En cada noche que se le mencionó, en tanto integrante del jurado, Young Cister sacaba aplausos. El cantante de 27 años fue uno de los nombres destacados de la temporada con una carrera en ascenso, que tuvo pasos por escenarios como el Festival del Huaso de Olmué, la edición local de Lollapalooza y dos shows sold out en solitario en el Movistar Arena.
Con un show cada vez más aceitado, Young Cister llegaba al debut en Viña como el representante de la floreciente escena urbana local. Es decir como lo fue Polimá WestCoast en la edición del año pasado, donde fue invitado al escenario para los shows de Polimá y Nicki Nicole.
Con una puesta en escena que privilegia la banda en vivo, Cister (el alias de Esteban Cisternas) desplegó temas que eran conocidos por la fanaticada que se quedó en la Quinta Vergara hasta pasadas las dos de la madrugada. Ya se había retirado público que había llegado a ver el show de Los Bunkers, pero aún así la galería y la platea estaban bien ocupados.
Con temas como Debí llevarte flores, Te quiero ver, Oh la la, Luismi, entre otras, el de Quilicura presentó un show bien diseñado, con cuerpo de baile y un ritmo que se mantuvo alto, aunque probablemente a tono por la hora a la que salió a escena. No destaca por desplegar pasos de baile, pero lo suyo es potenciar su material.
Cister se mostró impactado por la oportunidad de estar en la Quinta. Como suele hacerlo, aludió a su historia, la depresión y la ansiedad que ha vivido. De alguna forma, un sueño.
Y como se estila en el género pasaron los invitados. El primero, Kidd Voodoo, con quien interpretó Fashion Girl ante la sorpresa del público debido a una polémica de redes sociales que al parecer no fue mucho más que eso, una construcción para las redes. Incluso pidió al público escuchar el recién estrenado álbum de Voodoo, quien rato antes se había subido al escenario a cantar como invitado al show de Los Bunkers.
Otro momento emotivo fue al cantar Ay dime, una canción que Cister interpretó visiblemente emocionado y dedicó a su madre, la señora Iris, presente en la primera fila de la Quinta Vergara, además de su padre, hermanos y sobrinas.
La fiesta siguió con otro invitado, Juliano Sosa, también debutante en Viña tras su retorno a Chile luego de un periodo en EE.UU. donde incluso debió pasar por la cárcel por tres meses. El hit Ganas, interpretado por ambos desató el aplauso del juvenil respetable.
La noche no se podía cerrar sin uno de los más cercanos a Cister. Desde el segundo piso del escenario apareció Polimá Westcoast, con quien interpretó los hits Sextime y Samurai, que buen pueden estar en una selección de las canciones exitosas del género en el país. “Lo logramos hermano”, le dijo Cister.
Ya cerca de las tres de la madrugada, los animadores hicieron la clásica ceremonia de la entrega de la Gaviota. “Antes la veía por la tele y ahora la tengo en mis manos”. La entregó de inmediato a sus orgullosos padres. El remate a ritmo bailable con Caminemos de la mano, la romántica Casi amor de verano y el hit La Terapia, marcaron el cierre de un show bien articulado y desarrollado pese a la hora. Como era de esperar, se llevó ambas Gaviotas.