Fue una corazonada. Apenas terminó una presentación en el club Comedy, Lucho Miranda (29) habló con su pareja. “Me bajé del escenario y le dije: ‘vamos a ir al Festival de Viña’”, cuenta. Solo días antes, la organización del evento musical más importante del país lo había contactado para asistir a un show suyo y grabarlo, la práctica habitual en el proceso de búsqueda de humoristas. Miranda, diligente, hizo las gestiones con el local. “Ellos querían que los pusieran en una mesita de atrás, para que yo no los viera, pero el local se equivocó y les dieron una mesa adelante. Cuando salí al escenario los vi al tiro ajajaja (ríe)”.
Pese al chasco, Lucho Miranda recuerda que esa noche fue clave. “Yo pensé que ellos iban a estar juzgando mi show, más que disfrutando. Pero lo disfrutaron caleta, se rieron mucho, yo también”.
Pocas semanas después, a fines de agosto de 2023, la producción le propuso a Lucho Miranda ser parte de la parrilla del Festival de Viña. El sí fue casi inmediato. “En la reunión nos dijeron: ‘piensen en la idea y nos responden durante la semana’. Al día siguiente les dijimos que queríamos ir’”, recuerda el comediante de sonrisa fácil y personalidad risueña. Desde su niñez que no se perdía el evento y todavía tiene el recuerdo de una de sus presentaciones favoritas. “Dinamita Show, cuando salieron con esos trajes verdes. Hubo un tiempo en que retransmitían mucho esa rutina, me encantaba el acting que tenían y los chistes eran muy buenos”.
Su debut en el Festival está agendado para el próximo miércoles 28 de febrero, el mismo día en que estarán el puertorriqueño Mora y la brasileña Anitta. “Fue el día que me propusieron e igual sentía que por un tema de edad era el más lógico. Es un público más joven y yo soy un comediante joven. Caía de cajón de que yo iba a estar esa noche, además capaz que cumplía con el cupo de revelación y con el cupo de inclusión ajaja (ríe)”.
El nombre de Lucho Miranda ya era conocido por la producción. En rigor, lo habían contactado en febrero del año 2023, cuando debieron buscar a la carrera un número de reemplazo ante la intempestiva bajada de Yerko Puchento, pero el puesto lo ocupó finalmente Diego Urrutia. “Cuando se bajó Yerko me llamaron para ver si yo quería ir. Yo dije que no, sobre todo por un tema de tiempo, en ese momento no estaba preparado. Pero les dije que no se olvidaran de mí, que el próximo año podía estar listo. Pensé que me iban a olvidar, pero me buscaron en agosto”, recuerda.
De contador a comediante
Parte de la camada de nuevos comediantes forjados en el stand up, la historia de Lucho Miranda en la comedia es relativamente reciente. Oriundo de Vicuña, tras sufrir parálisis cerebral al nacer que le dejó secuelas en la movilidad y el habla, fue paciente de la Teletón en su niñez. Precisamente fue su celebrada rutina en la cruzada televisiva del 2021, la que le dio una explosiva figuración mediática gracias a su humor de situaciones cotidianas, en que no teme hacer referencias a su condición.
También participó en Got Talent Chile y ha sido invitado a programas televisivos como Socios de la parrilla, Qué dice Chile y Habitantes. Tal como otros exponentes del humor sub 30, hasta hoy mantiene el podcast No sé si fue tan así junto al también comediante Claudio Michaux. De hecho, Michaux fue una de las primeras personas en enterarse de la participación de Miranda en Viña. Él lo invitó a comer y le contó la noticia. “Yo empecé gracias al Claudio, entonces como hay una bonita amistad. Va a estar en Viña, no como parte del equipo, pero acompañando”.
El momento decisivo para Miranda ocurrió en 2020. Para entonces ejercía su profesión como contador auditor, pero no era feliz y deseaba dedicarse a la comedia. Lo dejó todo y comenzó a hacer pequeños shows. Luego vendrían sus incursiones en las redes sociales que le dieron una primera figuración. Cuatro años después, dice que la chance de presentarse en el Festival de Viña llega en un buen momento de su carrera. “Creo que hemos hecho bien las cosas este año. O sea, yo sé que gran parte de la gente no me conoce, soy el nuevo, puede ser. Pero dentro del stand up nacional, he hecho bien las cosas. He hecho muchos shows, he agotado los shows, he hecho bien las cosas como para ir a Viña”.
Dices que no eres tan conocido a nivel masivo ¿piensas usar eso a tu favor en la rutina de Viña?
La rutina que vengo haciendo se basa en presentarme. Pasa que en todos los lugares soy el nuevo. Está la persona que te sigue del podcast y esa persona invita a alguien al show, bueno, esa es la persona que no te conoce. Aunque tengo seguidores, todavía sigo siendo muy de nicho. Entonces la rutina habla mucho de mí, busco presentarme. Así que yo creo que si la gente me da un espacio para poder presentarme, ahí me van a conocer.
¿No sientes que te faltó el paso previo de ir al Festival del Huaso de Olmué antes que a Viña, tal como lo han hecho otros?
No sé en qué momento se empezó a crear esa idea de que Olmué era como el salto a Viña, para mí siempre fueron escenarios distintos. Olmué tiene su importancia y Viña tiene su importancia, no eran como el uno o el otro. Yo creo que porque ahora estamos en el mismo canal se ha generado ese salto. Ahora, siempre tuve la meta de ir a un festival y eso podía ser Viña como podía ser Olmué.
Desde que fue confirmado para Viña, Lucho Miranda inició una concienzuda preparación para ganar experiencia ante públicos masivos y así afinar su rutina. “Me dediqué a actuar mucho para llegar muy pulido a la Quinta Vergara. Mi presencia en el escenario es distinta, he sentido que he mejorado mucho, he madurado mucho en el acting. Yo no tengo un guionista, yo he creado todos los chistes. También he tenido la suerte de que algunos amigos comediantes van a ver el show y me dicen ‘Lucho, debieras cambiar esto o esto otro’”.
Los amigos comediantes también le compartieron un consejo. “Me dijeron que fuera a Festivales chicos, de esos que no son televisados. Entonces fui al Festival de la Guinda de Romeral y al Festival de Andacollo. Como experiencia es algo muy distinto porque se escucha todo, los niños chicos jugando, el vendedor de agua, y esas son cosas que la gente no sabe. Por ejemplo, en un Festival me tocó que estaban moviendo los equipos, desmontando una batería mientras estaba actuando en el escenario. Y yo escuchaba a este tipo que no era capaz de sacar una batería sin hacer ruido ajaja (ríe), pero la gente no escucha eso, así que uno tiene que hacerse el loco nomás y seguir actuando. Había que adaptarse. La risa es distinta también, la sientes más tarde porque es mucha más gente”.
En la previa a Viña, comediantes como Javiera Contador y Luis Slimming han sufrido pifias en algunos eventos, precisamente en esos festivales regionales más chicos ¿hay un ambiente crispado?¿es algo puntual?¿cómo lo ves tú?
Bueno, una pifia o un público descontento no significa que el comediante tenga un poco talento. Son cosas muy puntuales que tienen que ver mucho con el día, con el artista que viene después, con el Festival en que pasó. Yo igual he tratado de aceptar Festivales muy puntuales porque yo creo que todos los comediantes tienen ese miedo de que lo pifeen, porque una pifia después se comparte en todos los medios y quedas como el tipo que lo pifiaron. Pero yo creo que la Javiera y el Lucho son muy capaces, tienen la cancha para salir adelante y superar esa situación.
Al Festival de Viña, Lucho Miranda va con un equipo que se armó para la ocasión. “Voy con el estudio Neverland, que es la productora del Edo Caroe. Se la pedí prestada para que me acompañen puntualmente para ese día”. También lo irán a ver sus padres. “Ellos están felices de que su hijo esté felíz, pero en términos de trabajo, a ellos les gustaría que yo sea contador ajaja yo creo que ese día van a hacer el cambio de chip al ver a la Quinta Vergara riéndose con los chistes de su hijo, en el mejor de los casos ajaja (ríe), entonces ahí se van a dar cuenta de cuál es el verdadero trabajo de Luis”.
Tras su actuación en Viña, Lucho Miranda tiene en mente retomar la actividad en abril con presentaciones en teatros pequeños para comenzar a probar una nueva rutina. “Todo este trabajo previo para llegar bien a Viña me ha dejado cansado, entonces en marzo quiero escribir la rutina nueva, es un trabajo de oficina más que de escenario. Eso es lo que tengo pensado post Viña, entonces si me va bien, hago lo mismo, si me va mal, hago lo mismo ajajaja (rie)”.