente malo. Estaba muy mal escrito, lleno de clichés. Y, por supuesto, eso me alegró mucho porque significa que puedo escribir mejor que la Inteligencia Artificial. No creo que pueda hacerse cargo del trabajo creativo, porque las personas creativas comienzan haciendo algo que los lectores, los oyentes o el teatro esperan. Hacemos lo que ellos esperan por un tiempo y luego hacemos algo diferente. Y esas sorpresas, esas cosas que no esperas son las mejores de la historia, de la sinfonía o de la canción pop. Y creo que puedes enseñarle las reglas a la IA, pero no veo cómo puedes enseñarle a la IA a romper las reglas”.
Mariana Enríquez, escritora argentina
“A una máquina no se le muere un hijo, no se enamora y no sueña, por ahora. No es hipocondríaca, no tiene fobia, no se deprime, no le pasa absolutamente nada. A mí me pasa que ver arte producido por un artefacto -aunque sea muy parecido al arte que termina produciendo una persona que le pasan esas cosas- que no tiene ninguna de estas variables que problematizan y hacen compleja a una persona, no me interesa. Hay un tema ahí que va a estar en los años que se vienen, ¿vamos a ser capaces de darnos cuenta si la producción de la IA tiene esta complejidad y singularidad humana? o ,¿vamos a adquirir una especie de séptimo sentido para ver si lo percibimos o no? Hoy no podemos darnos cuenta, pero quizás en el futuro sí”.
Benjamín Labatut, escritor chileno
“En este momento, parece que cualquier cosa fuera posible para esa tecnología, que el fin del mundo ha llegado y que a los seres humanos no les quedará espacio. Veo todo eso como una posibilidad muy remota, aunque es algo que debe ser considerado, por supuesto. Sin embargo, esas fantasías pasan por alto los aspectos que considero más importantes con respecto a la inteligencia artificial: si llegase a pensar, tendrá puntos ciegos; si logra ser creativa, tendrá límites, porque los límites son fecundos; si es capaz de imitar nuestra capacidad de razonamiento, puede que necesite (o desarrolle) nuestro talento para la locura. Y si carece de comprensión, si no se preocupa por la belleza y el horror que puede crear, entonces será estúpido ponernos en sus manos”.
Irene Vallejo, escritora española
“Tiene muchas utilidades y seguramente va a ser una gran ayuda para nosotros en el futuro, pero lo que tenemos que valorar ahora es cómo lo incorporamos a nuestra vida, cómo nos puede ayudar y liberar de tareas monótonas, cómo nos podemos beneficiar de la forma en la que es capaz de abarcar tanta información. Pero no creo que debamos pensar en la sustitución del ser humano por la inteligencia artificial. Porque al final, sobre todo en lo que se refiere a la creatividad, lo único que es capaz de hacer es imitar o reproducir estilos que ya existen, a partir de las vastísimas bases de datos que se introducen en estas tecnologías”.
“Entonces, es imposible pensar que genere algo nuevo si solamente realiza copias más o menos convincentes de estructuras y conceptos que ya existen. Quizás el término “inteligencia” es un poco excesivo para esta tecnología, igual que también es impreciso llamar memorias a las de nuestros ordenadores, porque son meros archivos de información, muchísimo más sofisticados que esa herramienta tan compleja que es nuestra memoria, ¿no? Somos un poco animistas y atribuimos cualidades humanas a la tecnología. Pueden construir textos muy convincentes, pero también transmitir datos que no tienen ningún respaldo en la realidad, no maneja bien las fuentes, muchas veces inventa y fantasea, además de que tiene todos los sesgos de los programadores. Uno de los terrenos en los que yo más insistiría es en la traducción”.
Rafael Gumucio, escritor chileno
“Le tengo terror, porque multiplica el error y convierte y la redacción en una mecánica. He usado Chat GPT y es un poco patético, es un problema como profesor. Antes de cada prueba la someto al chat y me entrega respuestas correctas, así que después trato de hacer preguntas incorrectas”.
Alia Trabucco Zerán, escritora chilena
“Mi curiosidad con el Chat GPT duró una tarde en que no conseguí que la aplicación escribiera un párrafo desde la voz de una persona enloquecida. Eso le pedí, fracasó, me aburrí, fin. Cuántas veces se ha declarado la muerte del autor o de la novela. Ojalá que la inteligencia artificial esté ocupada en labores más urgentes como resolver la crisis climática por una vía más amigable que nuestra extinción”.
Santiago Roncagliolo, escritor peruano
“Estuve probando el chat GPT y le pedí que contara chistes. Y eran una mierda. Hasta el momento me siento seguro, porque a lo mejor ese chat puede hacer una historia, eso no es difícil, pero hay una parte de eso que pone en escena las emociones de las personas, eso es mucho más difícil que poner un hecho sobre otro o poner conexiones causales. De momento, aunque vamos a ver cómo sigue, estoy de acuerdo con que es un narrador profundamente mediocre, pero no lo veo capaz todavía de contar una historia que te emocione. Además, digamos que al Chat GPT le pides una serie de TV y es un fracaso, ¿a quién vas a despedir? Hay un tema que no tiene que ver de que si lo haces o no lo haces, sino de responsabilidad”.
Isabel Allende, escritora chilena
“Es sumamente grave para un escritor. Imagínate que cualquiera le pone el tema y te escupe la novela en 30 segundos. Es grave, sí, pero también es un desafío. Y lo que dice mi hijo es que hay que aprender a utilizar esta cosa maravillosa que es la inteligencia artificial a tu favor. Mi nieto Alejandro usa inteligencia artificial en su trabajo. Él es un programador. Dice que su productividad es diez veces mayor. La tecnología no ha reemplazado la creatividad, pero la ha agrandado de una manera fabulosa. Pienso que tal vez me ayude en mi trabajo. En vez de que sea un enemiga, hacerla mi aliada”.
Javier Cercas, escritor español
“Seguro que la Inteligencia Artificial puede ser utilísima para muchas cosas, pero no estoy seguro de que sirva para la literatura: una vez, mi hijo y yo le pedimos al Chat GPT que escribiera un texto sobre no sé qué asunto y el resultado fue excelente, pero sólo si su autor hubiera sido un niño de diez años. Por lo demás, ese mismo día mi mujer le pidió que escribiera un texto insultante sobre mí y el Chat se negó en redondo, alegando que yo era una persona respetable y un escritor serio. Lo cual demuestra que es más tonto de lo que parece”.
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